Hace tiempo que tengo indexados los ~2 millones de contratos de la PLCSP. Ahora estoy afinando el buscador para que dé los resultados más relevantes posibles. Para ello hago búsquedas de prueba, como esta en la que simplemente busco «mascarillas».
Pienso en voz alta… 🤓🧵
El buscador oficial que nos da el Estado tiene de todo. De todo lo malo:
👎 Es tedioso porque tiene muchos campos
👎 Es más lento que una actualización de Windows
👎 No te deja ordenar los resultados
👎 Los enlaces caducan 🤦♂️
Es abrirlo y querer que me mate un camión. 😅⬅️🚛
Además, el buscador del Estado solo devuelve una cosa: contratos. El mío devuelve también contratistas, órganos de contratación, pliegos…
Es como lo que hice en Cantabria. Nótese cómo los dos primeros resultados de este ejemplo son entidades, y el resto ya contratos. 👇
El buscador que he construido tiene un único campo. Como Google. En él puedes teclear cualquier cosa que quieras buscar: «mascarillas», pero también el NIF de una empresa, su nombre, un ayuntamiento, un ministerio…
Y luego, y solo si quieres, filtras por presupuesto, por CPV…
Tengo muy claro que, aunque programo, no soy un «programador». Soy una persona que está diseñando una herramienta digital para ayudar a las personas a indagar en las compras que se hacen con dinero público.
Como decía Isabel Pantoja: «¡PERSONAS HUMANAS!».
Mi objetivo no es «hacer un buscador», sino empoderar a TODA LA GENTE QUE PUEDA para que exploren los contratos públicos. Para dar más transparencia a estas compras. Y que el proceso sea para ellos…
✅ Eficaz
✅ Cómodo
✅ Divertido
Hay tanto de psicología como de tecnología.
Y cuando el usario teclea «Santander»… ¿qué está buscando?
🤔 ¿Las adjudicaciones al Banco Santander?
🤔 ¿Las compras del Ayuntamiento de Santander?
🤔 ¿Las obras en Santander?
Yo tengo que esforzarme en darle rápidamente unos resultados que satisfagan sus expectativas…
…y, junto con ellos, un mecanismo para acotar mejor su búsqueda. Porque hay TANTÍSIMOS expedientes que da prácticamente igual lo que busques: siempre habrá más resultados de los que puedas abarcar. De ahí la importancia de permitir al usuario dirigir eficazmente su pesquisa.
La búsqueda, pues, es un proceso en dos etapas que se inicia cuando introduces un término.
✅ Si es preciso («mascarillas ffp2 universidad murcia»), ¡genial! Encontraste lo que buscabas 🥳.
✅ Si es genérico («mascarillas»), querrás filtrar los resultados para centrar el tiro.
El buscador del Estado está mal diseñado. Obliga al usuario a consignar el contratista y a filtrar por fecha, por CPV, por órgano de contratación… todo al mismo tiempo. Y lo más probable es que el usuario no sepa si necesita filtrar, o por cómo hacerlo, hasta ver los resultados.
Si busco las adjudicaciones a INDRA, me dice que hay 2242. Como son muchas, quiero acotarlas por código CPV. Entonces me presentan un árbol tremebundo donde hay que ir pinchando… ¡pero si hay casi 10.000 de estos códigos!.
¡E INDRA solo licita en un puñado de ellos! De locos.
Si INDRA no vende grifos, ¿por qué el buscador oficial me permite seleccionar «grifos» cuando busco los contratos de INDRA? Es absurdo y frustrante para el ciudadano, que se ve dirigido indefectiblemente a una página de error: «lo sentimos, no hay resultados».
Una yincana 😅🔫.
Pero cuando, además, el portal oficial te tiene esperando MEDIO MINUTO hasta que escupe algo, el ciudadano pierde el incentivo de buscar, de indagar en las compras públicas. Es perverso:
Mal diseño + Praxis ineficiente = Menos transparencia
Al buscar «mascarillas» yo presento primero al usuario los contratistas como «MASCARILLAS XYZ, S. L.», pues son pocos y, como agentes económicos, son más relevantes.
