A unos 60 kilómetros de la ciudad sueca de Göteborg, girando a la derecha en un pequeño desvío semioculto en la carretera nacional 180 hay una valla.
Está en medio del bosque pero es una valla más o menos normal, con una barrera más o menos normal.
Sin embargo, lo que hay al otro lado, no es normal en absoluto.
Al otro lado está Brooklyn, Nueva York.
Tiene los restaurantes, las cafeterías y las tiendas de Brooklyn pero, obviamente, no es Brooklyn.
Es un sucedáneo de Brooklyn compuesto solo por fachadas fotografiadas, impresas en vinilo y colocadas en planchas vacías.
Se llama AstaZero y es un pueblo Potemkin.
Según la rumorología del siglo XVIII, cuando los rusos conquistaron la península de Crimea, decidieron auspiciar un viaje por los nuevos territorios para la emperatriz Catalina II, la Grande.
El problema es que esos nuevos territorios, si bien eran geoestratégicamente importantes, también eran bastante hueros y despoblados.
Algo poco voluptuoso para presentar a la emperatriz.
En estas apareció Grigory Potemkin, a la sazón amante de Catalina y Comandante en Jefe del Ejército Imperial y decidió que su cari no iba a pasar vergüenza viendo campos vacíos, así que montó una serie de pueblos de quita y pon a orillas del río Dnieper.
Lo pueblos urdidos por Potemkin eran pueblos de madera construidos con casas que eran solo fachada, sin nada dentro.
Solo estaban allí para ser enseñados a Catalina. Cuando Catalina y el séquito se marchaban, el pueblo se desmontaba y se volvía a montar río abajo.
En realidad, el ardid era bastante tosco y, a menos que Catalina fuese miope como un piojo, lo más probable es que el tinglado no colase. Por eso, los
historiadores modernos ponen en seria duda esta historia. Y sin embargo, el nombre ha permanecido.
Pueblos Potemkin.
En el mundo hay un huevo de pueblos Potemkin. AstaZero y Carson City están en Suecia y sirven como "ciudades" para pruebas de conducción y seguridad al volante de vehículos de toda condición.
(¿Por qué han decidido que AstaZero se parezca a Brooklyn? Pues sinceramente, es una decisión arbitraria. Podría ser cualquier otra ciudad).
En el desierto de Mojave, el ejército estadounidense tiene montados bastantes pueblos Potemkin que simulan para sus entrenamientos militares.
Lo más peculiar es que esos decorados militares como Junction City intentan simular al máximo posible las condiciones que se van a encontrar los soldados. Incluidas mezquitas de cartón-piedra, cajas que fingen ser aires acondicionados, carteles en árabe y hasta frutas de madera.
Porque, en el fondo, y aunque sea casi de casualidad, el pueblo Potemkin es una de las reflexiones MÁS IMPORTANTES de la arquitectura y, si me apuráis, de la civilización:
¿Qué es una ciudad real? ¿Qué hace que un lugar sea verdadero?
Los pueblos que hemos visto tienen claro que no son lo que simulan ser. Y sin embargo, cumplen perfectamente el propósito para el que se construyeron. Son decorados porque, en su propio concepto, nacieron como decorados.
Son honestos y, por tanto, son verdaderos.
Hay otros pueblos Potemkin que no tienen tan claro lo de su honestidad.
Uno de los ejemplos más conocidos es el del distrito chino de Tiandunheng, junto a Hangzhou. Una réplica posmoderna y trubopropulsada de París.
Con Torre Eiffel y todo.
Con sus fachadas parisinas y mansardas parisinas y fuentes parisinas totalmente fuera de escala, Tianducheng es un lugar muy inquietante, pero no está vacío. Allí viven unas 30.000 personas.
Esas fachadas no son cáscaras huecas, así que Tianducheng no es un decorado.
Y sin embargo, ES un decorado.
Es un decorado porque una ciudad no son solo sus fachadas. Porque una ciudad NO puede ser una colección de postales de un lugar al que no pertenece, en el que no ha crecido y que, en realidad, no tiene nada que ver.
