El hostigamiento del que fui objeto por parte de la SEGOB cuando empecé a investigar movimientos armados en 2003, determinó que no buscara tener una presencia mediática. Oportunidades no me faltaron pero preferí la investigación seria, rigurosa, solitaria y en silencio. Abro hilo
A lo largo de 18 años he recogido una enorme cantidad de información acerca de los represores de la guerra sucia y la guerra contra las drogas de los 1970. He convivido con esos personajes en la soledad del archivo y los he padecido como servidores públicos en funciones.
Hay mucho qué decir acerca de represores que se han reciclado hasta la ignominia en las instituciones, pero a veces el poder y la impunidad totales de esos individuos limita drásticamente el margen de maniobra de quienes queremos denunciarlos y hacerlos pagar por sus crímenes.
Sin embargo, llegan momentos donde los represores hacen algo que derrama el vaso. Como cuando Echeverría fue a vacunarse a la UNAM, como diciendo, masacré a los estudiantes pero quedé impune y puedo ir a la UNAM como si nada. Ese fue mi límite y por eso le escribí una carta.
El que ahora ha derramado mi vaso con su ascenso a SNI nivel III es Alejandro Gertz Manero. En su calidad de oficial mayor de la PGR, Gertz fue a la guerra contra las drogas de los setenta lo que Nazar Haro a la guerra sucia.
Aunque Gertz no torturaba en persona, tenía un ejército de torturadores a su servicio. Los nombró coordinadores regionales de la Operación Cóndor en 1977, la cual fue la primera guerra contra las drogas, tal falsa e inútil como la que empezó Calderón en 2006.
La Operación Cóndor fue una campaña contrainsurgente para torturar, matar, desaparecer, violar y desplazar a los presuntos productores de amapola y marihuana en el Triángulo Dorado del noroeste y otras regiones del país. La mayoría de las víctimas eran campesinos inocentes.
En nombre de esos miles de campesinos torturados, despojados y vejados, víctimas de tácticas de tierra arrasada, exijo la renuncia de Alejandro Gertz Manero. El señor siempre defendió el éxito de la Operación Cóndor.
Se le puede llamar éxito a una operación que destruyó el Triángulo Dorado con fumigaciones y hostigamiento a miles de comunidades y que dejó irresuelto el problema del narcotráfico? Yo no tengo pruebas pero tampoco dudas de que Gertz se benefició de la extorsión a los narcos.
Un individuo así no puede ser fiscal general de la república ni mucho menos ocupar un lugar en el Sistema Nacional de Investigadores. Su lugar es la cárcel. Luchemos por el saneamiento del servicio público para que ningún violador de derechos humanos ocupe un cargo público.
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Las conmemoraciones oficiales por el halconazo me dejaron satisfecha por el cambio de política institucional respecto a los crímenes de Estado del pasado. Los historiadores institucionales hicieron una gran labor divulgativa, mi reconocimiento desde aquí. Abro hilo.
El presidente AMLO pidió perdón de forma vaga y superficial, pero no nombró a las víctimas del 10 de junio, un hecho básico en cualquier política de la memoria y los derechos humanos. Identificar a las víctimas debe ser una prioridad de un Estado que busca romper con el pasado.
En la sociedad civil también debemos nombrar a las víctimas, ciudadanos comunes y corrientes, como nosotros. Sólo así podemos construir una conciencia colectiva para reaccionar ante cualquier tentativa violenta del Estado.