El corresponsal en Bruselas para temas UE es un periodista especial, adaptado a un ecosistema sui generis, con circunstancias y características especiales que los distinguen de sus otros colegas periodistas. Su importancia para el proyecto europeo es máxima. A ell@s dedico este🧵
Son náufragos en un océano de comunicaciones e informes. La UE es la organización más locuaz del mundo. La transparencia extrema presenta su propios retos. El primero es elegir de lo que se va a informar. Lo importante en la UE no siempre es noticia, e igual ocurre a la inversa.
Son montadores del cine UE. Una vez elegido el tema noticiable, hay que meter tijeras como en una cinta en bruto. ¿Dónde se corta? ¿En el borrador de comunicación? ¿En la comunicación publicada? ¿En el acuerdo de orientación general del Consejo? ¿En el acuerdo con el Parlamento?
Son formadores a la vez que informadores. La pedagogía es continua: el Consejo es órgano legislativo; los Tratados no dan tal competencia; en algunos casos un Estado veta solo y en otros hay complicadas minorías de bloqueo; el Consejo Europeo apenas adopta decisiones formales.
Tienen la paciencia del Santo Job: expedientes que duran años desde que se anuncia la noticia (¿se acuerdan de la supresión del horario de verano?); nuevas estrategias que innovan poco; largas esperas para informar de Consejos Europeos sin la garantía de que el insomnio compense.
Son ubicuos. La burbuja bruselense nunca basta. Por aplicación del efecto mariposa, las elecciones regionales en un Estado miembro pueden ser clave. O, por la universalidad 🇪🇺, un virus en Wuhan o un accidente en el Canal de Suez alteran cualquier previsión. Nada les es ajeno.
Y han de tener la imaginación de un novelista, pues lo más complicado es, con estos materiales, hacer amena la lectura de su artículo al lector de su medio nacional -y algunos lo logran. La UE depende más de ellos que ellos de la UE. Son los Homeros de la epopeya europea actual.
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Mi identidad mediterránea proviene de veraneos en la costa malagueña, de años vividos en Grecia, Israel y Turquía, de haberme ocupado de los países árabes mediterráneos en la Reper UE y en mi Ministerio. Euromed y la UpM transforman la lógica de rivalidad por una de cooperación.
No he desarrollado separadamente la identidad iberoamericana en igual medida por no haber vivido nunca en Latinoamérica. Pero está subsumida en la española; además, 'la patria es la lengua'. El reto actual es conseguir que la UE dé a América Latina la importancia que merece.
Mi identidad atlántica está relacionada con la europea. Europa debe a EEUU su salvación de la autodestrucción en las dos GM, su escudo protector en la Guerra Fría y su ayuda en la implosión de Yugoslavia. La idea de una Europa unida fue en parte impulsada por EEUU (OECE, 1948).
En los dos hilos finales expondré cómo vivo mis identidades (sociales de base territorial). Creo que una característica de las democracias avanzadas en la UE es la libertad de elegir tanto la prelación de las identidades como el contenido de las mismas, cambiantes en el tiempo.
Por orden de mayor a menor, las identidades que siento más fuertes son: española, europea, varias locales, andaluza, mediterránea, iberoamericana, atlántica, y universal. La disección es en parte artificial, porque muchas de ellas están ya implícitas en cómo entiendo las 🇪🇸 y 🇪🇺
La española ha sido siempre la primera. Sólo me emociono con ella. Mi profesión ha ido transformando su contenido. Aprecio su diversidad y europeidad, y su ligazón al Mediterráneo e Iberoamérica. La quiero abierta al mundo y creo que la migración nos ha enriquecido como pueblo.