Felix Dies Natalis Urbis! El 21 de abril del año 753 a. C. es el día que la tradición cuenta que el rey Romulo fundó la ciudad de Roma.
Aquí comienza un nuevo #HiloRomano para conmemorar el 2774 aniversario de la fundación de Roma.
Feliz año 2774 Ab Urbe Condita
Año 771 a. C. En la ciudad de Alba Longa, situada en el Latium, no lejos de donde más tarde se situaría la ciudad de Roma, nacieron dos gemelos hijos de un dios y una virgen vestal violada.
El trono de Alba Longa, fundado por Ascanio, a quien también llaman Julo, hijo del troyano Eneas, le había sido usurpado al legítimo rey, Numitor, de manos de su propio hermano, Amulio.
Sin embargo, el vengativo y guerrero dios Marte tenía otros planes. Un día vio a Rea Silvia dormida bajo un sauce junto a un arroyo. Sin pensárselo dos veces y ejerciendo todo su poder, violó a la vestal mientras dormía, dejándola embarazada.
Nueve meses después, Rea Silvia, hija del destronado rey Numitor, dio a luz a dos gemelos a los que llamaría Rómulo y Remo.
Cuando Amulio conoció la noticia, ordenó que los dos niños fueran ahogados en el río. Según se cuenta, las aguas retrocedieron ante tal despropósito.
Finalmente, los gemelos fueron colocados en una cesta en la orilla del sagrado Tíber.
El acogedor río, por aquel entonces conocido como Álbula, hizo que la cesta encallara junto a una higuera salvaje (el ficus ruminalis) junto a los montes de la futura ciudad de Roma.
Allí mismo una loba los recogió y los amamantó. Hay quienes también cuentan que un pájaro picapinos (picus) llevó alimento a los gemelos antes incluso de que llegara la loba. Es por ello que este pájaro estaba consagrado al dios Marte, padre de los bebés.
La loba, llamada Luperca, cuidó de los gemelos en una gruta (lupercal) hasta que Fáustulo, un pastor, los encontró y los llevó consigo.
Él y su mujer, Aca Larentia, los criaron junto a sus doce hijos hasta que fueron adultos. Solo entonces llegaría el tiempo de su venganza.
Cuando Rómulo y Remo hubieron crecido, regresaron a Alba Longa donde asesinaron al usurpador Amulio y restituyeron en el trono a su abuelo Numitor. Este, como recompensa por su gesta, les permitió fundar una nueva ciudad.
Rómulo y Remo regresaron al lugar en el que la loba les había rescatado para fundar allí la nueva urbe.
Remo pensó en el monte Aventino y Rómulo creyó que sería mejor el Palatino. Para decidir quien tendría el honor de ser el fundador (conditor) observaron los auspicios.
Remo vio primero seis pájaros desde el Aventino, pero Rómulo vio doce volando en perfecta formación desde el Palatino. Los augurios de los dioses eran favorables a Rómulo. Él sería el fundador de la nueva ciudad: Roma.
En el día de la festividad de las parilia (21 de abril) Rómulo hizo un surco en la tierra del Lacio con un arado tirado por un buey en la parte exterior y una vaca en la interior, ambos blancos. Siguiendo la tradición, marcó el trazado sagrado de las murallas de Roma.
En el centro del monte, Rómulo creó un altar donde consagró un fuego eterno que alumbraría y daría calor y cobijo a los romanos. Siglos después, este fuego sagrado se custodiaría en el templo de Vesta del Foro romano.
Las murallas de la futura ciudad no eran más que un pequeño foso y un vallum, una defensa creada con tierra apilada y una empalizada de madera. Aun así, ya era un recinto sagrado: el pomerium. Aquel que lo traspasara sin permiso de los dioses, sería castigado.
Remo, el hermano de Rómulo, se burló del pomerium sagrado de Roma, traspasándolo. En su opinión, cualquier enemigo podría sortear aquella pequeña defensa. Rómulo lo condenó a morir, no sin llorar su pérdida.
Algunos dicen que fue Celer, uno de aquellos que ayudaron a Rómulo a fundar la ciudad, el que ejecutó a Remo. Otros creen que fue el mismísmo Rómulo el que lo hizo para expiar la culpa de su hermano ante los dioses.
Tras la muerte de Remo, Rómulo juró que la muerte sería el destino de cualquier enemigo que tratase de sobrepasar sobre los muros de Roma. Ese punto, cercano al lugar en el que siglos más tarde se construiría un arco dedicado al emperador Tito, quedó marcado como sagrado.
