En 1978, el arquitecto italiano Aldo Rossi comenzó la construcción de la que, para muchos, sería su obra maestra: el cementerio de San Cataldo.
En San Cataldo, Rossi formalizaba un edificio que daría la vuelta al mundo: un bloque cúbico de significado perfectamente hermético. Un hexaedro hiératico, inconsiderable, inmarcesible y todos los adjetivos pomposos del posmodernismo que se os apetezcan...
Aldo Rossi "revolucionó" el panorama arquitectónico europeo con el cementerio de San Cataldo y con las capas y capas de intelectualidad que muchos críticos pusieron encima del edificio...
...quizá no habrían sido tan entusiastas si supieran que en el otro extremo del mundo ya hacía tiempo que había construido un cubo hermético, hierático, pero cuya relación con el ser humano era mucho, MUCHO más peculiar.
El Muro de Emisión de Beishan:
Para entender el por qué del muro de Beishan, hay que saber que tanto este cubo, como el vecino de Mashan, se levantan en la isla grande de Kinmen: un pequeñísimo archipiélago junto a China, pero de soberanía taiwanesa.
Esto de aquí.
Kinmen fue el centro de las hostilidades del final de la Guerra Civil China, que duró desde 1927 hasta 1949.
Una vez que el Partido Comunista de China tomo el control del territorio continental, empujó a Chan Kai Shek a retirarse a Taiwan.
Sin embargo, Taiwan está a varios centenares de kilómetros del continente, mientras que Kinmen está AL LADITO de China.
A apenas 6 kilómetros y esencialmente rodeada del continente.
Por eso, tras la 2ª Guerra Mundial, las fuerzas de Mao y la República Popular China intentaron conquistar Kinmen más de una vez.
La más cruenta se produjo a finales de octubre del 49 cuando el ejército de Mao intentó tomar la playa de Kinmen.
Pero no salió bien.
Bueno, no salió bien para Mao, para Chan Kai Shek fue una victoria. La victoria que terminaría definitivamente con las hostilidades.
Aún hoy hay recuerdos de la batalla en la playa de Kinmen. Recuerdos de varias toneladas...en serio.
Tras sufrir más de 4.000 bajas, China decidió no volver a intentar la invasión de Kinmen...
...pero no abandonó la guerra.
Sencillamente, decidió que ya no atacaría con armas.
Atacaría con propaganda.
A partir de 1950, China anunció que bombardearía Kinmen solo los días impares, cosa que hizo.
Por su parte, la artillería taiwanesa respondería solo los días pares.
Y en ambos casos, los proyectiles no portarían carga explosiva, sino panfletos de propaganda.
Los pósters que caían desde la artillería chinas (iz.) eran bastante agresivos: "¡Liberad Taiwán!.
En cambio, los del lado taiwanés (dr.) eran bastante más sobrios, algo así como Taiwán mola, ven a comprobarlo.
Pero la guerra de propaganda no se limitó a los proyectiles con pósters. Hubo otro despliegue armamentístico que cruzaba cada día los cielos del estrecho de Taiwán: la radiodifusión.
Las emisoras chinas lanzaban cada día proclamas a favor de la unidad nacional y animando a los soldados taiwaneses a que cambiasen de bando.
Los taiwaneses alternaban los ataques a Mao y al Partido Comunista con discursos sobre lo ricos y prósperos que eran en la isla.
Ah, y desde Taiwán, también emitían muchas veces al día, las canciones de Teresa Teng, una joven cantante ligera de voz dulce, que era un verdadero éxito allí.
Para añadir frikismo al asunto, a los taiwaneses parece que no les valía con dar la turra a través de las ondas radiofónicas, así que decidieron que los chinos que no tuviesen radio TAMBIÉN iban a "disfrutar" de Teresa Teng.
Y construyeron un altavoz de 10 metros de alto.
Construido en 1967, el Muro de Emisión de Beishen es un cubo de hormigón horadado con 48 huecos donde se instalaron 48 altavoces de alta potencia con el sano objetivo de atronar a los vecinos chinos.
Y cuando digo "atronar" es literal, porque el cacharro desarrolla un pico de decibelios superior al de un avión despegando y su alcance es de más de 25 kilómetros.
VEINTICINCO KILÓMETROS CON TERESA TENG, COLEGAS.
