El fútbol y la política se entrelazan. Con la selección sucede algo semejante al país. Ganó 3 a 0 y se la cuestiona. Messi es el mejor del mundo, pero se lo crítica. El país trajo 27 millones de vacunas y pronto inmunizará a los mayores de 18. Cerró con EEUU, Rusia y China.
Los periodistas deportivos que llevan una vida country y operan desde canales cuyos accionistas son extranjeros (negocian la televisación del fútbol) dicen que no hay proyecto en la selección y se quieren llevar puesto al técnico a un partido para llegar a la final. Insólito.
En la política, la oposición criminal expande la normalidad letal abriendo hasta los bingos de CABA. Los críticos del Gobierno Nacional fueron inmunizados con una o dos dosis de Sputnik V, AstraZeneca o Sinopaharm. Toman café y hablan sin barbijos dentro de los bares. Complicado.
Querían Pfizer, tienen Pfizer. Un decreto presidencial protege los bienes del Estado y se creó un Fondo. Además de la figura dolosa en el caso de los proveedores. Pero ahora la oposición delirante y su coro mediático del odio también se quejan. La selección ganó 3 a 0. En fin...
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