Esta naturaleza muerta es insólita. Junto a las flores, su artista ha introducido otro misterio de la creación: la electricidad. #Hilo
El artista podría ser Paul Lelong (s. XIX) aunque no se sabe con certeza. El generador electroestático nos lleva a escuchar en el zumbido de la rueda y el crepitar de las chispas cuando todo está en movimiento.
Pero en la pintura,todo está en calma. El experimento ha acabado.
Frente a los grises azulados de la rueda y el fondo oscuro, destaca el brillo de los conductores de latón y el dorado reluciente de las hojas de oro que se encuentran dentro de la botella de Leyden. La cadena dorada se arrastra saliendo del marco, conectando con el suelo.
En el extremo izquierdo, vemos el "huevo eléctrico" del Abbé Nollet: un tubo de vidrio al vacío, con un alambre que sellaba uno de sus extremos y en el que reprodujo el fenómeno de Hauksbee; una fuente de electricidad de alto voltaje permitió la invención de los Rayos X.
¿Qué significa el jarrón de las flores en toda esta alegoría del avance de la ciencia? Dos rosas y un ramo de violetas ilustran la belleza del mundo natural, mientras que nos recuerdan que estamos ante una naturaleza muerta: ahora, todos ellos, son objetos inanimados.
El jarrón también nos dice algo sobre el mundo de los viajes y la experimentación. Sobre fondo azul nos muestra una escena oriental, a través de una figura que porta una sombrilla en un paisaje exótico. Sus mangos dorados brillan tan intensamente como los conductores eléctricos.
Las maravillas de la ciencia son reveladas a través la pintura, que también nos muestra la capacidad de la humanidad para viajar por el mundo y asombrarse con el descubrimiento de la naturaleza y sus diferentes culturas.
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La ilustradora Sarah Lee Bowdich (1791-1856) pasaba horas a la orilla del río, esperando ese instante en que los peces pican el anzuelo, para registrar sus verdaderos colores, que se desvanecen rápidamente después de la muerte.
Su historia empieza en África donde se quedó sola...
...tras la muerte de su marido, compañero de expedición.
Ambos habían viajado a África Occidental en dos ocasiones. Sarah Bowdich habría sido la primera mujer en estudiar e identificar varios especímenes de plantas en el África tropical.
Img: Misión Bowdich, Asante (Ghana) BL.
Su primera expedición fue entre 1816 y 1818. Tras regresar a Europa, visitaron al naturalista Georges Cuvier (1769–1832), que les permitió trabajar en sus colecciones y preparar un nuevo viaje de exploración a Gambia, en 1824. También tenían contacto con Alexander von Humboldt.
Los bordados de este vestido del siglo XVIII no son flores corrientes. Su diseño se inspiró en la obra «Neues Blumenbuch» (1675-80) de la artista y naturalista Maria Sibylla Merian.
Aunque su trabajo sobre la metamorfosis de las mariposas fue el que le otorgó mayor reconocimiento internacional, «Neues Blumenbuch» (Nuevo libro de flores) fue su primera obra, publicada en tres volúmenes.
Además de recoger diversas especies de flores basadas en sus estudios al natural, incluía otros modelos de pinturas. Pudo ser concebido como una colección de patrones para el trabajo de bordado y costura, artes que sí estaban permitidas para las mujeres.