Aunque esta es la historia que todos conocemos, antiguamente había quienes defendían que Remo no había muerto, sino que se marchó y fundó otra ciudad más allá de Roma. Se decía incluso que Remo llegó a vivir más años incluso que su hermano Rómulo.
Así cuenta la leyenda que comenzó el reinado de Rómulo y con él la historia de la ciudad eterna de Roma, herencia y pasado común de todos nosotros.
Hasta aquí la leyenda de la fundación de Roma el 21 de abril del año 753 a. C. Pero, ¿qué hay de cierto en ella? ¿Quienes fueron los primeros pobladores de Roma? Sigue conmigo en este #HiloRomano para averiguarlo.
Son muchos los autores que contaron la leyenda de la fundación de Roma: Tito Livio, Ovidio, Plutarco, Dion Casio, Dioniso de Halicarnaso… Sin embargo, las referencias más antiguas que conocemos de la leyenda datan del siglo III a. C.
Las versiones de la leyenda varían en los detalles e incluso en las fechas. Fueron Varrón y Ático quienes fijaron el año 753 a. C. como la fecha canónica de la fundación de Roma. 751, 748, 750 a. C. fueron algunas de las fechas que barajaron con anterioridad.
Arqueológicamente sabemos que los montes que más tarde formarían la ciudad de Roma estuvieron poblados desde la Edad del Bronce por diversas comunidades asentadas en sus cimas.
Las evidencias parecen apuntar que hacia el siglo VIII a. C. (el mismo en el que se fecha la leyenda de la fundación de Roma) se produjo un fenómeno de agrupación de poblaciones entorno al monte Palatino, donde se estableció la zona principal de la primitiva Roma.
En este dibujo podemos ver una restitución ideal de como sería el monte Palatino en la época en la que la leyenda sitúa la fundación de Rómulo (s. VIII a. C.).
Se trata de la llamada Roma cuadrata, cuyo recinto sagrado rodeaba el monte por completo.
Arqueológicamente se han hallado restos de cimentaciones y muros que parecen seguir ese perímetro que cuadran con esta época. También se han detectado ofrendas fundacionales en lo que parece una puerta de la muralla (Porta Mugonia) que incluyen el sacrificio de una niña.
Aunque los romanos no lo recordaran o no quisieran hacerlo, sus orígenes seguramente fueron bastante diferentes de los que siglos más tarde ellos mismos reconstruyeron de forma oficial para ensalzar su pasado.
La expresión Ab Urbe Condita (AUC) significa: desde la fundación de la Ciudad (Roma) y era una forma de contar los años. Acabamos de comenzar el año 2773 AUC.
Los romanos no conocían el 0, por lo que el día que se fundó Roma ya se consideraba el primer aniversario.
Los romanos tenían un ritual muy preciso y ordenado, de origen etrusco, a la hora de fundar una ciudad. En primer lugar se trazaban los ejes cardinales desde un punto central conocido como auguraculum, en el que también se pedían auspicios positivos a los dioses.
Después se realizaba el ritual de la inauguratio, marcando el sulcus primigenius para delimitar el perímetro sagrado de la ciudad. Este surco se realizaba con un arado tirado por un buey y una vaca blancos, en representación de la pureza.
Finalmente se delimitaban las dos calles principales: el kardo de norte a sur y el decumanus, de este a oeste, así como un foso de protección y una muralla provisional de tierra que se sustituía paulatinamente por otra más duradera de piedra.
En el día de la fundación de Roma se celebraban las parilia, fiestas dedicadas a Pales, una divinidad protectora de la tierra y el ganado venerada por los pastores. Ellos encendían grandes hogueras sobre las que saltaban para complacer a la diosa y ofrecerle sus plegarias.
En las parilia del año 121 el emperador Adriano consagró el nuevo templo dedicado a las diosas Venus y Roma. A partir de ese momento, la festividad pasó a ser conocida como romaia en honor de la diosa Roma en el día de la fundación de la ciudad.
Roma, tu fecisti patriam diversis gentibus unam.
Roma, de gentes dispersas, tú creaste una única patria.
Claudio Rutilio Namaciano.
Hasta aquí este #HiloRomano. Si quieres saber más sobre esta leyenda, sobre la fundación de una ciudad romana o sobre la fiesta de las parilia te recomiendo la lectura de #UnAñoEnLaAntiguaRoma
Hoy viajamos uno de los espacios más desconocidos enterrados por el Vesubio en el año 79. Se trata de una villa residencial opulentísima situada al otro lado de los montes Lactarios que cierran el golfo de Nápoles.
Sígueme en este #HiloRomano para descubrir la villa de Positano.
Hablamos de una villa situada en la costa amalfitana, en el precioso –y famoso– pueblo pesquero de Positano. Se trata de una lujosa propiedad de recreo que podría haber pertenecido a un rico liberto del emperador Claudio: Posides, de quien derivaría el nombre del pueblo.