Así logro que al buscar «Santander» el Banco Santander no aparezca por debajo de una pequeña obra en Santander.
Para cada búsqueda que el usuario hace, analizo la distribución de los resultados. Por ejemplo, ¿qué empresas aparecen más frecuentemente en las compras de mascarillas? ¿Qué códigos CPV son más habituales? ¿Cómo se distribuyen en el tiempo estos contratos? 👇
Para el caso de ejemplo, se observa que los expedientes que hablan de «mascarillas» se multiplican por 15 desde el segundo trimestre de 2020. Y que el Servicio Cántabro de Salud es el que más contratos de compra de mascarillas ha sacado (218).
⚠️ ¡Ojo al interpretar los datos! Es fácil sacar conclusiones erróneas. ¡El que más compras de mascarillas ha hecho no tiene por qué ser el que más mascarillas ha comprado! Y así con todo. La contratación pública es compleja. Los datos hay que analizarlos con contexto. Y con 🧠.
Corto el rollo y sigo afinando el buscador. Y envío un abrazo fuerte a mis patronos: ¡es gracias a vosotros que puedo estar haciendo esto! Espero escribiros en breve una carta con más detalles. Y, tan pronto como esté lista, la primera versión «beta» de la herramienta 😃🎉.
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He estudiado más de cien «amazon locales» puestos en marcha con dinero público. He intentado visibilizar las conclusiones en artículos como este. Sin mucho éxito, parece. 👇
👆 Mi artículo en el enlace del tuit de arriba contiene muchos enlaces a los amenos hilos de Twitter donde he ido destripando cada problema y proponiendo soluciones.
👇 Aquí en castellano, también con abundantes enlaces a mis investigaciones:
📈 Para mí es importante que nadie tenga que confiar en «mis» datos. ¡No son míos! Yo los extraigo de fuentes oficiales. Con sacacorchos, porque lo ponen difícil. Por eso acabo de añadir a mi herramienta algo imprescindible: el enlace de cada dato en las memorias del Gobierno. 😊
Creo que esto servirá para que mucha gente pueda buscar en mi herramienta fácilmente (¡y de forma divertida!) los datos de su interés. Y luego ir a tiro hecho a la infumable «fuente primaria» del Gobierno (PDF de más de 200 páginas) para confirmar la veracidad de los datos.
Creo que esto será útil…
✅ A la ciudadanía, para entender mejor su país.
✅ A los parlamentarios, para controlar mejor al Gobierno y detectar chanchullos.
✅ A los periodistas, para vigilar el reparto equitativo del dinero público.
🔴 La Ley 6/2010 de Publicidad y Comunicación de #Euskadi indica que el Gobierno Vasco tiene que remitir anualmente al Parlamento una memoria con el reparto del dinero público a los medios de comunicación.
Pero esas memorias tienen errores.
Por ejemplo: 👇
El Gobierno entrega los datos en un PDF que impide:
👉 A los diputados, controlar eficazmente el gasto del Gobierno.
👉 A la ciudadanía, entender cómo se reparte el dinero público.
👉 A los periodistas, comprobar si se cumplen las leyes.
¡Esto no puede ser!
📰 La última de estas memorias, del año 2022, acaba de ser publicada este mismo viernes.
Alguien en el Gobierno Vasco las escribe con Microsoft Word partiendo, parece, de una plantilla de 2017.
— Esto es sumamente ineficiente.
— Y produce un PDF que no da #transparencia real.
No tengo claro que ser la ciudad más subsidiada de España sea motivo de celebración. Quiero pensar que la métrica del éxito es otra. Pero he estudiado cien iniciativas similares a la suya y encuentro un denominador común: fracasan.
Este triunfal anuncio es compatible con un cuadro agudo de subvencionitis. Una pandemia que está causando estragos en alcaldes y concejales de toda bandera. El delirio: intentar salvar el comercio local con un «Amazon» municipal.
El virus lo inocula el Estado canalizando una línea de subvenciones con fondos europeos. Las entidades locales concurren porque hay dinero de Europa. Es la solución a la búsqueda de un problema. Y a alguien se le enciende la bombilla: un «marketplace». 🎉