Territorios Improbables son 336 páginas con 50 fotos ALUCINANTES para ilustrar todos esos lugares. Desde California a Namibia, desde Japón a Argentina y desde Bélgica a Berlín.
Y las historias que ya aparecieron en #LaBrasaTorrijos están contadas de una manera completamente distinta porque el formato, el medio y el lenguaje son totalmente distintos.
De hecho, contar alguna de las historias de #LaBrasaTorrijos fue un verdadero reto hasta el punto de que, al final, aunque el tema sea el mismo, la historia que he contado es otra.
⚡️Os va a molar ⚡️
A esta chica de stock ya le está molando 😬
En esta mesilla ya se lo están leyendo ya, ¡ojo!
Y esta otra chica que no conozco de nada se ha comprado un ramo de flores y #TerritoriosImprobables porque es una tía que mola mucho.
Acordaos que ya se puede reservar EN TODO EL MUNDO
Y si queréis saber cualquier cosa sobre el libro, sobre las historias que cuento, sobre cómo ha sido el proceso o sobre lo que queráis, podéis preguntarlo aquí 😊.
¿Qué es en realidad Territorios Improbables?
Territorios Improbables es un libro sobre los seres humanos.
Porque lo que hacemos los seres humanos es construir. Desde ese instante el que ponemos un pie en el suelo por primera vez.
Desde ese instante eléctrico en el que ponemos un pie en el suelo por primera vez y comenzamos a caminar pero luego resulta que debajo hay una pieza de Lego que habíamos tirado antes desde la cuna y entonces la cogemos y la encajamos con otra.
Sí, los seres humanos construimos.
Construimos una vida, construimos un amor, construimos familias, casas, carreteras, ciudades, aeropuertos y naves espaciales.
Transformamos lugares en lugares nuevos.
A veces son cambios mundanos. A veces son asombrosos.
Y los hechos asombrosos se convierten en historias.
Territorios Improbables es un viaje por las historias que construyeron lugares tan extraordinarios que a menudo ni siquiera aparecen en las guías.
Relatos pequeños y hazañas monumentales.
Crónicas de éxitos, de fracasos, de playas vacías y de barcos voladores.
Historias de ciudades encerradas en edificios y de edificios que viajaron en el tiempo.
De cicatrices de hormigón y de castillos de cartón piedra.
Historias de casas y familias.
Historias de amor y de carreteras.
Historias de vida.
¿Es un libro muy técnico?
No. Es un libro NADA técnico.
Es un libro para leer en el metro o en la playa o en la cama o donde se quiera.
Cada capítulo es independiente y luego podréis contar las historias y ser la persona más interesante en una fiesta (guiño).
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Esa era la frase que corría por los vecinos de Granadilla a principios de los 60, cuando las aguas del nuevo embalse de Gabriel y Galán comenzaron a subir por la ladera hacia el promontorio donde se levantaba el pueblo.
En 1980, Patrimonio Artístico comunicó al arquitecto José María García de Paredes un encargo esencial para la historia de España.
Solo había una condición: debía mantenerlo en absoluto secreto, porque NADIE PODÍA SABER que el "Guernica" volvía al país.
Esta es la historia:
"Querido amigo, es nuestro deseo encargarte el proyecto y realización del montaje para su exposición del Guernica de Picasso en el Casón del Buen Retiro". Así rezaba la carta que Javier Tusell, Director General de Patrimonio Artístico, envío a García de Paredes. Y añadía:
"Solo el director del Museo del Prado y un corto número de colaboradores míos saben este propósito nuestro, que seas tú la persona para llevar a cabo este tema".
Tal y como había pedido el propio Picasso cuando colgó el cuadro en el MoMA, su obra maestra regresaría a España en el momento en que se instaurase la democracia. Habían pasado dos años desde el referendum de la Constitución y el gobierno consideró que ya había llegado el momento del regreso.
Pero la España de 1980 era aún un país muy convulso y en Patrimonio Artístico sabían que el Guernica no podía exponerse como si fuese cualquier otro cuadro porque, desde luego, no era otro cuadro cualquiera.