Una ciudad no es una imitación de otra ciudad.
Pero hay un caso incluso más extremo.
Una ciudad que no imita a otra, sino que imita a una ciudad imposible.
Bienvenidos a Seaside, Florida.
Cuando, en 1998, Andrew Niccol y la Paramount le encargaron al diseñador de producción Dennis Gassner que, efectivamente, diseñase la ciudad falsa de Seahaven donde vivía Truman Burbank, Gassner decidió que no iba a diseñar nada.
Filmarían en la perfecta ciudad falsa: Seaside.
Fundada en 1981 y con Población 1.228 habitantes (incluyendo gatos y perros), Seaside es el epítome de lo que se llamó "Nuevo Urbanismo americano".
Este nuevo urbanismo no dejaba de ser una traslación física de la ensoñación de la ciudad perfecta. Casas "bonitas", calles "bonitas", paseos "bonitos". Todo perfectamente uniforme. Todo perfectamente controlado.
Los colores perfectos. Las flores perfectas. Todo perfecto.
(Todo.
O no).
O no. Porque para que esas casas fuesen tan perfectas en esas calles tan perfectas había un sencillo peaje que pagar.
Eran carísimas.
Y son carísimas. El precio medio de una vivienda en Seaside ronda los 2,5 millones de dólares.
También la de Truman (que existe de verdad).
Porque, en realidad, estos planes urbanísticos acababan siendo un lavado moral y arquitectónico del clásico suburbio de clase media–alta norteamericana.
Como todas las casas son iguales y las avenidas idénticas, se tiende a una uniformidad también interna porque nadie va a querer que su vecino sea diferente a él.
O sea, gente con pasta que quiere que sus vecinos sea gente con pasta.
Por eso, esa ilusión de uniforme y adinerada perfección convenció a Dennis Gassner para localizar The Truman Show.
Porque era, en efecto, una ilusión. Una ciudad que está vacía la mayor parte del año y a la que casi nadie puede llegar.
Y de la que muy pocos quieren salir.
Y con estas cuatro imágenes que resumen muy bien el episodio de hoy, vamos a despedirnos de AstaZero, de Catalina II, de Truman Burbank, de Seaside y de #LaBrasaTorrijos de esta semana.
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(Es la hora de pasar la gorra!)
Nos vemos en un nuevo capítulo el próximo jueves a la misma hora.
Si os habéis quedado con ganas de viajar a más territorios improbables, todos los episodios de #LaBrasaTorrijos están archivados en mi tuit fijado, que es este hilo de hilos de hilos:
Paramount Pictures, Clifford Atiyeh, astazero, François Prost, Zacharie Gaudrillot-Roy, MXNAL, easuviajar, Jakesilbi4, seasidefl [dot] dom, Getty, Ashley Brooks y Steven Brooke Studios.
#LaBrasaTorrijos se escribe en directo todos los jueves desde el soleado barrio de Villaverde.
(Fin del HILO 🎭📽️🎞️🚗🏠🏡🏡💵🇸🇪🇨🇳🇺🇸)
(Y en episodio de la semana vamos a conocer unas arquitecturas que NUNCA se pensaron para el ser humano, y ni falta que les hace).
Pero esta semana HAY UNA SORPRESA. El próximo domingo, a las 18:00h, voy a estar en la cuenta de @WortenES para contar la increíble historia del pueblo construido sobre un infierno que lleva 60 años ardiendo ininterrumpidamente (y que inspiró a Silent Hill).
⚡️Os va a molar ⚡️
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En la costa chilena hay un lugar donde la gente no se cambia de casa. MUEVE LA CASA DE SITIO.
Y la mueve tirada por bueyes, por tractores y hasta por barcos.
Pero no es solo eso. Es la expresión del lazo de una comunidad.
En #LaBrasaTorrijos, la minga de Chiloé.
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En 1993, el cineasta colombiano Sergio Cabrera estrenó uno de los filmes más interesantes, más combativos y también más divertidos de la década: "La estrategia del caracol"
"La estrategia del caracol" es una dramedia que cuenta la historia de unos inquilinos que se rebelan contra su casero de una manera tan divertida como inverosimil: cambian de sitio el edificio donde viven y dejan apenas un trampantojo.
