El caso Djokovic ha terminado más a lo Kafka (William Dafoe, absurdo, lágrimas de angustia) que a lo Hollywood (Will Smith, palomitas, lágrimas de felicidad). Ganan el Estado Depredador, masas acosadoras y compañeros insolidarios. Pierde un cabezota, el tenis y la justicia.
Pero ni el Estado autoritario ni los compañeros insolidarios hubiesen podido imponer un veto interesado a Djokovic sino hubiese sido por la masa acosadora que aúlla #DjokovicGoHome Nietzsche describió perfectamente a esas pulgas que saltan sobre el cadáver de la bestia abatida.
Djokovic "El Malote" recuerda al cap. de los Simpson "Homer Badman", en el que Homer es acosado por una turba furiosa porque parece que le ha tocado el culo a su niñera feminista con lúbricos propósitos (quería coger un caramelo)
"No hay justicia como la de una turba iracunda"
Es revelador también el grado de información sesgada que padecen los que siguen a los medios de comunicación de masas habituales, los cuales han seleccionado los datos para presentar a Djokovic como una mezcla entre Drácula, Trump y Milosevic.
El malo junto al bueno y el feo.
Lo relevante es que el Ejecutivo puede deportarlo sin dar ninguna razón. Una ley legal pero ilegítima. El caso es que el ministro sí ha dado razones porque incluso los autoritarios aspiran al respeto: que Djokovic daba mal ejemplo y podía insuflar ánimos a los antivacunas.
Un "argumento" curioso porque se podría aplicar al propio gobierno australiano, el más dictatorial de los gobiernos supuestamente occidentales, que ha mentido, manipulado y agitado el odio y el resentimiento de su ciudadanía. Un gobierno que debería deportarse a sí mismo.
Tb. revelador que sólo un tenista haya apoyado a Djokovic, Kyrgios, que se caracteriza por ser alguien que no busca la socialiblidad, el aplauso de los medios o el cariño de los aficionados. Ver Nietzsche:
"Quien tiene sentimientos distintos marcha voluntariamente al manicomio"
Sólo cabe felicitar a los australianos, que se han quitado de encima la amenaza de un tipo perfectamente sano, a los tenistas, que se han quitado de encima al número 1, y al gobierno australiano, que se quitado de encima al tipo que desafiaba sus imposiciones autoritarias.
Como en el caso del doctor Stockmann, cuando gana la masa y el Estado, pierde el individuo.
Un ex Secretario de Inmigración australiano explica a @TheEconomist que la ley que ha permitido al Ejecutivo deportar a Djokovic fue diseñada para terroristas y criminales.
Para el Estado postliberal el que no obedezca sus reglas es peor que un terrorista: un ciudadano libre.
Mr. Rizvi tb. subraya el igualitarismo de los australianos, que les ha llevado a rechazar el trato de favor a Djokovic. Pero también era a otros tenistas. El caso Djokovic también revela el lado tenebroso del igualitarismo: la envidia de la mediocridad, el odio a los excelentes.
En lugar de cargar contra el Estado , la masa –esa multitud densa y viscosa que se odia a sí misma como individuos y anhela un líder carismático que la guíe aunque hacia el abismo (lo llaman "bien común")– embiste contra el individuo que les hace ver lo que son: súbditos.
Roland Garros también veta a Djokovic si no se vacuna, por mucho que demuestre que no está enfermo. Ha habido otras persecuciones en la historia contra un solo individuo convertido en chivo expiatorio, en cabeza de turco para exorcizar un pánico colectivo alentado por el Estado.
En Le Figaro anuncian el fin de la pandemia y vuelve "la vida normal". Pero, ¿qué es "la vida normal"? Más autoritarismo por parte del Estado, más sumisión por parte de las masas. Todo en nombre del nuevo Dogma, la Salud Pública, administrada por sus sacerdotes, los Sanitarios.
No hay Inquisición sin Hereje. No hay auto de fe sin masa enardecida ante el suplicio en el patíbulo. Decían que la pandemia nos haría más fuertes y solidarios. Pero como era previsible el miedo ha desplazado a la libertad, la seguridad a la justicia, la envidia a la dignidad.
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Roldán ha comparado a Vox con Bildu y se lo están recriminando con razón. La comparación más precisa de Vox es con el PSOE, dado que son la dcha. conservadora y la izda. socialista respectivamente, con el PP y Cs ocupando el centro. Bildu, ERC, Podemos, la ultraizda. antisistema.
