Viendo la toma de posesión de Aragonès, no puedo evitar preguntarme de nuevo cómo es posible que haya tanta gente en Cataluña, e incluso en el resto de España, que compra la sarta de mentiras que el separatismo ha puesto en circulación sobre lo que pasa en Cataluña. Abro hilo:
En el balcón de la Generalitat, la pancarta que reza "Libertad de opinión y de expresión", porque, claro, España encarcela a políticos por sus ideas. El día que toma posesión como presidente el enésimo político radicalmente separatista que desprecia abiertamente la Constitución.
Presentes en el acto Junqueras y los Jordis, que a pesar de no reconocer sus delitos ni mostrar el más mínimo arrepentimiento, encandenan permiso tras permiso y se pasean ufanos por las instituciones del supuesto Estado opresor, el viernes en el Parlament y hoy en la Generalitat.
Presente también el ministro Iceta, que pese al discurso del viernes de Aragonès, cargado de desprecio a nuestro Estado democrático de Derecho, hoy ha querido cumplimentar a un gobierno que amenaza con repetir la asonada de 2017, con los indultos como ignominioso telón de fondo.
Como ciudadano de Cataluña comprometido con nuestro ordenamiento democrático, me pregunto cómo puede ser que tantos conciudadanos asuman esta tomadura de pelo que presenta como oprimidos a una auténtica casta de tunantes con sueldos galácticos que han hundido Cataluña. Delirante.
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