El futuro hay que construirlo con humildad, dejando atrás la soberbia de creerse el que más sabe, el que más tiempo lleva o el que más aplomo tiene. Nuestro pecado ha sido justamente ese: la soberbia de no entender ni querer entender a los chilenos (1/4)
Tenemos que poner nuestro esfuerzo en cambiar un país para que todos seamos parte del desarrollo. No es andar en metro o el lugar donde estudiamos lo que nos hace distintos. Cambiar un país es que otros tengan una mejor vida y accedan a un futuro mejor (2/4)
Es descentralizar el poder, las decisiones y los recursos. Para ganarle a Jadue necesitamos interpretar a Chile y tener un proyecto que le haga sentido a los que se sacan la mugre por sacar a su familia adelante y piden una cancha pareja y un Estado eficiente (3/4
La soberbia, el miedo y la tozudez de hablar desde la elite para la elite son malos consejeros. Las ideas, la humildad, la empatía y el futuro son nuestros mejores compañeros. Vamos juntos, claro que #SePuede
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Buenos días! Me quería tomar un minuto en medio de nuestra visita a las regiones de Arica y Parinacota y Tarapacá, para hablar del rechazo de la oposición al proyecto de #KinderObligatorio. Esta iniciativa fue aprobaba por unanimidad en la Cámara, pero el Senado lo bloqueó (1/5)
Los senadores de la oposición se dividieron entre el prejuicio y la ignorancia. Prejuicio, porque algunos parlamentarios hablaron de que la culpa no era de la iniciativa, más bien lo que hacían era un punto político, o como dijo un senador, “una crítica más global” (2/5)
Ignorancia, porque una senadora dijo que el proyecto -una idea inscrita en la Constitución- lo que hacía era “descolarizar” a los niños de zonas rurales. El desprecio de creer que las cosas siempre se hacen mal, esta vez, perjudica directamente a miles de niños, ¿Por qué? (3/5)