Bajo la iglesia de Santa Maria Assunta, enterrados a nueve metros de profundidad, se hallaron los restos intactos de uno de los comedores de la villa. Pero, ¿cómo es posible esto si Positano está al otro lado de los grandes montes contra los que se chocó la erupción del año 79?
El 28 de octubre del año 312 se libró sobre el río Tíber la batalla entre los emperadores Constantino y Majencio. Una historia de poder, religión y lucha por la legitimidad en la que nada es lo que parece.
Sígueme en este #HiloRomano para descubrir la batalla del Puente Milvio.
Empecemos por presenta a los personajes. Constantino, conocido por la tradición cristiana como El Grande, era el hijo de Constancio Cloro, uno de los cuatro miembros originales de la tetrarquía.
Majencio por su parte, era también hijo de otro de los tetrarcas, Maximino, apodado hercúleo. De hecho, el padre había ostentado el cargo de Augustus, mientras que Constancio Cloro había sido su Caesar (subiendo después a la posición superior tras la abdicación de Maximino)
El sistema tetrárquico pretendía eliminar la corrupción dinástica o la compra del trono imperial generando un sistema de gobierno meritocrático en el que solo los más aptos llegaran al poder.
Maximino y Diocleciano, de hecho, en el año 305, pusieron a prueba el sistema abdicando
Al hablar de la destrucción de Pompeya, muchas veces nos ciega la maravilla arqueológica y olvidamos lo más importante, las personas que murieron en la tragedia.
En este tercer #HiloRomano sobre la erupción del Vesubio en el año 79 contaremos sus historias personales y privadas.
Desde que comenzaron las excavaciones de Pompeya en el siglo XVIII se han hallado cerca de 1200 cuerpos de aquellos que no pudieron o no quisieron salir de la ciudad a pesar del peligro.
Junto al esqueleto de una mujer muerta en la playa de Herculano fue hallada la llave de su casa, a la que creía que podría volver cuando aquella pesadilla acabara.
Muebles de madera carbonizados, casas con sus tejados intactos y hasta un teatro excavado bajo los escombros volcánicos a 26 metros de profundidad.
En este #HiloRomano dedicado a Herculano descubrirás algunas de las maravillas más desconocidas que el Vesubio enterró en el año 79
Los restos enterrados a gran profundidad de Herculano fueron descubiertas en 1738 gracias a un pozo que había en la zona y que iba a servir para abastecer al Palacio de Portici del joven rey Carlos VII de Nápoles y las dos Sicilias por aquel entonces, el futuro Carlos III.
El llamado pozo Elboeuf, excavado para extraer agua en el pueblo de Resina, dio justo con la escena del teatro de Herculano, que posteriormente se excavó mediante galerías a partir del siglo XVIII y que todavía hoy sigue bajo tierra.
Hoy te quiero contar cómo un solo hombre consiguió engañar y conducir a su muerte a más de 15.000 romanos.
Un episodio tan grave que hizo que el emperador de Roma se golpeara la cabeza contra las puertas y hasta influyó en el surgimiento del nazismo. #HiloRomano
Este episodio tuvo lugar a comienzos de septiembre del año 9 d. C. Las fuentes no nos dan la fecha exacta pero seguramente tuvo lugar entre los días 9 y 10 de septiembre. Y no sucedió en Roma o cerca de ella, sino en Germania, cerca de la frontera del Imperio romano.
Como quizá ya has intuido, hoy hablamos de la batalla del bosque de Teutoburgo, un desastre que tuvo como protagonistas al general Publio Quintilio Varo, al mando de las legiones XVII, XVIII y XIX y Arminio, el germano que consiguió destruirlos a todos ellos.
Hoy os quiero hablar sobre una de las estructuras más importantes que conservamos de la antigua Roma: la Curia iulia, el lugar de reunión del Senado romano durante todo el Imperio.
Hoy en el año 29 a. C. fue inaugurada, así que vamos a conmemorarlo con un #HiloRomano
La dedicación de la Curia contó con una procesión presidida por una gran estatua dorada de la Victoria (de unos 8 metros) traída desde Tarento que conmemoraba las victorias de Octaviano (el futuro Augusto) en las batallas de Actium y Alejandría contra Cleopatra y Marco Antonio.
La Victoria de Tarento fue colocada al fondo de la Curia, presidiendo el espacio. Desgraciadamente no ha llegado hasta nosotros, pero sabemos cómo era gracias a representaciones en monedas y en pequeñas reproducciones de bronce como la de la imagen (hallada en Pompeya)