Trabajé entre 2006 y 2007 en #Venezuela, en pleno apogeo de Hugo Chávez. Recuerdo un país carcomido por el populismo, la corrupción y la hipocresía. Mientras Chávez daba discursos como el que dió Cristina ayer, sus minions (militares y civiles) tomaban el Estado por asalto.
Detrás de cada Ministro, de cada puesto de poder, detrás de cada secretaría y cada minucipalidad había al menos un militar de alto rango que manejaba el poder desde las sombras y robaba para la corona con la complicidad de funcionarios civiles y otros partícipes necesarios.
En #Caracas, los niveles de delincuencia común eran insostenibles. Vivíamos encerrados en un hotel, y aquellos que osaban salir a la calle eran asaltados en cuestión de minutos. Ni ley, ni orden otra que la funcional al chavismo. La institucionalidad totalmente estallada.
#Venezuela ya en aquellos años no era más que una sombra de algo que alguna vez había sido o intentado ser una democracia. Un disfraz detrás del cual se disimulaba una dictadura.
La celebración de ayer fue una farsa, obvio. Pero deja al descubierto la vocación hegemónica y autoritaria del unipartidismo perokirchnerista, totalmente opuesta a los principios democráticos más básicos. Y es ahí donde el "diálogo" y el "consenso" se vuelven palabras huecas
El ataque a la justicia, a libertad de expresión, a la libertad de prensa, a los medios y al periodismo forman parte del mismo combo unipartidista y antidemocrático perokirchnerista. Tiene los sueños húmedos de una dictadura que no se atreve a salir del placard.
• • •
Missing some Tweet in this thread? You can try to
force a refresh
