Pocas cosas hay más definitorias de la cultura vasca que el bertsolarismo,el arte de improvisar versos en euskera. Pero aunque en el bertsolarismo reciente las mujeres han estado excluidas, fueron las iniciadoras de esta tradición en la Edad Media. ¡Ven a descubrir su historia!⬇️
El cronista Esteban de Garibay (s.XVI) se refiere al s. XV como “el siglo de las mujeres improvisadoras”, y es uno de los primeros historiadores que nos habla de este arte de hacer poesía de las damas vascas.
Esteban de Garibay nos introduce de lleno en el mundo de las eresiak o endechas, poemas que las damas cantaban en los funerales frente a las personas difuntas de su linaje, honrando su memoria e incluso contándoles noticias de lo que había acontecido tras su muerte.
Una de las eresiak más conocidas es sin duda la de la hermana de Milia de Lastur, una mujer anónima que improvisó un emotivo poema en el que se lamentaba por la injusta muerte de Milia, muerta por complicaciones en el parto.
En esta endecha le cuenta a la difunta algunas noticias sobre su Lastur natal, sobre su madre y su padre, e incluso un extraño incidente con la casa-torre familiar, de la que dice que le ha caído una piedra del cielo partiéndola por la mitad.
Pero también le informa de la traición de su marido, que al poco de morir Milia ya había encontrado una sustituta a la que había tomado por esposa. Veamos estos versos en su versión en euskera y traducidos.
Euskaraz:
Zer ete da andra erdiaren zauria?
Sagar errea, eta ardao gorria.
Alabaia, kontrarion da Milia:
Azpian lur hotza gainean harria.
Lasturrera behar dozu, Milia.
Aita jaunak eresten dau elia,
Ama andreak apainketan hobia.
Hara behar dozu, Milia.
Jausi da zerurean harria,
Aurkitu dau Lasturren torre barria,
Edegi dio almeneari erdia.
Lasturrera bear dozu, Milia.
Arren, ene andra Milia Lasturko,
Peru Garziak egin deusku laburto:
Egin dau andra Marina Arrazolako.
Ezkon bekio, bere idea dauko.
Castellano:
¿Cuál es la herida de la mujer parida?
Manzana asada y vino rojo.
Mas para ti es diferente, Milia:
debajo la fría tierra, encima la losa.
Tienes que ir a Lastur, Milia.
El señor padre hace bajar el ganado
la señora madre prepara la sepultura.
Tienes que ir allí, Milia
Del cielo ha caído una piedra,
ha dado en la torre nueva de Lastur,
la ha partido por la mitad.
Tienes que ir allí, Milia.
Milia de Lastur, señora mía,
Peru Garzia se ha portado como un bellaco,
ha tomado por mujer a Maria de Arrazola.
Que se case con ella, está hecha para él.
Estas eresiak o endechas nos abren la puerta al mundo femenino medieval, en el que las propias damas expresaban sus ideas, inquietudes y preocupaciones, y además lo hacían ante un gran público en los funerales, en los que se convertían en las auténticas protagonistas.
Sin embargo, no dejaban escapar la ocasión para proferir amenazas si así lo consideraban necesario, como hace Sancha Ochoa de Ozaeta en el funeral de su marido, asesinado durante las guerras de banderizos. Veamos la versión en euskera y en castellano.
Euskaraz:
Oñetako lur jabill ikara
Lau aragiok beran bezala,
Martín Bañez Ibarretan ill dala...
Artuko dot esku batean gazia
Bestean suzi iraxegia
Erreko dot Aramayo guztia.
Castellano:
Me tiembla la tierra bajo los pies
Como las carnes de las cuatro extremidades,
Pues ha muerto Martín Bañez en Ibarreta...
Tomaré en una mano un dardo
En la otra una hacha encendida
Quemaré toda Aramayona
Dos endechas bien diferentes que nos hablan de las condiciones de vida y de muerte de estas damas medievales, de sus diferentes actitudes ante el dolor de una pérdida y de cómo encontraban a través de la poesía improvisada una vía para expresarse ante una audiencia expectante.
Pero no sólo las altas damas cantaban bertsos, sino que también las mujeres del común, de manera más informal, hacían rimas en las que se burlaban de las situaciones de la vida cotidiana. Las conocemos bajo el nombre de “mujeres profazadas”.
En el Fuero Nuevo de Bizkaia se las describe de este modo: “mujeres que son conocidas por desvergonzadas y revolvedoras de vecindades, y ponen coplas y cantares a manera de libelo”. Estas mujeres, a diferencia de las altas damas, eran tenidas por maleantes y escandalosas.
De ellas no nos han llegado muestras de su arte, pero sí de la prohibición de ejercerlo. Las distintas ordenanzas vascas, especialmente las vizcaínas, tratan, hacia finales de la Edad Media e inicios de la Edad Moderna, de ir acallando estas voces femeninas disidentes.
En Gernika se vetó el canto de eresiak en los funerales bajo multa de 120 maravedíes, mientras que en Bilbao esta práctica se prohibió en 1493. A pesar de que las mujeres continuaron cantando, en 1519 ya era efectiva la prohibición de las endechas femeninas en toda Bizkaia.
