Circulan por las redes unas terribles fotos presuntamente de algunos de los militares asesinados en #Apure. Por respeto a sus familiares no deberían difundirse.
De ser ciertas, no estamos solo en un conflicto, sino en una tremenda deshumanización de ese conflicto. Una situación que puede agravar las violaciones a los derechos humanos, y violaciones al derecho Internacional Humanitario.
Ya tenemos antecedentes muy graves. En la masacre de Barlovento realizada como parte de los operativos OLP en 2016, el ejército degolló y luego desapareció los cuerpos de 12 personas. Un hecho sin precedentes en la historia del país.
La espiral de violencia puede llevar a hechos cada vez más trágicos. Se requiere trasparencia en la información por parte de las autoridades y a todos alzar la voz por el cese a la violencia y que se respeten los derechos humanos.
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Voy a insistir en un tema que me preocupa: la falta de indignación ante graves hechos de violencia que se están produciendo en el país. Mi primer impacto fue con la masacre de La vega donde funcionarios de las #Faes asesinaron a 23 personas en enero. Pocas voces se levantaron.
En marzo, presuntamente las Faes detienen y asesinan en #Apure a cuatro miembros de una familia y una quinta persona. Pocas voces exigen justicia.
Integrantes de grupos armados asesinan a 12 integrantes de la #FANB en un solo acto y en siete meses han asesinado a 28. Pocas voces se levantan, el propio gobierno guarda silencio. No hay un Defensor, Ni un Fiscal capaz de expresar el sentido pésame a los familiares.
#Apure Me preocupa la poca sensibilidad ante lo que viene ocurriendo. En 1988 cuando se produjo la masacre de El Amparo un movimiento nacional encabezado por los estudiantes exigió justicia. Ante la masacre de El Ripial muy pocas voces se han levantado incluyendo estudiantes.
En 1995 ante la masacre de Cararabo cuando se asesinó a 8 militares un amplio debate nacional se produjo y se exigió a las autoridades respuestas, hoy ante el asesinato de 12 militares el propio gobierno lidera la opacidad sin que se escuchen voces exigiendo información
Asumir hechosn de violencia tan graves como algo normal, nos afecta como sociedad. No podemos considerar tales situaciones como un hecho más, normal, así ocurrió en enero con la masacre de La Vega.