Lo llaman democracia, pero un 80% de los medios de comunicación pertenece al mismo grupo económico y ha tomado partido explícitamente por una candidata. Portadas, horas de televisión y radio, los mismos analistas a favor de “lo de siempre”.
Lo llaman democracia, pero los poderes empresariales han apoyado con todos sus recursos -a veces de manera ilegal- a una candidata. Paneles, spots publicitarios, volantes, reuniones de directorio, amenazas a empleados si no cumplían con el voto “de la empresa”.
Lo llaman democracia pero a todo aquel que expresara su libre decisión de ejercer un voto distinto le dijeron terruco, comunista, ignorante, antipatriota.
Lo llaman democracia pero el Congreso de la República -pese a que los nuevos congresistas ya fueron electos- aprobaron una cuarta legislatura para continuar legislando de espaldas al mandato popular y el voto del 11 de abril.
Lo llaman democracia pero ha habido quienes la obstruyeron, hicieron de todo para vacar a un presidente en plena pandemia, avalaron un golpe, apostaron por reprimir a la ciudadanía en las calles y hoy dicen que ellos “salvarán” la democracia. Que ellos “son” la democracia.
Lo llaman democracia pero defienden el “pobre es pobre porque quiere”, “si no tiene pensión es irresponsable”, “el que no sale adelante es porque le falta actitud positiva”. Donde las colas por oxígeno o las deudas con las clínicas privadas no son el problema sino una normalidad.
Lo llaman democracia pero te recuerdan que el antidemócrata es quien quiere cambiar algo. Que lo democrático es preservarlo todo. Que no vale la argumentación ni el debate, ni mucho menos la empatía. Esto no tiene que ver con derechos, sino con miedo. Asústate.
Lo llaman democracia pero algunos admiten que va de sostener privilegios y aún así señalan acusadoramente al que no tiene privilegios que defender. Hablan de Venezuela como si no hubiera una crisis inhumana aquí mismo. Defiende la propiedad privada el que ni la tiene.
Y pueden llamarla democracia porque ‘democracia’ se ha vuelto un significante vacío. Porque lo han vaciado de contenido. Meter al fujimorismo ahí dentro ha viciado todos sus sentidos. Han quebrado el dique que contenía cierta decencia. Han quemado todas las naves.
Y seguirán hablando de falsa democracia hasta el domingo en que,si pese a todos sus poderes y recursos invertidos la cosa les sale torcida, digan que no reconocen los resultados. Porque son muy demócratas hasta que se les voltea la tortilla. Democracia, pero solo si les funciona.
Y veremos horas en la tele y oiremos horas en la radio a quienes se quitaron todas las caretas, mostraron todas sus grietas y te dijeron que votar valía sólo si votabas a los suyos. Dejaron fuera a un pueblo pidiendo votar a un otro que nunca debió ser “un otro” en su propio país
Lo llamarán democracia y nadie los creerá. Han troceado el término. Han embarrado el concepto. Se han embarrado con él.
Lo llamarán democracia y no servirá porque hoy lo llaman democracia y ya no lo es 🇵🇪
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