Pompeya vuelve a sorprendernos de maneras que parecen imposibles.
Voy a mostraros un hallazgo que se acaba de producir y que me maravilla a tantos niveles que no se ni por donde empezar…
Vamos a hablar, en este #HiloRomano, del lado más humano de la ciudad del Vesubio.
Como vemos en las imágenes que ha compartido hace solo unas horas @Agenzia_Ansa, acaba de salir a la luz una estancia que contiene tres lechos en los que dormirían varias personas.
Lo más interesante de todo, es que seguramente se trataba de esclavos.
Rara vez tenemos ocasión de contemplar la vida cotidiana de los romanos con este nivel de detalle, pero las probabilidades todavía se reducen más cuando hablamos de los esclavos, cuyas condiciones solían ser mucho más precarias. Por eso, un hallazgo como este es excepcional.
El hallazgo se ha producido en las excavaciones de Civita Giuliana, una villa suburbana de Pompeya, situada al norte de la ciudad (su ubicación está marcada en amarillo en el mapa)
Se trata de una villa que daba directamente al mar y que ya se está comparando con la famosa Villa de los Misterios.
Pero lo más interesante es que las excavaciones se están centrando ahora en la pars rustica (la zona de servicio) de la villa.
Estoy seguro de que todos conocéis la villa, puesto que ya nos sorprendió a comienzos de año por el sorprendente hallazgo de un carro ceremonial (pillentum) de cuatro ruedas que es seguramente uno de los descubrimientos más impresionantes y únicos hechos en los últimos años👇🏻
La estancia de los lechos es una de las contiguas a la del carro y a otra en la que aparecieron los restos de los caballos que seguramente tiraban de él. Todas ellas forman parte de la zona de servicio y almacenamiento de la villa.
Gracias a la técnica de los moldes para rellenar los huecos que dejan los materiales orgánicos descompuestos se han podido conseguir las improntas muy detalladas de los lechos y otros elementos
¡Fijaos en cómo las maderas se conectan entre sí para formar el lecho de la 2ª foto!
Dos de los lechos miden 1,7 m de largo y el otro 1,4 m, por lo que podrían dormir en ellos dos adultos y un individuo joven. Además, todos estaban cubiertos con una malla de cuerdas que seguramente formaría parte del jergón que los hacía un poco más cómodos.
Vemos también que la sala servía a la vez como almacén, como evidencian las ánforas y otros recipientes presentes entre los lechos. Los esclavos no solían tener demasiadas comodidades en este tipo de ambientes.
Además, apoyado sobre uno de los lechos, se ha hallado lo que parece parte del timón que pudo dirigir el carro del que ya hemos hablado. Es impresionante ver cómo el molde ha conseguido conservar los detalles del entramado de cuerdas de refuerzo que lo cubrían.
Una vez más hay que agradecer al Vesubio la posibilidad de conservar maravillas como estas.
A quienes no hay que agradecer nada es a los expoliadores que durante años han realizado túneles para destruir y robar en las salas de esta villa.
Giuseppe y Raffaele Izzo son los dos expoliadores convictos que excavaron bajo su casa para robar y destruir la villa. Por desgracia para nosotros, los laterales de dos de los lechos fueron destruidos por los túneles que realizaban paralelos a las paredes para robar los frescos.
La buena noticia es que el resto de la habitación se mantuvo intacta y en el futuro podremos disfrutar de ella en persona. Como han confirmado el director de @pompeii_sites@GZuchtriegel y el director de museos italianos @MassimoOsanna, la idea es abrir la villa a la visita.
Avanzan los trabajos y poco a poco nos descubren maravillas que no paran de sorprendernos. ¿Cuántas más estarán todavía enterradas esperando a ser descubiertas en el futuro? Todas enriquecerán enormemente nuestro conocimiento de la antigua Roma
Hoy viajamos uno de los espacios más desconocidos enterrados por el Vesubio en el año 79. Se trata de una villa residencial opulentísima situada al otro lado de los montes Lactarios que cierran el golfo de Nápoles.
Sígueme en este #HiloRomano para descubrir la villa de Positano.
Hablamos de una villa situada en la costa amalfitana, en el precioso –y famoso– pueblo pesquero de Positano. Se trata de una lujosa propiedad de recreo que podría haber pertenecido a un rico liberto del emperador Claudio: Posides, de quien derivaría el nombre del pueblo.
