Estoy en una charla sobre el futuro de la Vaquita Marina (Phocaena sinus), presentando los resultados de diferentes proyecciones demográficas a partir de información genómica, y parece que hay motivos para ser moderadamente optimista. 
Este animal vive exclusivamente en la parte más alta del Golfo de California, y parece haber tenido una población muy pequeña desde hace miles de años. Esto ha hecho que la diversidad genética de esta especie sea una de las más bajas jamás registrada en un mamífero.
Sin embargo, en el caso de esta especie, esto también ha implicado la desaparición de la mayoría de mutaciones deletéreas. Esto, según las proyecciones, protegería a la especie de los efectos más negativos de la depresión por consanguineidad.
Estos resultados señalan a que esta especie, pese a tener apenas unas decenas de ejemplares, todavía no está condenada. Lo único que tenemos que hacer es acabar con las muertes por captura y darles tiempo para recuperarse.
Y para hacer eso, tenemos que acabar con el comercio ilegal del Totoaba (Totoaba macdonaldi), una especie simpátrica a la vaquita y de similar tamaño, que es muy popular como remedio en la Medicina Tradicional China. Una vez más, las supercherías acabando con la fauna salvaje.
Por cierto, esto igual les interesa a @MarineLifeProj y @Mylestring
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