El PSOE está tan a favor de los populistas de ultraizda. estilo Maduro como Vox lo puede estar de Trump. El PSOE es antinuclear, es decir, negacionista de la ciencia. El PSOE es el creador de la inmersión lingüística catalana, lo más xenófobo y nacionalista que hay en España.
Roldán es un ejemplo paradigmático de los liberales que en Ciudadanos se sometieron a los dogmas iliberales
de los socialistas por el complejo de inferioridad cultural y el medio a la mafia mediática "progre". La comparación de Vox con Bildu es peor que una infamia: un error.
Esto le escribió Cánovas del Castillo a Isabel II sobre su vuelta del exilio.
«V.M. no es una persona, es un reinado, es una época histórica, y lo que el país necesita es otro reinado y otra
época histórica diferente de las anteriores»
¡Qué gran serie saldría sobre la vida de Isabel II! Podría ser la reivindicación de una mujer especialmente calumniada en un período histórico brillante de España, liberal y modernizador, no suficientemente bien entendido. Capítulo aparte, el curo Merino que intentó asesinarla.
El cura Merino, el Apóstata, liberal radical, lo mismo luchaba contra el francés (como el otro cura Merino) que se convertía en usurero y saltatumbas. Un día, tras salir de misa, fue a la iglesia donde la reina iba a escuchar misa, a asesinarla. ¡Peligrosas misas españolas!
Los negacionistas de las vacunas nunca han sido un problema, pero sí los fundamentalistas de las vacunas porque han corrompido lo que significa la ciencia, un sistema de conjeturas y refutaciones, para convertirla en un conjunto de dogmas y coacciones al que llamaron "consenso".
Lo más indignante desde el punto filosófico de la pandemia es cómo se ha manipulado la ciencia para ponerla al servicio del poder político, alimentando la histeria colectiva y haciendo de la desinformación mediática una forma de propaganda al más puro estilo goebbelsiano.
Por eso son tan importantes los médicos que se han resistido a la presión política y la manipulación mediática. Por ejemplo, Steve James, anestesista, que ha pasado el covid, tiene anticuerpos naturales y se niega a vacunarse news.sky.com/story/covid-19…
La Society of Systematic Biologists está planteándose cambiar el nombre a uno de sus premios para borrar a Ernst Mayr, uno de los más grandes biólogos del siglo XX. ¿Mayr hizo alguna afirmación que se pudiese interpretar como racista, misógina o capitalista?
No, pero era blanco.
Dicen estar preocupados por la diversidad y la inclusividad, esos dos mantras contemporáneos para la discriminación y el privilegio de mediocres. Pero, en realidad, es otro capítulo en la guerra cultural de la izda. identitaria basada en la lucha de clases, de géneros, de razas.
Hay que denunciar estas actitudes de los que enarbolan la bandera de la justicia social para llevar a cabo acciones inquisitoriales basadas en el resentimiento de clase, el odio racial y la fobia de género. Nada de esto tiene que ver con la defensa de la igualdad y la libertad.
Djokovic y J.K. Rowling tienen dos cosas en común. Ambos son millonarios, lo que sin duda es una ayuda a la hora de enfrentar amenazas políticas y cancelamientos sociales por parte del poder y la masa. Pero, sobre todo, tienen el coraje para soportar la presión de la manada.
En la Grecia de Sócrates había dos conceptos claves en cuanto a la libertad de expresión: la isegoría, el derecho de todos a expresar su opinión, y la parresía, el coraje de decir lo que se piensa.
De nada sirve la primera sin la segunda.
A Sócrates lo cancelaron a lo bestia.
La acusación contra Sócrates fue de blasfemar contra los dioses. En realidad, le atacaban por cuestionar los dogmas de la tribu. En particular, la tribu democrática. No directamente, sino planteando preguntas, cuestionando consensos, en fin, lo que se supone que hace un filósofo.
El Ministerio de Sanidad de Japón debería ser la pauta ética para los gobiernos de todo el mundo:
"Aunque animamos a todos los ciudadanos a recibir la vacuna COVID-19, ésta no es obligatoria ni forzosa. La vacunación sólo se realizará con el consentimiento de la persona >>>>>
>>>> a vacunar tras la información facilitada. Le rogamos que se vacune por decisión propia, comprendiendo tanto la eficacia en la prevención de enfermedades infecciosas como el riesgo de efectos secundarios. No se administrará ninguna vacuna sin el consentimiento. >>>>>>
>>>>>> Por favor, no obligue a nadie en su lugar de trabajo o a los que le rodean a vacunarse, y no discrimine a los que no se han vacunado."