#Venezuela nada que celebrar el #19deAbril
Hoy, en el 2021, continúa subyugada por un pequeño grupo que se ha adueñado de su territorio y como en 1810 la mayoría no quiere emanciparse.
Siempre les ha gustado el yugo o un militar golpista.
Solo 40 años gobernados por civiles
#Venezuela nada que celebrar el #19deAbril
Los socialistas que conspiraron contra la democracia desde el día uno militares y civiles infiltrados en todos los espacios pretendían instaurar un socialismo como el que existe desde hace 22 años
De allí el silencio ante la destrucción
#Venezuela nada que celebrar el #19deAbril
El socialismo caribeño sembrado por las elites marxistas atrofió el pensamiento libertario de los venezolanos, por eso nadie reaccionó ante la política de pacificación hacia criminales, sobreseimientos y la violación de la Constitución
#Venezuela nada que celebrar el #19deAbril
El socialismo bananero con ascendencia castrista impartía el marxismo en las universidades públicas, todo fríamente calculado para cuando comenzaran las expropiaciones y las violaciones al derecho de propiedad la sociedad sumisa callara
#Venezuela nada que celebrar el #19deAbril
A la llegada de Chávez en 1998 y hasta el año 2016 fueron abandonadas 114 mil hectáreas productivas privadas por las persecuciones y controles socialistas.
Luego fueron barridos los medios de producción alimentaria y la farmacéutica.
Venezuela solo podrá emanciparse el día que decida abandonar las viejas formas socialistas que implementaron durante décadas el desprecio a las leyes, al estudio y al trabajo honesto.
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Se puede “legitimar” una dictadura?
Tengan cuidado con lo que escriben o afirman que en el oscurantismo ya existe suficiente confusión.
El mundo se cala a los dictadores, aguanta sus improperios y tolera el abuso de autoridad contra sus nacionales, pero eso no los “legitima”.
El dictador está fuera del marco legal de su país y del internacional, por eso es dictador, hace lo que le da la gana y actúa con impunidad porque él es la ley y la justicia.
Hay gobiernos democráticos que cohabitan con los dictadores, por intereses diplomáticos o comerciales.
La gran lección para esos pueblos que permitieron que llegara un dictador al poder es:
- liberarse de ese yugo es un asunto que debe resolver la gente de ese país.
Ningún país resuelve problemas de otro país.
Ningún gobierno sacrifica dinero de sus contribuyentes para otro.
Un tuit recurrente en este TL.
(De esos que no se entienden)
Son los dueños de las policías que detienen inocentes, de los fiscales que imputan a quienes no han cometido delitos y de los jueces que condenan a las mazmorras, privando ilegítimamente a cualquiera de su libertad.
El proceso de adaptación de los venezolanos a lo peor ha sido paulatino, desde observar impávidos el desmantelamiento sistemático de los Poderes Públicos y las instituciones, hasta llegar a este presente donde la sociedad de personas ha sido sustituida por la esclavitud colectiva
La esclavitud mental es peor que la física.
La persona comienza a conformarse con poco y ese poco lo valora como un tesoro.
Mira a su alrededor y siente que está mejor que los otros entonces se cree privilegiado. (Los otros son un 90%)
Los socialistas no tienen aspiraciones.
La banalidad del mal.
Venezolanos se sumaron a esta barbarie instaurada por los criminales Castro.
En Venezuela, al llegar la democracia, venezolanos tomaron las armas -la guerrilla-para derrocarla y asaltar el poder.
Asesinaron a sangre fría: civiles, oficiales y policías.
La banalidad del mal.
La guerrilla que mató a sangre fría, que secuestró a venezolanos, que robó bancos y ajustició sin piedad -caso presidente IVSS- fue perdonada.
Los hicieron héroes y ellos hábilmente -mientras conspiraban- se convirtieron en élites por todos respetadas.
La banalidad de mal.
Las élites pro Fidel Castro desde todos los espacios públicos y privados, educativos y de salud, académicos y científicos, se sumaron a la conjura contra la democracia.
A los asesinos los llamaron presos políticos y los llevaron como diputados al Congreso.
Una pandemia no es un decir, cuando ocurre -sobre todo en tiempos modernos- es una inmensa responsabilidad que recae en todos los países del planeta.
Desde el más grande hasta el más pobre, se ocupa de cuidar a la población y vacunarla.
Por eso se llama país aquel lugar donde hay un gobierno que gobierna para todos.
Donde hay Poderes públicos que trabajan eficientemente para todos.
Donde hay instituciones que le sirven a la población sin distingos.
Donde no existe nada de eso, no hay país.
Hay un territorio.
Se le llama y reconoce cómo país porque forma parte del concierto de naciones que conforman el mundo.
Se agrupan porque no es posible que un país se mantenga la margen del orden mundial en estos tiempos, donde eso ocurre no hay un Estado y menos puede haber un gobierno.
El Diálogos Impertinentes encontrará un glosario que ayudará al mundo y al futuro entender lo que ocurrió en Venezuela.
Desde el ‘Castrismo mental’ de las élites que empobreció al venezolano 4 veces más que un cubano, a la ‘Cuba vitrina’ que nos redujo al 10% de lo que fuimos.
A la pregunta -recurrente- por qué me despido?
Porque la situación de Venezuela ha llegado a su límite, nada queda en pie, ambos bandos pelean por una botella vacía, hablan de lecciones donde nadie puede gobernar.
La solución requiere un nivel muy alto y el juego está trancado.
La despedida es del análisis diario sobre política, sobre la prédica democrática diaria, la siembra de conciencia civilista, la semilla ciudadana y el valor de la democracia como sistema de gobierno.
Considero que este momento de Venezuela es muy delicado y no apto para rrss.
#Venezuela será un caso de estudio: unos pocos avanzan con su plan, mientras millones no se enteran de que va el plan.
Ocurre en sociedades castradas por el socialismo que siembra en las personas la ausencia de la necesidad de reaccionar, de condenar y de valerse por sí mismo.
Usted reconoce a una sociedad castrada y esclavizada cuando cree que casa, trabajo, carro, la cola de la gasolina, la caja clap, la leña y el bodegón son un país.
Y usted sabe cuándo han llegado al límite de la adaptación cuando alegan: hay país porque estoy yo.
Él es el país.