Bajo la iglesia de Santa Maria Assunta, enterrados a nueve metros de profundidad, se hallaron los restos intactos de uno de los comedores de la villa. Pero, ¿cómo es posible esto si Positano está al otro lado de los grandes montes contra los que se chocó la erupción del año 79?
El 28 de octubre del año 312 se libró sobre el río Tíber la batalla entre los emperadores Constantino y Majencio. Una historia de poder, religión y lucha por la legitimidad en la que nada es lo que parece.
Sígueme en este #HiloRomano para descubrir la batalla del Puente Milvio.
Empecemos por presenta a los personajes. Constantino, conocido por la tradición cristiana como El Grande, era el hijo de Constancio Cloro, uno de los cuatro miembros originales de la tetrarquía.
Majencio por su parte, era también hijo de otro de los tetrarcas, Maximino, apodado hercúleo. De hecho, el padre había ostentado el cargo de Augustus, mientras que Constancio Cloro había sido su Caesar (subiendo después a la posición superior tras la abdicación de Maximino)
El sistema tetrárquico pretendía eliminar la corrupción dinástica o la compra del trono imperial generando un sistema de gobierno meritocrático en el que solo los más aptos llegaran al poder.
Maximino y Diocleciano, de hecho, en el año 305, pusieron a prueba el sistema abdicando
Al hablar de la destrucción de Pompeya, muchas veces nos ciega la maravilla arqueológica y olvidamos lo más importante, las personas que murieron en la tragedia.
En este tercer #HiloRomano sobre la erupción del Vesubio en el año 79 contaremos sus historias personales y privadas.
Desde que comenzaron las excavaciones de Pompeya en el siglo XVIII se han hallado cerca de 1200 cuerpos de aquellos que no pudieron o no quisieron salir de la ciudad a pesar del peligro.
Junto al esqueleto de una mujer muerta en la playa de Herculano fue hallada la llave de su casa, a la que creía que podría volver cuando aquella pesadilla acabara.
Muebles de madera carbonizados, casas con sus tejados intactos y hasta un teatro excavado bajo los escombros volcánicos a 26 metros de profundidad.
En este #HiloRomano dedicado a Herculano descubrirás algunas de las maravillas más desconocidas que el Vesubio enterró en el año 79
Los restos enterrados a gran profundidad de Herculano fueron descubiertas en 1738 gracias a un pozo que había en la zona y que iba a servir para abastecer al Palacio de Portici del joven rey Carlos VII de Nápoles y las dos Sicilias por aquel entonces, el futuro Carlos III.
El llamado pozo Elboeuf, excavado para extraer agua en el pueblo de Resina, dio justo con la escena del teatro de Herculano, que posteriormente se excavó mediante galerías a partir del siglo XVIII y que todavía hoy sigue bajo tierra.
Hoy te quiero contar cómo un solo hombre consiguió engañar y conducir a su muerte a más de 15.000 romanos.
Un episodio tan grave que hizo que el emperador de Roma se golpeara la cabeza contra las puertas y hasta influyó en el surgimiento del nazismo. #HiloRomano
Este episodio tuvo lugar a comienzos de septiembre del año 9 d. C. Las fuentes no nos dan la fecha exacta pero seguramente tuvo lugar entre los días 9 y 10 de septiembre. Y no sucedió en Roma o cerca de ella, sino en Germania, cerca de la frontera del Imperio romano.
Como quizá ya has intuido, hoy hablamos de la batalla del bosque de Teutoburgo, un desastre que tuvo como protagonistas al general Publio Quintilio Varo, al mando de las legiones XVII, XVIII y XIX y Arminio, el germano que consiguió destruirlos a todos ellos.
Hoy os quiero hablar sobre una de las estructuras más importantes que conservamos de la antigua Roma: la Curia iulia, el lugar de reunión del Senado romano durante todo el Imperio.
Hoy en el año 29 a. C. fue inaugurada, así que vamos a conmemorarlo con un #HiloRomano
La dedicación de la Curia contó con una procesión presidida por una gran estatua dorada de la Victoria (de unos 8 metros) traída desde Tarento que conmemoraba las victorias de Octaviano (el futuro Augusto) en las batallas de Actium y Alejandría contra Cleopatra y Marco Antonio.
La Victoria de Tarento fue colocada al fondo de la Curia, presidiendo el espacio. Desgraciadamente no ha llegado hasta nosotros, pero sabemos cómo era gracias a representaciones en monedas y en pequeñas reproducciones de bronce como la de la imagen (hallada en Pompeya)