Thread by @JavierJaraH

Como os veo muy interesados en los certámenes deportivos de cierto santuario de Zeus y últimamente estoy muy ausente por aquí, voy a daros la turra sobre otro de los más importantes centros religiosos griegos de la Antigüedad:

👇¿Cómo se obtenían los oráculos en Delfos? HILO 👇

Las consultas a la pitia délfica (la sacerdotisa que hablaba y profetizaba por boca de Apolo) solo podían llevarse a cabo un día al mes, el séptimo, pues se consideraba que el dios había nacido el séptimo día del mes de Bysios, al inicio de la primavera según el calendario local.

De acuerdo con Diodoro Sículo, en origen, el papel de pitia solo se reservaba a jóvenes vírgenes de Delfos. Sin embargo, tras un episodio en el que un individuo tesalio raptó y violó a una sacerdotisa, se decretó que en adelante las pitia debía contar con más de cincuenta años.

Los días de consulta oracular, la pitia comenzaba sumergiéndose en la cercana fuente Castalia para purificarse. Acto seguido, volvía al santuario y quemaba una ofrenda de hojas de laurel y harina de cebada a Apolo mientras pronunciaba algún tipo de oración a las deidades locales.

Los sacerdotes del templo, aquellos que apoyaban y asistían a la pitia, aprovechaban el momento para buscar el consentimiento de Apolo y comenzar la jornada oracular vertiendo agua sobre la cabeza de una cabra. Si el animal temblaba, se consideraba que el dios estaba de acuerdo.

Entonces la cabra era sacrificada en el altar situado junto al templo del santuario, señal de que los visitantes (de todos los rincones de la ecúmene) podían proceder a efectuar sus consultas. Debía de ser un momento de júbilo general, pues probablemente llevaran días esperando.

Existía cierto orden de preferencia para consultar al oráculo:

1. Los habitantes de Delfos.
2. Aquellos procedentes de las ciudades que controlasen la Anfictionía (el consejo de administración del santuario).
3. El resto de griegos.
4. Los no helénicos.

No obstante, dentro de estos grupos, la casta sacerdotal podía condecer la «promanteía», es decir, el derecho para consultar al oráculo preferentemente. Solía otorgarse en función de las ofrendas al santuario o de las acciones políticas que lo beneficiasen, públicas o privadas.

Cada consultante debía abonar, para realizar la consulta, el «pélanos»: se compraba una especie de galleta aportando un dinero con el que se pagaba el acto oracular y se aportaba un ingreso a las arcas del santuario. La galleta se quemaba en el altar antes de acceder al templo.

Se estima que el precio a pagar por una consulta realizada en nombre de una polis o institución era diez veces superior al de una particular. Aun así, tenemos poca información sobre el precio del «pélanos». Quizá cada ciudad pagase un precio diferente en función de su riqueza.

Cuando llegaba su turno, el consultante (siempre varón) entraba en el templo de Apolo y sacrificaba, en el altar interior, un animal que también tenía que pagar. Una parte de la víctima (la grasa) se ofrecía a los dioses y otra se destinaba a alimentar a los habitantes de Delfos.

Por fin, se llevaba al consultante al lugar del templo en el que esperaba la pitia, sentada sobre un trípode junto a un árbol de laurel y representaciones de Apolo. No sabemos si la actividad se llevaba a cabo cara a cara o si los individuos estaban separados por una pared.

Tampoco sabemos si la consulta se efectuaba oralmente o se entregaba por escrito a los sacerdotes para que fueran estos quienes se la transmitiesen a la pitia. De ser cierta esta última probabilidad, la respuesta oracular podía ser tergiversada y modificada a su antojo político.

Menos aún sabemos sobre la fuente de inspiración de la pitia. Las fuentes clásicas nos hablan de una rama de laurel agitada. Diodoro menciona una grieta bajo la sacerdotisa, de la que emanarían gases nocivos que serían los causantes del trance y de la conversación con el dios.

De hecho, según el Sículo, la razón por la que la pitia se sentaba sobre un trípode sería protegerla de la exposición a estos vapores. Ya en el siglo I d. C., Plutarco, quien fuera sacerdote délfico, alude a ciertos vapores en el recinto, pero no deja clara su naturaleza tóxica.

La existencia de estos gases es también recogida por otras fuentes tardías como Estrabón, Pausanias o Juan Crisóstomo. Sin embargo, ninguna excavación arqueológica ha dado con la grieta en cuestión. Los estudios modernos contemplan desde drogadicción hasta hipnosis autoinducida.

En cualquier caso, según las fuentes, la pitia ofrecía una respuesta codificada en hexámetros perfectos y con una calculadísima ambigüedad. El santuario se protegía así ante errores en la profecía: si el oráculo no se cumplía, era debido a la mala interpretación del consultante.

Esto explica, en buena medida, el incremento del prestigio délfico y su conversión en uno de los centros más importantes en el siglo VI a. C.; un éxito que también desembocó en un certamen deportivo propio celebrado cada ocho años los Juegos Píticos, que dejo para otra ocasión.

Con esto termina este breve hilo sobre las consultas oraculares en Delfos. ¡Si te ha gustado (o si has llegado hasta aquí), se agradece mucho un RT!

📚Fuentes para el estudio del santuario délfico:

Parke, H. W. y Wormell, D. E. 1956: The Delphic Oracle, Vol. I: The History. Oxford: Blackwell

Flacelière, R. 1965: Greek Oracles. London: Elek Books

Fontenrose, J. 1978: The Delphic Oracle. Its Responses and Operations with a Catalogue of Responses. London: University of California Press

Scott, M. 2015: Delfos. Historia del centro del mundo antiguo. Barcelona.

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