Pero este arte de hacer bertsos para cantar sobrevivió allá donde se reunían las mujeres. En lavaderos, en el interior de las casas, en los espacios seguros las mujeres siguieron inventando y memorizando bertsos, garantizando la continuidad de esta tradición.
De todo este mundo femenino en verso hablo en la introducción del episodio de “El podcast de Sancho el Sabio”, que dirijo y presento para @SANCHOELSABIO. Aquí os dejo el fragmento. go.ivoox.com/rf/72532142
Si os ha interesado el tema del bertsolarismo y su vinculación con las mujeres, no dejéis de escuchar el programa entero, donde ahondamos en esta apasionante tradición cuyas raíces se hunden en la incomprendida Edad Media. go.ivoox.com/rf/72530771
Eskerrik asko!
¡Muchas gracias!
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Estoy leyendo demasiado en esta red sobre violencia verbal y psicológica ejercida en las mesas de Navidad en el seno de la familia, y como persona que decidió poner fin a ese tipo de agresiones me gustaría daros un consejillo.
No tenéis que tolerar que nadie os trate mal. Si en vuestra familia se protege al agresor y os mandan aguantar y callar huid y no miréis atrás. Hay personas que aprovechan los lazos familiares para echártelos al cuello y ser auténticos maltratadores y tiranos.
Yo rompí con mi familia más cercana por este motivo hace ya unos cuantos años. Me harté del maltrato continuado de mi padre y de su misoginia y lo único que lamento es haber aguantado tanto para hacerlo. Lo soporté por otros miembros de la familia, pero fue un gran error.
En un capitel de la iglesia de la Magdalena de Vézelay nos encontramos esta curiosa estampa de un monje perfectamente tonsurado que muestra sus exuberantes pechos y lo que parece la apertura de su vagina ante dos estupefactos personajes. ¿Cómo podemos explicarnos esta escena?
Hablemos de hagiografía, de ruptura de roles de género e incluso de realidades trans medievales que se mostraban a través de las imágenes y de las historias de la cultura popular. Y todo ello además en el contexto de la severidad de un monasterio de la orden cluniacense.
Comencemos por presentar al personaje central: el monje con atributos corporales femeninos. Nacida bajo el reinado del emperador Cómodo con el nombre de Eugenia, de joven se sintió fascinada por la vida monástica que se desarrollaba en un monasterio a las afueras de Alejandría.
Cuando pensamos en los talleres de cantería medievales que construyeron nuestras iglesias, murallas, castillos y torres, solemos figurarnos a un maestro de obras dirigiendo un grupo de fornidos obreros golpeando la piedra o acarreando material. ¿Pero es esta imagen cierta?
Realmente, hasta los siglos finales de la Edad Media no contamos con mucha información sobre el funcionamiento de estos talleres, siendo muy difícil, por ejemplo, encontrar datos fiables en los siglos del románico.
Por ello, la mayor parte de información de la que disponemos para esta época son problemáticos autorretratos en las propias iglesias...
Hay ocasiones en las que la vida te va marcando caminos que te hacen cerrar etapas y abrir otras nuevas. Y recientemente ha habido acontecimientos (algunos de ellos muy ilusionantes) que me han llevado a tomar la decisión de desvincularme completamente del proyecto @AlavaMedieval
Ésta ha sido una decisión muy difícil, puesto que, desde que ese proyecto era sólo una idea he trabajado hasta la extenuación por convertirlo en una realidad. Lo he luchado, defendido, he tratado de superar todas las trabas (que no han sido pocas) y todo ello cargada de ilusión.
Por ello se me hace muy dura esta partida, aunque frente a mí tengo una etapa muy ilusionante llena de nuevos proyectos en los que podré centrarme exclusivamente en lo que realmente me interesa y con lo que disfruto: la investigación y la divulgación.
En el capítulo de hoy de #CómoOcultaralasMujeresenlaHistoria os contaré el misterioso caso de la reina que se volvió invisible sólo porque su nombre aparecía en un documento junto con el de un noble que no le llegaba a la suela de sus regios zapatos.
Para ello nos vamos a trasladar al siglo XI, a una pequeña localidad alavesa llamada Batxikabo, conocida por su interesante templo renacentista y por su magnífico retablo fingido descubierto en una restauración reciente.
A pesar de que es una maravilla poder contemplar el retablo escultórico y el pintado de forma simultánea y a que se realizan visitas guiadas allí, en esta ocasión no nos interesa su pasado moderno, sino su pasado medieval.
En el capítulo de hoy de #CómoOcultaralasMujeresenlaHistoria veremos cómo una mujer de la que no sabemos prácticamente nada se fue convirtiendo progresivamente en la mala de la película para enaltecer la imagen de un hombre muy conocido. Os presento a la griega Jantipa.
Posiblemente no conozcáis a Jantipa, y es que sólo ha pasado a la historia como una nota a pie de página dentro de la biografía de uno de los más importantes pensadores del canon de la Filosofía. Y es que Jantipa fue la esposa de Sócrates.
Una mujer de la que no se habla en los libros de historia, de la que apenas podemos esbozar una biografía, pero que protagonizó algún chistecito bastante machista por parte de alguno de mis profesores cuando estudié la carrera de Filosofía.