(Recordemos que la costa China está solo a 6 kilómetros).
Pues, al parecer, tampoco les parecía suficiente con el Muro de Emisión de Beishen, porque en el otro lado de la isla construyeron OTROS DOS ALTAVOCES GIGANTES DE HORMIGÓN (aunque uno es más "pequeñito").
Es el denominado Observatorio de Mashan.
Para que os hagáis una idea, los dos puestos de los altavoces están en estos dos puntos del mapa.
Imaginad esos 50 km2 de bahía ensordecida con canción ligera todos los días.
DURANTE DIEZ AÑOS.
Porque el Muro Sónico de Kinmen, que es como se conocía al conjunto de los dos puestos de emisión, estuvo funcionando hasta finales de los 70 (más o menos cuando Aldo Rossi comenzó San Cataldo, por cierto).
Tras la normalización de las relaciones entre China y USA en 1979, el muro sónico dejó de funcionar...
...hasta hace unos pocos años, en que los han vuelto a poner en funcionamiento como reclamo turístico.
Así que si vais a Kinmen y os acercáis por el Muro de Beishen, quizá podáis escucharlo. Según la web, emiten seis veces todos los días: foreignersintaiwan.com/blog-370963385…
Ah, y siguen pinchando a Teresa Teng.
Y con estas cuatro imágenes que resumen muy bien el hilo de hoy, vamos a despedirnos de Kinmen, de los altavoces, de la propaganda, de Teresa Teng y de #LaBrasaTorrijos de esta semana.
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#LaBrasaTorrijos se escribe en directo todos los jueves desde el soleado barrio de Villaverde, aunque el episodio de hoy se ha escrito, también en directo, desde el soleado Carballo, provincia de A Coruña.
(Fin del HILO 🇹🇼📢📢📢📢📢📢📢)
(Y en el episodio del jueves que viene vamos a conocer la historia de cuando levantaron 4 metros la ciudad de Chicago. En serio).
(Aprovecho para enseñaros las nuevas historias que estoy contando en IG, por si os apetece leerlas, que seguro que os van a gustar: instagram.com/p/CUpYn9qFBvA/…).
Pronto empezamos hoy con las codas, las erratas y los errores, señores 🤦♂️
1. Por alguna razón, he escrito Chan Kai Shek, en lugar de Chiang Kai Shek (en realidad, lo más adecuado sería Chiang Kai-shek, pero los viejunos lo vimos tantas veces sin guión, que se nos olvida).
2. Aunque la Batalla de Kenmin (también llamada Batalla de Guningtou) marcó el final de la Guerra Civil China, hubo algún escarceo en 1950, además de las dos Crisis del Estrecho de Taiwán, en el 54 y el 58, que sumaron más de mil muertos entre ambos bandos.
3. El póster taiwanés es literalmente una publicidad de galletas. Al parecer, más de una vez mandaron estos carteles presumiendo de vida capitalista. Es más, uno de los mensajes que lanzaban era "¡Nuestros bollitos son más grandes que vuestras almohadas!".
Esa era la frase que corría por los vecinos de Granadilla a principios de los 60, cuando las aguas del nuevo embalse de Gabriel y Galán comenzaron a subir por la ladera hacia el promontorio donde se levantaba el pueblo.
En 1980, Patrimonio Artístico comunicó al arquitecto José María García de Paredes un encargo esencial para la historia de España.
Solo había una condición: debía mantenerlo en absoluto secreto, porque NADIE PODÍA SABER que el "Guernica" volvía al país.
Esta es la historia:
"Querido amigo, es nuestro deseo encargarte el proyecto y realización del montaje para su exposición del Guernica de Picasso en el Casón del Buen Retiro". Así rezaba la carta que Javier Tusell, Director General de Patrimonio Artístico, envío a García de Paredes. Y añadía:
"Solo el director del Museo del Prado y un corto número de colaboradores míos saben este propósito nuestro, que seas tú la persona para llevar a cabo este tema".
Tal y como había pedido el propio Picasso cuando colgó el cuadro en el MoMA, su obra maestra regresaría a España en el momento en que se instaurase la democracia. Habían pasado dos años desde el referendum de la Constitución y el gobierno consideró que ya había llegado el momento del regreso.