En 1981, un hombre escaló los 442 metros de la Torre Sears, el edificio más alto del mundo. No era un espectáculo circense: fue una advertencia que puso en duda a todos los rascacielos y obligó a Chicago a repensar su propia ciudad.
Os lo cuento en #LaBrasaTorrijos.
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En 1970, Sears encargó al arquitecto Bruce Graham, de la firma SOM, la construcción de su cuartel general en Chicago.
No era un proyecto normal, era un edificio para la mayor empresa de grandes almacenes del mundo, con más de 350.000 trabajadores.
Un coloso empresarial.
Como ese coloso no se iba a conformar con un edificio "normal", Graham les propuso otro coloso. Una sede que representara el tamaño de su imperio.
Les propuso construir el rascacielos más alto del mundo.
El precio del alquiler es un problema muy grave. A veces, por culpa de caseros chungos.
Pues en Irlanda hubo un casero TAN CHUNGO que su apellido se convirtió en un verbo que significa "Negarse a comprar o participar en algo como forma de protesta".
Esto es #LaBrasaTorrijos ⤵️
En 1854, un joven inglés llamado Charles Cunningham se trasladó a la isla de Achill, al oeste de Irlanda. Hijo de familia pudiente, salía de una carrera militar fallida y llegaba a las verdes tierras de Éire dispuesto a ser un hombre rico y de provecho.
En esa época, Irlanda vivía una situación bastante peluda: acababa de salir de la Gran Hambruna del 45, que había diezmado a la población, bien llevándola a los camposantos, bien obligándola a emigrar.
Por tanto, las verdes tierras de cultivo eran un bien muy preciado.
Este es el río Chicago. Un río que, además de vertebrar el centro de la ciudad, presume de una rareza única en el mundo: CORRE AL REVÉS. Es decir, fluye en sentido contrario al que debería. No desemboca en el lago Michigan, sino que, al contrario, nace de él.
¿Por qué? Porque le dieron la vuelta. Hasta mediados del siglo XIX, el río desembocaba en el lago, pero no solo llevaba agua limpia: también arrastraba las aguas sucias de la ciudad, las de los inodoros y las primeras industrias. Y como la ciudad bebía a su vez de ese mismo lago, el resultado era obvio: un cóctel de enfermedades y varios brotes de cólera bastante serios.
Así que, a mediados del XIX, Chicago decidió lo impensable: invertir el curso de su propio río. Y lo hizo con una obra de ingeniería monumental. Construyeron cauces artificiales con un lecho más profundo que el natural, levantaron diques y presas, y obligaron al agua a encontrar su nuevo camino. Desde entonces el río Chicago corre en dirección contraria.
¿Y hacia dónde corre?
Pues hoy desemboca en el Mississippi. Eso significa que las aguas del lago Michigan recorren de norte a sur los Estados Unidos enteros hasta llegar al golfo de México.
En su momento hubo bronca: de repente las aguas sucias de Chicago pasaban por San Luis, y a nadie le hacía gracia recibir semejante regalo. Al final la cosa se arregló y hoy, gracias a los sistemas de depuración modernos, el agua que baja y se une al Mississippi ya llega limpia.
Uno de los mejores edificios de la historia está construido con nenúfares. Nenúfares tan delgados que no respetaban la normativa.
Pero resistieron. Solo hubo que demostrarlo (y echarle valor).
En #LaBrasaTorrijos, la Johnson Wax y los cojonazos de Frank Lloyd Wright.
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Se suele decir que los arquitectos tenemos un problema de ego. Que creemos que sabemos de todo y siempre tenemos razón y somos interdisciplinares y sabemos de música y de literatura y de coches y de fútbol...
En definitiva, que somos unos flipaos y unos cretinos.
Y la verdad es que es verdad. Si un arquitecto de poca monta como es mi caso, se cree el puto amo de la cultura occidental, imaginaos cómo sería un arquitecto que SÍ QUE FUE (uno de los) PUTOS AMOS de la arquitectura occidental.