Hoy os voy a hablar de las tan preciadas y buscadas vacunas esterilizantes para la covid. Voy a tratar de resolver estas preguntas ¿Hemos fracasado por el momento?¿Son posibles?, ¿como deberían ser? @alfwarrior @alfredocorell 
La primera pregunta. ¿Hemos fracasado? Respuesta fácil y rápida. Rotundamente NO. El hecho de que las vacunas no induzcan la inmunidad esterilizante no es un obstáculo para el control exitoso de la enfermedad, aunque representa un desafío significativo para el desarrollo....
...de vacunas específicas contra la infección viral crónica como la que estamos viviendo. Y no le dedico más, pues todos sabemos y ya le he escrito hilos para propagar lo mucho que protegen de la enfermedad aunque no frenen la infección.
Vamos al lío. Virus respiratorio que penetra a través de las mucosas y con una R0 que da miedo. Lo que tenemos hasta ahora son vacunas sistémicas (inyectadas) y que solo portan un antígeno del virus (spike).
Por lo tanto, de partida sabemos que la inmunogenicidad va a ser muy limitada y por ende su capacidad esterilizante. Cuando usamos vacunas inactivadas (virus enteros pero no activos) no se obtienen tampoco títulos de anticuerpos suficientemente altos y sostenidos ...
...en las superficies mucosas para prevenir una infección local. Solo después de haber infectado las superficies mucosas, los patógenos encuentran anticuerpos séricos de tipo IgG inducidos por la vacuna que neutralizan los virus y limitan su multiplicación y diseminación, ...
..previniendo el daño tisular y, por lo tanto, enfermedad clínica. Pero existen otras formas de generar inmunidad y que pueden ser las que tengamos que desarrollar de verdad para frenar definitivamente la amenazada de la covid.
Las vacunas vivas orales o nasales. Ejemplos reales tenemos como las vacunas contra rotavirus, polio oral, influenza nasal o cólera. Todas ellas inducen IgA sérica e IgA secretora, que también ayudan a limitar la diseminación viral en las superficies mucosas.
Voy al ejemplo mejor conocido hasta la fecha, la polio, que nos brinda información valiosa sobre la complejidad a la hora de detener una epidemia. Hay dos tipos de vacunas con dos formas de inoculaciones y que confieren diferentes tipos de inmunidad.
La vacuna antipoliomielítica inactivada (IPV) protege contra la infección sistémica y la consiguiente parálisis, pero no detiene la replicación viral en el intestino, por lo que no ofrece protección indirecta a las personas no vacunadas.
La vacuna oral contra la poliomielitis (OPV) genera inmunidad intestinal local, previniendo la infección y protegiendo contra la enfermedad y la transmisión.
Sin embargo, debido a que la OPV usa un poliovirus vivo debilitado, en casos raros entre poblaciones sub-inmunizadas, el virus atenuado muta, circula y una vez más causa la enfermedad.
Por ello, la OMS recomiendan distintas estrategias de vacunación según el contexto local. En lugares donde todavía existe la poliomielitis, la OPV es clave para ralentizar la transmisión. En áreas donde se ha erradicado el virus, la IPV mantiene a las poblaciones protegidas.
Otra posibilidad aún peor es que la inmunidad esterilizante sea como un santo grial, que no existe y por consiguiente nunca podremos conseguir.
Como no nos lo tomemos en serio igual acabaremos como con la gripe (eso sí, sin recombinación entre virus, que ya lo expliqué en un hilo) y que este sea el mejor modelo de lo que se puede esperar en el futuro.
Vacunas de subunidades, RNAs, a lo sumo virus inactivado, y que por consiguiente no sean verdaderamente esterilizante al no generar una respuesta inmune local en el tracto respiratorio.
Si a este hecho le añadimos bajas tasas de inmunización y la capacidad del virus para infectar humanos y moverse entre múltiples especies se lo seguiremos poniendo difícil a nuestro sistema inmunológico y la salud pública.
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