Thread by @rafaelsirera

Espero que el 2022 sea el año que coronavirus deje de centrar la atención de todos, y en mi caso poder hacer más divulgación general de ciencia. Hoy, haciéndome el té he pensado un hilo acerca de la posibilidad, MUY REAL, de que te hiervan las lágrimas a la temperatura corporal.

Empecemos. Para conseguir sacarle el sabor a las hojas trituradas del té es necesario hacer una infusión con agua hirviendo (para el grano molido del café, también vale, por supuesto). Aunque para ser exactos, lo que necesitamos no es agua hirviendo, sino agua a 100ºC.

Realmente para sacarle el mejor sabor a las hojas de té influyen otros muchos parámetros más allá de la temperatura, pero hoy no vienen al caso. Si quires saber más, este vide de la BBC te habla del tema

Volvamos a los 100ºC, resulta que el punto de ebullición del agua no son siempre esos 100ºC, pues depende de la presión atmosférica y por ende también de la altura a la que nos encontremos en la tierra. Tan importante es el detalle que:

"El punto de ebullición estándar ha sido definido por la @IUPAC (@javiergarciamar) desde 1982 como la temperatura a la cual ocurre la ebullición bajo una presión de 1 bar” (curiosamente a 111 m sobre el nivel del mar a 15ºC; 0.986923 atmósferas).

Por lo tanto si subimos en altitud, el agua hervirá a menos temperatura. El problema es que, si no se alcanza esa temperatura, no se consigue que las moléculas de agua tengan la energía necesaria para conseguir la cocción o infusión.

Conocer este detalle y calculando la temperatura de ebullición del agua en diversas montañas de Sudamérica le permitió al a naturalista Alexander von Humboldt, a principios del siglo XIX, calcular su altitud con precisión.

De la misma forma, Charles Darwin pudo explicar a la tripulación del Beagle en 1931 porque no llegaban a cocer completamente las patatas en los Andes.

Los alpinistas conocen muy bien la dificultad de cocinar o hacerse un té reconfortante en altura. Por ejemplo el campamento base del Everest está a más de 5000 m y a esa altura el agua hierve a 80 ºC y en la cumbre a 71ºC.

Si seguimos subiendo en altura y fuéramos capaces de sobrevivir, a 16.000 m la temperatura de ebullición del agua estaría por debajo de 37ºC y, literalmente, nos hervirían nuestras lágrimas o la saliva.

Felix Baumgartner consiguió hacer su salto estratosférico desde 40.000 m no solo por el aporte de oxígeno y temperatura sino también por que el traje iba presurizado (@Eurekablog).

En la tierra no sólo ganamos en altura sino que también en profundidad, de forma que, en el punto más bajo de la tierra, que es el mar muerto a 414 m bajo el nivel del mar, el agua hierve a 101,5ºC.

El hombre del tiempo nos habla de altas y bajas presiones, y estas pueden cambiar también el punto de ebullición del agua. Así, la máxima presión atmosférica registradas se dio en 1968 en Agata, Siberia con 1083,8 mb, lo que suponía hervir agua a 109ºC.

Y la más baja se determinó en un tifón del océano pacífico en 1979 con 870 hPa, lo que implicaba que el agua iba a hervir a 95,71ºC.

Otras curiosidades de la vida diaria del punto de ebullición del agua son la sal y la presión.
Si añadimos sal al agua aumentamos su punto de ebullición y así sacamos mayor partida al sabor de la comida cocinada.

Contrariamente, si añadimos sal al agua helada bajamos su punto de congelación y por eso se usa para quitar el hielo de las carreteras.

De forma análoga, las ollas a presión aceleran la cocción pues, al aumentar la presión dentro de la cacerola, el agua hierve a 120ºC y por lo tanto saca el sabor de los alimentos más rápidamente y sin perderse por evaporación.

Bueno, espero te haya gustado y ¡¡¡ojito con subir demasiado, no sea que te cuezas en tus propios jugos!!!!!