Thread by @PatxiBronchalo

Hace tiempo que ha calado profundamente en la sociedad que “tenemos un cuerpo”, viendo en realidad lo correcto es decir que “somos un cuerpo”.

Hilo 🧵👇

A mi en el instituto ya me lo explicaron así, en general la idea era: “tienes un cuerpo para hacer lo que quieras”.

En realidad esto viene de muy atrás. Quizás penséis que desde mayo del 68, ese fue un gran momento de imposición ideológica contraria a la naturaleza.

Pero podemos ir mucho más atrás, hasta el siglo XVIII con el “giro antropocéntrico” de la moral y la ética, que defiende que al ser humano es la medida y centro de todas las cosas.

Alguno me dirá que eso está muy bien. No lo está pues ha habido un giro, ¿quien se consideraba centro y medida de todas las cosas antes? Dios.

Y desde Dios y su ley natural se entendía y explicaba la persona.

El giro supone que el hombre se ha hecho el nuevo dios.

Y ello tiene consecuencias inmediatas para la sociedad, pues el rumbo de la sociedad depende de la concepción antropológica que se tenga, ósea, de la respuesta que se dé a la pregunta: ¿quién es el hombre?

“Si Dios no existe, todo está permitido”, le hace decir Fiodor Dostoievsky a uno de los hermanos Karamazov.

Y efectivamente esto es así. Una vez cruzamos la línea que marca la ley natural, la nueva línea estará donde nosotros queramos ponerla.

Poco a poco van cayendo líneas y los límites que ponemos van yendo más lejos. Lo que a nuestros padres les parecía una locura hoy a muchos puede parecer normal. Y lo que hoy a muchos parece una locura, les parecerá normal a sus hijos.

Y lo triste es que a esto se le llama “progreso”. Ni que decir tiene que es un eufemismo.

Aquí el partido de izquierda habitualmente aprueba unas leyes en favor en favor de ese progreso y en contra de esa “ley natural” que ya se han encargado de redefinir. El partido de derecha, que en su día votó en contra, cuando gobierna se encarga de no cambiar ni derogar nada.

Se llama progreso al aborto, que no solo termina con la vida del niño sino que también deja daños en la madre.

Se llama progreso a la eutanasia, que crea la mentalidad de que las personas dejamos de valer, y como somos los dioses podemos decidir sobre quitar la vida.

Del aborto y la eutanasia se dice que son parte de la medicina, que son un derecho del paciente.

De hecho lo próximo que se intentará implantar en favor del “progreso” es la objeción de conciencia de los médicos. La UE ya ha aconsejado a los países caminar en ese sentido.

Si, si, ya lo sé. Lo que hoy a muchos nos parece una locura puede llegar a ser normal para las nuevas generaciones de estudiantes de medicina.

La justificación es que “tenemos un cuerpo” y como mi cuerpo es mío yo hago lo que me da la gana con él. ¿Os suenan este tipo de eslóganes?

Es sorprendente como muchos no creen en Dios ni en lo sobrenatural pero distinguen en su lenguaje entre “lo que tengo” y “lo que soy”.

Pero si os he dicho que con el giro antropocéntrico se ha definido que “el ser humano es la medida y centro de todas las cosas”, ¿por qué se justifica la eliminación de vidas en el aborto y la eutanasia?

Pues porque lo que que es centro y la medida de todas las cosas no es el “ser humano” sino “tu”.

El nuevo rezo al nuevo dios es: “hágase mi voluntad”. Eso se les enseña a muchos desde pequeños.

En el caso del aborto, se ha redefinido lo que es un “ser humano”. Ya no es lo que nos dice la naturaleza y lo que se puede demostrar por la ciencia biológica.

El embrión y el feto dejan de ser considerados seres humanos.

En el caso de la eutanasia, como el ser humano deja de entenderse desde Dios, se ha creado la mentalidad de que somos “cosas” y como somos “cosas”, llega un momento en que dejamos de servir, de ser útiles, y podemos decidir tirarnos a la basura.

Quitar a Dios provoca esto, pues si Dios no existe, o si es ajeno a nosotros, las personas ya no son amadas incondicionalmente por quien les ha creado y ha dado la vida por ellos. Somos objetos, de usar y tirar.

“Lo contrario de amar es utilizar”, decía el gran Juan Pablo II. Él repetía también que era necesario recuperar la “antropología adecuada”, es decir, el responder desde Dios, que es Amor, a la pregunta: ¿quién es el hombre?

Necesitamos redescubrir la maravilla y la belleza que es “ser hombre” y “ser mujer”, de nuestra vida entendida desde Dios que nos ama con todo su corazón y con todas sus fuerzas.

Necesitamos educarnos y educar a los jóvenes desde la belleza de lo que somos realmente. Enseñarles a responder desde el Señor a la pregunta: ¿quién soy yo?

Hablarles del valor infinito de cada vida humana, también de los no nacidos. Enseñarles que hay más que lo que vemos, que nuestra vida es para el Cielo, que el sufrimiento de Dios nos ha redimido y de lo malo que nos sucede Él saca un bien.

La antropología adecuada no es un cuento, es la realidad de nuestra vida, que es más de lo que vemos. Somos un cuerpo y un alma. Una persona digna de existir y ser amada.

Más importante que haya muchos cristianos es que haya cristianos que vivan de verdad la fe, la ética, la antropología, que con sus vidas interpelen y susciten respuestas a la pregunta: ¿quién es el hombre?

La Palabra De Dios no está superada, apenas hemos empezado a vivirla.

Y hasta aquí el hilo 🧵

Como siempre, os pido que recéis por mi.

#SantosONada

“Viendo”, no, perdón: “cuando”

Añado. Hay quien pretende eliminar la filosofía como asignatura obligatoria en la enseñanza, ¿que se consigue con ello? Fácil: que las personas ya no se pregunten quienes son. La manipulación ideológica entonces va como un tiro.