No suelo hablar de actualidad y tampoco me meto demasiado en análisis arquitectónicos pero en vista del debate sobre las viviendas de Peris+Toral en Cornellá, que acaban de ser nominadas a los Premios Mies, creo que merece la pena ordenar un poco mis ideas del asunto.
(Hilito)
Primero, la foto. Es una foto estupenda de José Hevia donde se ve un espacio muy atractivo. Con muy buena luz y espacios agradables.
Un espacio que, en el imaginario colectivo, no solemos asociar a vivienda social. Y eso está muy bien.
Hay más fotos y todas se podrían adscribir perfectamente a esa descripción.
Pero claro, resulta que en la foto, como señalaban ayer, hay una serie de objetos de diseño. Y en el mundo contemporáneo, no son solo de diseño, son de lujo.
Los objetos que aparecen en la foto cuestan como 4 plazos de la hipoteca de esta vivienda. Eso no me parece tan bien.
No me parece tan bien porque ese mismo espacio sería igual de agradable y luminosos con mobiliario de IKEA.
La elección de muebles de lujo a mí me habla de una separación, de una cesura demasiado grande entre los "vendedores" del proyecto y los habitantes del proyecto.
Porque recordemos que esto es vivienda social, pero aunque fuese vivienda para clase media. Esos muebles no están al alcance de todo el mundo.
Significa esto que hay que "empobrecer" la imagen con objetos cutres? Pues claro que no.
Claro que no, porque un habitante de una vivienda social (o de cualquier vivienda) no es cutre. No estamos hablando de poner una Nancy folclórica encima de la tele.
Insisto, se podía haber hecho algo muy similar usando muebles bonitos pero bastante más asequibles.
Y hablando de la tele, pasemos a las plantas. Y al motivo por el que el edificio ha sido nominado a los Premios Mies (conste que es algo que veo lógico y, en realidad, me parece bien).
Estas son las plantas generales. Como se ve, apelan a una modulación hiperestricta en base a espacios sensiblemente cuadrados de unos 12 m2.
Esta construcción modular se ha llevado a cabo mediante paneles de madera CLT que son, a todas luces, mucho más ventajosos que la construcción tradicional.
Son más rápidos, dejan muchos menos residuos de construcción y de fabricación y son, en general, más eficaces.
Es razonablemente probable que este sistema de construcción modular sea la base de la nominación a los Premios Mies. Y lo veo lógico: en el Occidente contemporáneo vamos (y debemos ir) hacia construcciones cada vez mas eficaces, más baratas y más sostenibles.
Entremos entonces en la planta a escala más cercana.
Por un lado, las viviendas son todas pasantes entre galerías, lo cual genera ventilación cruzada y una luz muy agradable. Eso es fenomenal.
Pero si entramos más cerca en la planta, aparecen algunos problemas, a mi entender.
Por un lado, se elimina el pasillo, lo cual no es ni bueno ni malo. Pero en favor de que casi todo es espacio de paso. Incluso el baño (o la mitad del baño).
Al haber sido tan hiperestricto con el módulo y haber eliminado el pasillo, casi todos los espacios tiene dos o tres puertas. No hay grandes tabiques y, como los espacios no son demasiado grandes, incluso los salones, esto dificulta colocar un sofá o una tele.
No es que no quepa una sofá o una tele, es que son difíciles de colocar.
Esto se alinea con las fotos interiores del proyecto, donde tampoco aparecen sofás ni teles ni ningún mobiliario "convencional".
Alguien decía también si esto también merecería que se debatiese si es necesario un sofá o una tele. O si es necesario tener tantos objetos.
Yo estoy de acuerdo en que es un debate interesante. Tengo mis dudas de si ese debate deba ser a costa de usuarios de vivienda social.
Y me explico. Una vivienda social no es gratis. Es una vivienda que también se paga y que, por su definición, se destina, en general, a familias con menos recursos. (No siempre es así, pero al menos debería ser así).
Yo soy partidario de que las viviendas tienen que ser siempre lo mejores y lo más bonitas posibles. Lo más agradables, lo más luminosas y lo más chulas.
Cualquier vivienda. También la social.
Pero una vivienda social no se elige, es la que "te toca". Y a los usuarios de esta vivienda social, casi les estamos obligando a que no puedan colocar bien un sofá o una tele.
