👩🏽 Soy mujer y soy villera. En los medios de comunicación hablan mucho de mí, pero nunca vinieron a preguntarme cómo vivo. ¿Querés saber cómo es un día normal en mi vida?
⏰ 6:00: Me levanto, plancho los guardapolvos, preparo las mochilas.
📚 7:30: Llevo a mis hijos a la escuela.
8:00: Me pongo a limpiar, o salgo a trabajar. Ya estoy pensando en qué voy a hacerle de comer a los chicos.
12:00: busco a mis hijos y preparo el almuerzo.
🍵14:00: Voy al Comedor Comunitario y cocino para todo el barrio.
18:00: Sigo trabajando sin reconocimiento salarial del Estado. Hago una changa, acompaño a una vecina que sufre violencia, o trabajo en la Posta de Salud del barrio. Ya estoy pensando en qué van a cenar mis hijos.
🥖21:00: Reviso la alacena y junto sobras para prepararle algo a los pibes. Para mí no alcanza, pero no importa, con unos mates me arreglo. Prendo la tele: dicen que somos vagas y planeras, que nos falta cultura del trabajo.
23:00 Me voy a dormir, agotada. Mañana será otro día.
⚠️Las mujeres realizamos el 75% del trabajo doméstico y de crianza en Argentina, no reconocido ni remunerado. ¿El resultado? La brecha salarial entre mujeres y varones, que hoy supera el 30%: del 10% de las personas más empobrecidas del país, siete de cada diez somos mujeres.
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🎙 #Ahora La semana pasada, una bala de la Policía de la Ciudad se atravesó en la vida de Lucas González y nos dejó el corazón hecho pedazos. Hoy, abrazamos a su mamá Cinthia y la acompañamos en su grito de justicia: ¡basta de gatillo fácil! ✊🏾
“Estamos destruidos, cada día que pasa se siente más la ausencia de Lucas. Yo, como mamá, me levanto porque tengo dos hijos, sino no podría, es lo que me da fuerzas porque estoy muerta en vida", Cinthia López, mamá de Lucas González.
"Todavía no entiendo por qué pasa esto, yo siempre lo veía por la tele pero no logro entender el por qué: son criaturas. No sé si los policías que hacen esto tienen familia, no lo acepto, no entiendo por qué le hicieron esto a Lucas y otros chicos", Cinthia López, mamá de Lucas.
En el barrio Fiske Menuco, en Río Negro, logramos levantar nuestra defensa contra el hambre: el espacio para el merendero “Sueños Revolucionarios” y las ollas populares donde cocinamos para más de 300 personas.
Con los ovarios y los barbijos bien puestos, cocinamos para familias de hasta ¡12 integrantes! En cada esquina resuena el mismo eco: vecinas pidiendo para nueve personas, cuando son 11 en la casa y los adultos dejan de comer para que los más chicos llenen su panza.
Sólo faltan días para que el invierno entre a patadas dentro de nuestras casas, aunque ya se sienten las ráfagas heladas cuando prendemos el fuego en los anafes. Usamos por lo menos 15 garrafas por mes sólo para cocinar, cuando cada una cuesta 800 pesos, ¡son 12 mil pesos de gas!
"Hoy quedamos 10 familias en Colonia Chazal, de las cuales ninguna tiene conexión de agua potable. ¿Por qué? Por decisión del Grupo Lucci", Alfredo Gómez, vecino de Colonia Chazal, Tucumán
"Teníamos siete pozos de los cuales sacábamos un poco de agua para usar cada día, pero con el paso del tiempo se fueron secando y quedamos sin la única fuente que había para toda la comunidad", Alfredo Gómez, vecino de Colonia Chazal, Tucumán.
"Desde el 2009, por consecuencia del avance de San Pablo Country & Golf, poco a poco vaciaron las napas al desviar los cauces de agua. Hoy, en medio de una pandemia donde el agua es la mayor defensa para no morir, no tenemos acceso al agua potable", Alfredo Gómez.
Para estudiar en la presencialidad tenemos muchas dificultades estructurales, porque el @gcba se empeña en recortar el presupuesto de infraestructura escolar. ¡Ajustaron el 70% cuando más se lo necesita!
La virtualidad es imposible y la presencialidad también cuando el salón es un infierno helado. Sin embargo, a los pibes y pibas de primer y segundo año de secundaria les proponen la bimodalidad. ¡Doble problema para estudiar!
La Escuela N°5 DE N°19 de Soldati recibe a 500 estudiantes, que tiemblan de frío por la falta de estufas y porque no calientan las placas eléctricas.
Nosotras no podemos parar. No es posible, porque más de 70 mil cocineras comunitarias en el país sostienen 10 mil comedores día a día. Nosotras ponemos el cuerpo constantemente para que diez millones de personas no se queden sin comer.
Sólo en La Poderosa hay 1700 cocineras en la primera línea de fuego, sin salarios ni vacunas, que preparan el plato de comida para más de 40 mil vecinos de nuestras asambleas.
"Siento mucha preocupación porque hay gente que necesita ese plato de comida; gracias a la organización, pudimos resolver que otras personas se ocupen, porque cada vez son más familias con hambre", Victoria Navarro, del comedor y merendero "Arrinconados Poderosos". Tucumán.