Los bordados de este vestido del siglo XVIII no son flores corrientes. Su diseño se inspiró en la obra «Neues Blumenbuch» (1675-80) de la artista y naturalista Maria Sibylla Merian.
Aunque su trabajo sobre la metamorfosis de las mariposas fue el que le otorgó mayor reconocimiento internacional, «Neues Blumenbuch» (Nuevo libro de flores) fue su primera obra, publicada en tres volúmenes.
Además de recoger diversas especies de flores basadas en sus estudios al natural, incluía otros modelos de pinturas. Pudo ser concebido como una colección de patrones para el trabajo de bordado y costura, artes que sí estaban permitidas para las mujeres.
Hace unos años, la empresa londinense "Chelsea Textiles", especializada en recrear artesanalmente textiles antiguos, adquirió el vestido al identificar los motivos de la obra de Merian. Fue el origen de una línea de diseño basada en ella. chelseatextiles.com/uk/fabrics/emb…
Sobre la faceta bordadora de Merian, interesantísimo el capítulo "Stitches, Specimens, and Pictures" del libro de Janice Neri 👉The Insect and the Image: Visualizing Nature in Early Modern Europe, 1400-1700 (U. of Minnesota Press, 2011). …nesota.universitypressscholarship.com/view/10.5749/m…
Esta naturaleza muerta es insólita. Junto a las flores, su artista ha introducido otro misterio de la creación: la electricidad. #Hilo
El artista podría ser Paul Lelong (s. XIX) aunque no se sabe con certeza. El generador electroestático nos lleva a escuchar en el zumbido de la rueda y el crepitar de las chispas cuando todo está en movimiento.
Pero en la pintura,todo está en calma. El experimento ha acabado.
Frente a los grises azulados de la rueda y el fondo oscuro, destaca el brillo de los conductores de latón y el dorado reluciente de las hojas de oro que se encuentran dentro de la botella de Leyden. La cadena dorada se arrastra saliendo del marco, conectando con el suelo.
La ilustradora Sarah Lee Bowdich (1791-1856) pasaba horas a la orilla del río, esperando ese instante en que los peces pican el anzuelo, para registrar sus verdaderos colores, que se desvanecen rápidamente después de la muerte.
Su historia empieza en África donde se quedó sola...
...tras la muerte de su marido, compañero de expedición.
Ambos habían viajado a África Occidental en dos ocasiones. Sarah Bowdich habría sido la primera mujer en estudiar e identificar varios especímenes de plantas en el África tropical.
Img: Misión Bowdich, Asante (Ghana) BL.
Su primera expedición fue entre 1816 y 1818. Tras regresar a Europa, visitaron al naturalista Georges Cuvier (1769–1832), que les permitió trabajar en sus colecciones y preparar un nuevo viaje de exploración a Gambia, en 1824. También tenían contacto con Alexander von Humboldt.