CDMX ya estaba dividida electoralmente desde 2018. Es la alianza de las derechas, los intentos de reelección, malas gestiones y hasta la división de Morena lo que explica el resultado del domingo. Ni avance de derecha ni voto de castigo progre-woke fueron significativos. Hilo
Claudia Sheinbaum hubiera perdido la elección en 2018 si toda la oposición hubiera llegado unida, sumando 2,571,729 votos ligeramente por encima de los 2,537,454 votos que recibió la actual jefa de Gobierno. La fragmentación de las derechas permitió la mayoría de Morena.
La alianza Va por México funcionó en algunas alcaldías. En Miguel Hgo por ejemplo, su candidato recibe ahora el 38.9% de la votación cuando había logrado 42.18% en 2018. Pero sus contrincantes habían logrado separados en ese año 38.99% y 8.66%. Unidos hoy lograron el 54.7%.
El desplome de Morena en Tlalpan y A.Obregón se debe a gestiones muy cuestionadas por sus propios militantes.En Tlalpan la candidata por Morena se deslindó de la anterior alcaldesa y en AO golpeó fuerte el cuestionado salto de Layda Sansores hacia Campeche,abandonando la alcaldía
Destaca Cuauhtémoc, donde el desplome es total: Morena pasa de 168,420 votos a 94, 548. Es una anomalía. Por ello la hipótesis de una división y traición al interior de Morena encabezada por Monreal-como se dice-bien puede explicar este terrible resultado para su partido
Coyoacán recibió para el candidato de Morena proporcionalmente mayor votación, pasando del 30.03% logrado en 2018 a 36.56% en 2021. Su votación absoluta es menor, por ser una elección intermedia: la alianza PRIANRD logró también menos votos totales pasando de 230,650 a 168 872.
La elección intermedia en CDMX no movilizó a la base de izquierda porque puestos como Jefe de Gobierno o Presidente no estuvieron en disputa. Morena no logró motivar a su base social para salir a votar por sus alcaldes a diferencia de las elecciones a gobernador en otros estados.
Baja participación en relación a 2018, alianza de derechas que suma,movilización electoral disciplinada de bases de derechas, torpes intentos de reelección, voto de castigo por malas gestiones locales y hasta posibles traiciones, condujeron a la derrota de Morena en las alcaldías
El alarmante avance de la derecha pareciera ser una interpretación desproporcionada que no revisa los errores garrafales de MORENA como gobierno. De los datos se desprende que si hubo voto de castigo a favor de la derecha desde algún sector progresista éste no fue significativo
Los datos nacionales contrastan con CDMX porque Morena pareciera consolidarse como fuerza nacional, a pesar de que se repitió,como en las alcaldías, terribles postulaciones como Nuevo Léon. Cabe preguntarse si sus bases se rebelarán o no frente a este tipo de dirección política
La política hiperpragmática de alianzas impresentables, el historial de traiciones con muchos de esos aliados, algunas gestiones de gobierno catastróficas, hoy provocan en buena medida estos resultados. El progresismo deberá hacer cuentas o seguirá perdiendo elecciones.
Morena decidió esa vía y no la construcción de base social, no su politización y organización, no la alianza con movimientos sociales, sino el pragmatismo ramplón de reciclamiento de escoria y escombros de otros partidos. En Nuevo León les cobró factura su "realismo".
Las interpretaciones ideológicas sobre la elección (el voto de castigo progre-woke, la alarma por el avance de la derecha) son discursos que ocultan sus contradicciones. No se puede luchar contra el PRIANRD, haciendo candidatos a exintegrantes del PRIANRD.
Las contradicciones estratégicas de MORENA hoy salen a la luz. Aún falta un debate sobre sus contradicciones programáticas y de gobierno. El partido en el poder sin autocrítica se dirige a reciclar la política del viejo régimen, ese que se supone todos quisimos terminar en 2018.
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