Yo soy el primero que apuesto por tener menos cosas, pero no creo que deba obligar a nadie a vivir como yo.
Creo que debo darle la oportunidad de vivir como yo (porque creo que es mejor) pero también debo permitirle que viva como más le guste a él.
Y más cuando esa familia va a firmar una hipoteca a 30 o 40 años para una casa que, en puridad, no ha elegido.
Hay viviendas, como Torres Blancas, muy difíciles de amueblar. Pero son muy caras y el comprador sabe que es el peaje que paga. Lo ha elegido.
¿Considero que estas viviendas son un mal edificio o que son un proyecto fallido?
No. Creo que son un experimento muy interesante y que avanzará cosas muy buenas en el futuro.
Pero también creo que, como experimento, tiene unas cuantas cosas que depurar.
Por ejemplo, la adscripción hiperestricta al módulo cuadrado era evitable, lo cual podría permitir una mayor jerarquía en espacios y, tal vez, poder colocar un sofá o una tele de manera más fácil.
Y es evitable porque la estructura, como se ve, lo permite. Que sean módulos idénticos e idénticamente cuadrados es una decisión de proyecto, no viene realmente dada por los paneles CLT.
La estructura cubre luces de 7.5 metros y las divisiones podrían haber sido otras.
Tal vez con una modulación menos rígida los espacios habrían sido más "fáciles" de vivir. Pero también habrían sido más convencionales, lo cual quizá habría ido en detrimento de la exploración experimental y quién sabe si también de sus opciones al premio.
Realmente no lo sé.
Insisto, creo que es un experimento muy interesante y que puede avanzar cosas aún más interesantes en el futuro, cuando se depuren algunos de los problemas que puede tener.
Sencillamente, yo habría preferido que, para una vivienda social, esos problemas ya se hubieran depurado.
También es posible que yo esté totalmente equivocado y que la gente termine viviendo aquí de puta madre. Seguiría pensando que lo suyo no es obligar a la gente a vivir de una manera tan "distinta", pero si funciona, bienvenido sea.
Supongo que el tiempo lo dirá.
(Y esta ha sido la hora del Torrijos académico. Pasamos a la programación habitual de historias guays 😬)
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En una plataforma en el Mar del Norte está el país más pequeño del mundo. Solo vive una persona pero tiene miles de nobles. Y una historia con piratas, asaltos, secuestros y un James Bond de marca blanca.
El 19 de agosto de 1978, dos lanchas rápidas se aproximaron a una plataforma marina situada en el Mar del Norte, a unas 7 millas al este de la costa británica, a la altura de Suffolk.
Dentro iban un abogado alemán y varios mercenarios armados.
"Días del Cielo" tiene una de las fotografías más bellas (y más difíciles) de la historia del cine. Una escena era TAN difícil que solo pudo rodarse con un maravilloso golpe de ingenio.
Y eso que el Director de Fotografía estaba medio ciego.
Os lo cuento en este pequeño HILO ⬇️
En 1976, el Néstor Almendros, director de fotografía de la peli, tenía 46 años y comenzaba a sufrir una gradual pérdida de visión. Quizá fuese por los casi 30 años que llevaba acariciando la luz, ese primer motor de la creación, pero el caso es que sus ojos empezaban a fallar.
El problema es que Terrence Malick, el director de la peli, tenía solo 33 años pero estaba completamente enloquecido.
Nunca he sido de Cavs ni de Heat ni de Lakers, y más de una vez he querido que perdiesen. Pero eso no me ha impedido maravillarme ante el chaval de Akron.
El hombre de Akron.
Y MUCHÍSIMAS veces me he llevado las manos a la cabeza en incredulidad al verle hacer algunas de las cosas que ha hecho.
Recuerdo especialmente una madrugada de junio cuando hizo esto en el momento decisivo de la final contra GSW.
Hace 50 años, Ricardo Bofill construyó un laberinto amable, con escaleras como burbujas al cielo y espacios que parecen trozos de mar. Bellísimo y fotogénico como una estrella de cine.
El octubre pasado aparecieron en la red y en los medios un montón de titulares que decían algo así como "El edificio que ha inspirado El Juego del Calamar".