El conquistador Hernán Cortés recibió como gratificación por la conquista, una gran extensión de tierra fértil y poblada. A la que se llamó, el Marquesado de Oaxaca, pero este Marquesado no comprendía solamente las tierras del ahora estado de Oaxaca.
Comprendía también los poblados de: Texcoco, Otumba, Huejotzingo, Chalco, Oaxaca, Tututepec, Jalapa de Tehuantepec, Soconusco, Tlapa, Zacatula, Cuernavaca, Coyoacán, Toluca, Chapuputan y Oxitipa, Tuxpan y Cicoaque, Cotaxtla, Tuxtla, Tepeaca, Ichalpan y Chinantla.
Junto con estas tierras Hernán Cortés recibió el distinguido título nobiliario de Marqués del Valle de Oaxaca. Un título con el que el rey reconoció su honor y valentía. Se cumplió el más precioso sueño de Hernán, era poseedor de un linaje noble que heredaría a sus descendientes
La Corona le otorgó al Marquesado de Oaxaca facultades de gobierno, con autonomía administrativa que lo dejaba casi siempre exento de la mayoría de las disposiciones que se tomaran para el resto de Nueva España aunque sin quedar al margen de las leyes generales.
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El 8 de noviembre de 1972, el vuelo ✈️ 705 de Mexicana Aviación fue secuestrado por integrantes de la Liga de Comunistas Armados, esto cuando el avión se disponía a despegar con 110 pasajeros en el Aeropuerto Internacional de Monterrey con rumbo a la Ciudad de México.
El grupo comunista declaró a los pasajeros:
“Somos integrantes de la Liga Comunista Armados, y buscamos derrocar a este gobierno para establecer uno de carácter socialista que acabe con la burguesía. Nadie se mueva, manos a la nuca y todos tranquilos.”
La Liga Comunista Armada fue un movimiento iniciado entre estudiantes de la Universidad Autónoma de Nuevo León. El comando que tomó el avión estaba integrado por Germán Segovia, Armando Gonzalez, José Martínez y Alberto Sánchez.
Una vez consumada la conquista, los tlaxcaltecas recibieron distinciones especiales de parte de la Corona Española por su lealtad y los servicios prestados durante la misma.
Se les permitió conservar su gobierno indígena y sus tierras sin la intromisión de los españoles.
Los tlaxcaltecas se vieron libres de pagar impuestos.
A Tlaxcala se le otorgó un escudo de armas y el título de ‘Leal Ciudad de Tlaxcala’.
Se les concedió el derecho a portar armas y de montar caballo, además se les consideró como Hidalgos (persona noble, generosa y valiente)
Se les otorgaron tierras fuera de su ciudad para poblar.
Algunos pueblos que fundaron son:
- San Miguel de Aguayo, hoy Bustamante, N.L.
- Nueva Tlaxcala de Nuestra Señora de Guadalupe de Horcasitas, hoy Guadalupe, N.L.
- Santiago de las Sabinas, hoy Sabinas , N.L.