Como dijo el inmenso Porfis, en paz descanse: "de los 16 a los 22 eres inmortal, papawh".
Un tipo que vi media docena de veces en mi vida, pero formó buena parte de mi visión social.
"Porfis" se llamaba Porfirio, y era el hermano mayor de uno de mis grandes amigos; era ejecutivo bancario, desmadroso, soltero codiciado por damas de la mejor sociedad, y tenía treinta y pocos años y un Spirir RT con quemacocos.
Era nuestro ídolo.
Mis amigos y yo teníamos 16-17 años, y en ocasiones él llegaba sin aviso a los antros que frecuentábamos, y departía con nosotros con infinita paciencia.
Nosotros, ingenuos, creíamos que era casual: en realidad se daba tiempo para acompañarnos, especialmente a su hermano.
En echoch tiempoch no era tan estricto el tema de los menores de edad en los antros... si mi ciudad hoy es chica, a inicios de los 90 lo era mucho más.
Porfis era, pues, un vigilante que devino en mentor exprés, no sólo para su hermano sino para los cinco amigos.
Una noche cualquiera podíamos estar instalados en la mesa, y se aparecía por ahí de las 12, pedía un güiski (nunca lo vi beber otro licor) y se sentaba a charlar como si fuéramos amigos de vida... reitero, con infinita paciencia, porque 15 años de diferencia pesan en el discurso.
Otra vez decidimos cambiar de sede a las 11, y al salir justo iba llegando él, bajándose del auto:
-Qué pasó, chavos? Ya se van a sus casas?
-No, Porfis, vamos a un antro nuevo que se llama "El Cielo", vas?
-Ahí hay ninfas...?
-Sí!
-Vamos! Me voy con los chavos, mi rey, gracias.
Llegamos al antrito aquel, y Porfis apenas nos dejó instalados y se desapareció... 30 minutos después, otro amigo y yo fuimos a ver si seguía por ahí, y lo encontramos en la barra con dos güerotas a toda madre, una bajo cada brazo...
-Qué pasó, m'ijos? Todo bien...?
-Sí, Porfis, nomás andamos aquí.
-Miren, les presento a unas amigas... ella se llama... cómo te llamas?
-Equis.
-Eso! Ella es Equis, y ella es...
-Zeta.
-Zeta, eso mero.
Y nosotros, todos ñoños, deslumbrados.
Esa noche el hermano de Porfis se puso hasta el keke, y Porfis eligió pastorearnos hasta los tacos, para cuidarlo y dar tiempo a que se alivianara antes de ir a casa.
Su hermano, otro gran amigo y yo nos fuimos con él, medio chiveados de que su hermano fuera pedísimo...
Porfis, ya en camino y percibiendo que era buen momento para soltar una neta, nos dijo muy amable:
"Sí, este pedo es así, uno es inmortal hasta que deja de serlo..."
Nos dejó pensarlo un momento, y luego nos dijo:
"De los 16 a los 22, eres inmortal, papawh..."
No necesitó decir una palabra más al respecto. No fue regaño, ni sermón, y tampoco un aval... nomás nos situó en una circunstancia que él ya conocía, y podía decir con certeza que estaba equivocada.
Nosotros todavía fuimos pendejos e inmortales un tiempo, hasta que se nos quitó.
Con frecuencia, dos amigos y yo recordamos a Porfis, y siempre el remate de la remembranza es aquella frase: nada describe mejor el ánimo de aquellas noches, que esa convicción irracional, grata y peligrosa.
Y cumplimos 23, aunque algunos nos tardamos más. Todo bien.
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En Chile sólo había dos candidatos: el "bueno" y el "malo"... esto es, no había modo de diluir el voto "útil"... entonces, qué pasó?
Ni app necesitaron... qué extraño!
Tal vez, sólo tal vez, en Chile hay una alta concentración de pendejos, y a esos no los salva ni Dios.
Convendría tomar nota, mexicanos, sobre todo aquellos que insisten en evangelizar pendejos sólo porque dicen oponerse a López: no lo van a lograr... en manos del estúpido, ni la dinamita estalla.
La salida a esto NO pasa por destapar cretinos, sino usarlos.
Acá en tuitah, como en toda RRSS, abunda la gente que quiere que todo se le explique, que se le convenza, se le prometa y se le den instrucciones; esa gente, cuando se le niegan esas cosas, enloquece de furia y dolor, pero igual hay que negárselas: no hay que maquillar marranos.
Mucho mame contra Uber y similares, por la "tarifa dinámica" que el desequilibrio entre oferta y demanda, esto es, EL MERCADO, provoca en ciertos horarios, fechas y épocas.
Quieren algo en momentos inciertos, de inmediato pero siempre al mismo precio.
No se puede, 🤡🤡🤡
Cuando la inflación provocada por la pandemia y el cagadero de López, sea incontrolable y amenace la estabilidad, surgirá un discurso oficial contra los empresarios por "subir los precios"... y me temo que va a pegar con tubo entre tantísimo ignorante, imbécil, o ambos.
"Oh, miren: un servicio de taxi accesible, que solicito por medio de una app, pago de la misma forma y obtengo factura, y me evita la pena de bajarme de una unidad rotulada. Espero que cueste LO MISMO SIEMPRE!".
Al mexica average podrían darle un plan detallado de cómo revertir este cagadero cívico, político y económico, pero si no se ajusta a sus creencias y si no se lo dicen respetando su autoconcepción de "único y especial", lo desecharía tan sencillamente como soltar un mugido.
Al mexica average le pre-ocupan muchas cosas, pero nada le incomoda más que pensar: invitarlo a que lo haga, es garantía de verlo enconcharse con gesto mohíno, supurando rencor por todos los orificios, y ganando para siempre su berrinche nervioso y ñoño.
Vamos asumiéndolo.
Si un enemigo tiene el populismo (que siempre deriva en autoritarismo) es la clase media, que de por sí no alcanza a ser una masa crítica.
Y todavía de esa clase media hay que descontar a los omisos y a los pendejos.
Un régimen incluye a TODOS aquellos que toman decisiones sobre y con recursos públicos. Todos.
No importan colores, membretes o ideologías.
Es frustrante que hasta eso se le complique a tantos votantes.
Un régimen trabaja montado sobre un sistema: el sistema es la mesa, el mantel, los cubiertos y los platos; el régimen es lo que se sirve y consume en ellos.
Ningún "platillo" del régimen puede ir frontalmente en contra del sistema (los platos) porque si lo arruina, se desparrama.
En este escenario, usted mexicano de a pie, es el comensal.
Es usted quien debe condicionar al sistema, de manera que NO admita un régimen que le haga daño. Usted debe trabajar para que ese "platillo" sea retirado, influyendo EN TODOS los elementos, no sólo en la fuente.
Hace menos de un mes, platicaba yo con uno de mis maestros sobre la forma en que los individuos reaccionamos a los sucesos, formando un solo cuerpo social, y él me decía que ve, en México y quizá el mundo, una alta incapacidad para lidiar con la incertidumbre.
Me decía él, y yo coincidí, que gran parte de las taras cívicas de esta sociedad pasan por la incapacidad de lidiar con la incertidumbre: muchos mexicas no saben proceder ante lo incierto, y bien se fugan en una evasión inútil, o se lanzan al fuego en un arranque de nervios.
Y sí, es algo que veo tooodos los días en las calles y en tuitah: el prójimo, típicamente, enloquece en forma pasivo-agresiva ante la incertidumbre, y mentalmente cancela el estímulo correspondiente nomás porque no sabe lidiar con ella... no quiere saber, quiere CONFIAR.