Las cantinelas de los farsantes socialpatriotas de hoy sobre la "dominación de España" por poderes extranjeros son bien conocidas, pero quizá no tanto sus profundas raíces, y menos aún que desde el 36 fueron la carta de presentación de buena parte del movimiento obrero.
Incluyendo, por supuesto, al anarquismo y al anarcosindicalismo, lo cual demuestra por enésima vez que oportunismo y nacionalismo, en cualquiera de sus formas, son indisociables. Pocas declaraciones como estas condensan tan bien la renuncia nacionalista a toda revolución social.
En el mismo órgano de expresión, por si quieren aprender nuestros oportunistas de hoy, tan solo varios días después la otrora poderosa CNT firmó junto al PSOE-UGT, PNV y ERC (sí, PNV y ERC) un manifiesto en el que denunciaba la "venta del Estado español" al imperialismo yanqui.
Misma música y letra que en 𝑅𝑒𝑐𝑜𝑛𝑞𝑢𝑖𝑠𝑡𝑎 𝑑𝑒 𝐸𝑠𝑝𝑎𝑛̃𝑎, el órgano de la Unión Nacional Española (UNE), cuando el objetivo supremo de la revolución y el comunismo ya no aparecía en el PCE siquiera como perspectiva a largo plazo.
Idéntica retórica socialnacionalista en Cataluña con el PSUC, que formó en la misma época la Alianza Nacional de Catalunya (con republicanos y sectores de CNT y UGT), el "estado mayor del gran pueblo de Cataluña" cuya tarea pasaba por "reconquistar la independencia de España".
Para quien quiera leer o consultar algunos de los números publicados por los órganos de la CNT en el exilio y la UNE:
Declaración del PCE unos dos años antes del inicio de la política de reconciliación nacional, oficializada con el documento "Por la reconciliación nacional, por una solución democrática y pacífica del problema español" (imagen derecha), donde podemos leer perlas como esta:
Más de una década antes, el PCE llamó a articular "un amplio frente nacional (...) para llegar a un Gobierno de Unión Nacional (...) garantía de la salvación del país y de la defensa de los intereses de todos los españoles". Se comenta solo.
Y el delirio socialchovinista quintaesenciado: ¡España se merece su sitio entre las grandes potencias! En una declaración donde, por cierto, se renunciaba incluso a la formulación explícita de la reivindicación republicana.
Anticipando y allanando la labor estabilizadora de la dictadura del capital del 78 por parte del PCE. Ni un decenio pasó entre la declaración de la imagen izq. y la validación del régimen del 78: 169 votos a favor, 11 abstenciones y ningún voto en contra (CC del PCE, 15-4-1977).
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Cuando algunos denunciamos, en práctica minoría dentro del campo comunista por ahora, que el feminismo del capitalismo maduro es el campeón actual en la estabilización y el encuadramiento corporativo de masas, lo decimos por políticas concretas como esta:
Cuando, además, exponemos y fundamentamos que el feminismo es una concepción del mundo que reclama su sustantividad propia (la perspectiva de género, en oposición antagónica a la visión universal del proletariado revolucionario), lo decimos también por argumentaciones como esta:
Y ello está puesto negro sobre blanco en los escritos teóricos de las más conspicuas figuras del feminismo, sobre todo entre aquellas que, como he dicho más de una vez, menos necesidad tienen de utilizar fraseología marxista.
A propósito de la reflexión de @VonKoutli, un mando militar de la burguesía española enfatizó en una entrevista, poco después de la invasión rusa de Ucrania, la relevancia estratégica de fortalecer lo que llamó una cultura y conciencia nacional de defensa.
Insistió en la necesidad de fortalecer la cohesión y la paz social en este momento de intensificación de las contradicciones entre Estados capitalistas, en la necesidad de que las grandes masas sientan que el Estado y las fuerzas armadas son su Estado y sus fuerzas armadas.
Dicho trasfondo pone de relieve la dinámica acentuada con la pandemia, que pocos comunistas han denunciado: la creciente militarización de las sociedades capitalistas occidentales en particular, y cómo unidades como la UME han cumplido ese propósito de masas para la burguesía.
Una cosa es la necesidad de acometer un Balance —la columna vertebral de la reconstitución ideológica y política del comunismo— integral de la experiencia soviética a propósito de la cuestión nacional . Otra muy distinta, aceptar la propaganda burguesa al respecto.
Cada uno sabrá qué referente elige como punto de partida: la praxis revolucionaria bolchevique y la entera historia de la Unión Soviética (hasta su etapa abiertamente socialchovinista), o la academia de la burguesía y el jefe actual del Estado Mayor de la gran burguesía rusa.
Al respecto de lo último, tampoco es casual (en política y en la vida nada lo es) que lo más "granado" del socialfascismo patrio se apoye en la "autoridad" del más descarado chovinismo gran-ruso para impugnar lo más avanzado de la experiencia soviética sobre el problema nacional.
Dosier con valiosa información sobre la guerra civil tayika (1992-1997), que estalló en el país poco después de la implosión y disolución de la URSS socialimperialista.
Sin quitarle importancia al factor étnico y religioso, este tipo de conflictos armados han constituido la forma de expresión principal de los choques entre fracciones de clase dominantes y fracciones desplazadas o con una menor cuota de poder (fragmentos de Olivier Roy).
Dos datos reveladores de Michèle Kahn ("Les Russes dans les ex-républiques soviétiques") acerca de la realidad social del Tayikistán y el Asia central durante los 80: menor tasa de matrimonios mixtos de la URSS; en 1989, solo un 3,5 % de rusos conoce la lengua tayika.
El desarrollo de los últimos acontecimientos en Ucrania y el este de Europa exige, para quienes aún no hemos renunciado a la superación de un régimen social de esclavitud y barbarie, una toma de posición proletaria, independiente. Unas breves consideraciones al respecto.
1/ Tres principios primordiales sin los cuales es imposible adoptar una postura, desde la perspectiva y la 𝗰𝗼𝗻𝗰𝗲𝗽𝗰𝗶𝗼́𝗻 𝗱𝗲𝗹 𝗺𝘂𝗻𝗱𝗼 del marxismo revolucionario, acerca del conflicto que sacude hoy a uno de los puntos más calientes del sistema imperialista mundial:
2/ En un momento de derrota del comunismo mundial, de interregno entre un Ciclo de Octubre clausurado y un nuevo ciclo revolucionario mundial aún por abrir, el centro del tablero lo sigue ocupando la contradicción interimperialista y entre distintas fracciones burguesas.
La contribución de Bermudo Ávila a la controversia en torno a la cosmovisión revolucionaria y el papel en ella del marxismo kantiano y del austromarxismo "anti-Engels" merece, como poco, ser tenida en cuenta. Ahí va un brevísimo hilo con algunos fragmentos de interés.
), Bermudo expone cómo una “buena parte del debate antiengelsiano ofrece formas típicas del marxismo kantiano”.
Así, en el marxismo de base kantiana, un "momento del marxismo [que] es poco conocido [y] que toma fuerte arraigo a finales del XIX en las filas de la socialdemocracia alemana", hallamos "buena parte de la crítica posterior a Engels".