Thread by @Zahr_Bloom

Contemplo España a distancia. La vivo a saltos temporales -los que impone la vida migrante- y vuelvo, una y otra vez, al momento fundacional que fue la crisis de 2008/9. A veces, me pierdo algunos detalles. Para compensar, gano en perspectiva. Algunas reflexiones:

1. El proyecto neoliberal de acabar con la sanidad pública fue patente entonces, se le llamaba por su nombre y combatía masivamente en las calles, Mareas Blancas incluidas. Ahora se hace hincapié en la "atención primaria", otro artículo X habla de saturación de las urgencias

mientras que un tercero comenta la respuesta insuficiente ante la pandemia y las manifestaciones son escasas. Ha cambiado el lenguaje; la adhesión a la privada crece, sin reconocer que los precios de ésta se mantienen bajos porque existe la pública. Pierde potencia el discurso.

2. Algo parecido está ocurriendo con la educación. Se pide "bajar la ratio" y refuerzos sin necesariamente alertar del empobrecimiento de la pública y la proliferación de centros privados, que no dejan de ser enclaves de privilegio (especialmente universidades), mientras se

ensalzan los supuestos escalones de la meritocracia, y aquí vamos con el siguiente punto.
3. La precariedad se ha normalizado, también el paro juvenil, que llenaba titulares en la anterior crisis. De considerar ser "mileurista" un despropósito se ha pasado a celebrar los 1.000 E

como alternativa a la nada. El español medio ha perdido un 20% de poder adquisitivo. Teniendo en cuenta el incremento de la desigualdad, que los ricos lo son más, la pérdida es apabullante para la mitad de abajo, pero ah! cualquier modo de supervivencia es visto como un lujo.

4. Cosas que antes se daban por sentadas, como la electricidad, el gas o incluso el agua, comienzan a cuestionarse como accesibles. Nuevos peligros que ponen contra las cuerdas la sostenibilidad del modelo, para los que sólo parece haber parches. Y esto me lleva a lo siguiente...

5. La crisis energética y la medioambiental, de las que se están encargando exclusivamente los medios pequeños, con excepcionales apariciones en los grandes. El tratamiento, además, favorece el rechazo de los de abajo si la carga de la transición se reparte de forma desigual.

6. La radicalización del discurso, +polarización vía algoritmos, que tampoco se trata a pesar de que está modificando sobremanera nuestro comportamiento político. Acabo de presentar un programa que, en otra época, sería socialdemócrata, pero ahora tal vez nos llamen "comunistas".

7. La guinda la pone un análisis social que copia acríticamente categorías de #EEUU, -lo 'woke', las identidades, etc.- sin entender el contexto yanqui, aplicándolas al panorama cultural español, diferente, y a falta de su contraparte económica, donde reside la verdadera amenaza.

8. No lo voy a negar. A veces, es desolador volver. Me alegro del estado del bienestar que aún queda y me enorgullece ver muchos derechos en pie, pero aterra contemplar a vista de pájaro las derivas dominantes, el déjà vu, cómo se desperdicia un potencial político que estaba ahí

y se ha ido convirtiendo en otra cosa mientras aprendíamos a vivir cada vez con menos. Los derechos se han transformado en privilegios, el bienestar en nostalgia, la fuerza de las calles en batalla algorítmica, el 'sálvese quien pueda' en norma.