Por eso, el encargo era bastante específico: construir una urna que protegiera al Guernica de posibles ataques en su nueva localización del Casón del Buen Retiro. Una estructura que resguardase el cuadro pero que a la vez permitiera verlo sin reflejos ni distorsiones.
Y García de Paredes diseñó un objeto FORMIDABLE: un joyero levemente inclinado para evitar los reflejos pero cuyos vidrios podrían resistir hasta el lanzamiento de un granada.
Como esos vidrios pesaban un quintal la urna se sujetaba por una estructura de acero sobre dos peanas de hormigón (estructura calculada, por cierto, por una jovencísima Ángela García de Paredes).
Y sin embargo, pese al canto y al grosor que necesitaba, esa estructura apenas se aprecia y, cuando se ve, sirve para enmarcar un cuadro que se exponía desnudo.
Y allí, al fondo de una sala, suspendido, casi flotando bajo fresco del Toisón de Oro de Lucas Jordán, el Guernica se convirtió, otra vez, en historia de España.
Esta es solo una de las historias que contamos en el último episodio de "Cómo suena un edificio" el podcast del @museoico que me encargo de dirigir y presentar.
Se llama "La atmósfera y la matemática" y es quizá el mejor que hemos hecho.
El Hotel Belvedere, en Suiza, es uno de los edificios más fotogénicos del mundo.
En medio de una carretera alpina, parece de una peli de Wes Anderson y, sin embargo, está cerrado y abandonado por culpa del coche y del cambio climático.
Esta es la historia: en 1882, el empresario Josef Seiler construyó una pequeña posada en una horquilla de la recién abierta carretera del Furka Pass, en los Alpes Suizos.
La carretera era cada vez más transitada, así que Seiler amplió varias veces la posada hasta que, en 1907, se convirtió en un hotel con 90 habitaciones. Lo llamó "Hotel Belvedere".
En esa época, el hotel era básicamente un establecimiento de lujo donde paraba la alta sociedad, entre otras cosas, para acercarse al glaciar del Ródano, que estaba a apenas unos cientos de metros de la carretera.
Con la popularización del alpinismo, el Hotel Belvedere vivió sus momentos de mayor gloria, pero, sin embargo, su declive no tardó en llegar. Tras la 2ª Guerra Mundial, la modernización del coche privado, que permitía cruzar los Alpes en un solo día e incluso menos sin necesidad de hacer paradas para dormir, comenzó a hacer que el Belvedere perdiese atractivo.
Su aparición en "Goldfinger", la peli de James Bond del 64, insufló una cierta nueva vida en el Belvedere, pero no fue suficiente porque, para los años 70, el glaciar se había retirado más de un kilómetro de la carretera y las vistas desde el edificio eran mucho menos espectaculares.
En vista de la cada vez mayor ausencia de huéspedes, el hotel se cerró en 1980. En 1988 se restauró y volvió a abrirse y, a partir de 2010, encontró un cierto revival precisamente gracias a lo instagrameable que es su imagen.
Pero no parece haber sido suficiente. En 2015, el Belvedere volvió a cerrar y ahora solo es un resto abandonado de cuando la montaña era un lugar al que ir y no un decorado por el que pasar a toda velocidad.
Cuando el Chrysler Building coronó su estructura, ningún periodista estaba allí para contarlo. Todos sabían que había fracasado en la carrera por ser el edificio más alto del mundo.
No podemos recuperar las vidas que se han perdido en la DANA. Por eso, yo creo que ahora habría que concentrarse en evitar que la tragedia se repita.
Para ello, lo suyo sería actuar en tres ámbitos:
Urbanismo, ingeniería y narrativa.
¿Cómo lo hacemos?
🧵⤵️
(Disclaimer: posiblemente, lo que vais a leer ya lo hayáis leído en otros hilos u otros lado, pero igual es interesante recopilarlo de algún modo, que es lo que yo hago en este hilo).
URBANISMO.
Estos formidables mapas de @esme_mys nos enseñan las zonas inundables de la zona afectada (Horta Sud) superpuestos sobre el plano de los municipios desde 1956 hasta 2024.
Como se ve, en 1956, las áreas inundables eran esencialmente huertas.