Pero la España de 1980 era aún un país muy convulso y en Patrimonio Artístico sabían que el Guernica no podía exponerse como si fuese cualquier otro cuadro porque, desde luego, no era otro cuadro cualquiera.
Por eso, el encargo era bastante específico: construir una urna que protegiera al Guernica de posibles ataques en su nueva localización del Casón del Buen Retiro. Una estructura que resguardase el cuadro pero que a la vez permitiera verlo sin reflejos ni distorsiones.
Y García de Paredes diseñó un objeto FORMIDABLE: un joyero levemente inclinado para evitar los reflejos pero cuyos vidrios podrían resistir hasta el lanzamiento de un granada.
Como esos vidrios pesaban un quintal la urna se sujetaba por una estructura de acero sobre dos peanas de hormigón (estructura calculada, por cierto, por una jovencísima Ángela García de Paredes).
Y sin embargo, pese al canto y al grosor que necesitaba, esa estructura apenas se aprecia y, cuando se ve, sirve para enmarcar un cuadro que se exponía desnudo.
Y allí, al fondo de una sala, suspendido, casi flotando bajo fresco del Toisón de Oro de Lucas Jordán, el Guernica se convirtió, otra vez, en historia de España.
Esta es solo una de las historias que contamos en el último episodio de "Cómo suena un edificio" el podcast del @museoico que me encargo de dirigir y presentar.
Se llama "La atmósfera y la matemática" y es quizá el mejor que hemos hecho.
El Hotel Belvedere, en Suiza, es uno de los edificios más fotogénicos del mundo.
En medio de una carretera alpina, parece de una peli de Wes Anderson y, sin embargo, está cerrado y abandonado por culpa del coche y del cambio climático.
Esta es la historia: en 1882, el empresario Josef Seiler construyó una pequeña posada en una horquilla de la recién abierta carretera del Furka Pass, en los Alpes Suizos.
La carretera era cada vez más transitada, así que Seiler amplió varias veces la posada hasta que, en 1907, se convirtió en un hotel con 90 habitaciones. Lo llamó "Hotel Belvedere".
En esa época, el hotel era básicamente un establecimiento de lujo donde paraba la alta sociedad, entre otras cosas, para acercarse al glaciar del Ródano, que estaba a apenas unos cientos de metros de la carretera.
Con la popularización del alpinismo, el Hotel Belvedere vivió sus momentos de mayor gloria, pero, sin embargo, su declive no tardó en llegar. Tras la 2ª Guerra Mundial, la modernización del coche privado, que permitía cruzar los Alpes en un solo día e incluso menos sin necesidad de hacer paradas para dormir, comenzó a hacer que el Belvedere perdiese atractivo.
Su aparición en "Goldfinger", la peli de James Bond del 64, insufló una cierta nueva vida en el Belvedere, pero no fue suficiente porque, para los años 70, el glaciar se había retirado más de un kilómetro de la carretera y las vistas desde el edificio eran mucho menos espectaculares.
En vista de la cada vez mayor ausencia de huéspedes, el hotel se cerró en 1980. En 1988 se restauró y volvió a abrirse y, a partir de 2010, encontró un cierto revival precisamente gracias a lo instagrameable que es su imagen.
Pero no parece haber sido suficiente. En 2015, el Belvedere volvió a cerrar y ahora solo es un resto abandonado de cuando la montaña era un lugar al que ir y no un decorado por el que pasar a toda velocidad.
Cuando el Chrysler Building coronó su estructura, ningún periodista estaba allí para contarlo. Todos sabían que había fracasado en la carrera por ser el edificio más alto del mundo.
No podemos recuperar las vidas que se han perdido en la DANA. Por eso, yo creo que ahora habría que concentrarse en evitar que la tragedia se repita.
Para ello, lo suyo sería actuar en tres ámbitos:
Urbanismo, ingeniería y narrativa.
¿Cómo lo hacemos?
🧵⤵️
(Disclaimer: posiblemente, lo que vais a leer ya lo hayáis leído en otros hilos u otros lado, pero igual es interesante recopilarlo de algún modo, que es lo que yo hago en este hilo).
URBANISMO.
Estos formidables mapas de @esme_mys nos enseñan las zonas inundables de la zona afectada (Horta Sud) superpuestos sobre el plano de los municipios desde 1956 hasta 2024.
Como se ve, en 1956, las áreas inundables eran esencialmente huertas.