Dios mío, esto se ha ido de las manos.
Muchísimas gracias a todos por vuestro apoyo. Lamentablemente, el abuso que yo he contado es bastante habitual en este trabajo; podéis hablar con cualquier freelance y contrastar. Sin embargo, quería aclarar dos cositas:
1) El medio en cuestión NO es ninguno de los que tengo en mi biografía de Twitter. En esos periódicos trabajo habitualmente y no hacen lo que yo he relatado en mi hilo. Lo que me propusieron era para una colaboración puntual con otro grupo con el que yo no tengo relación.
2) No publico el nombre del medio porque no quiero más movidas. El hilo ha picado a mucha gente, me ha jodido a nivel profesional y no quiero más problemas. Hoy no está siendo un buen día y quiero aislarme en mis mundos. Bastante ansiedad me genera esta mierda de normal.
Tengo los MDs petados, así que no creo que os pueda responder a todos. Lo voy a intentar, palabra, pero me habéis escrito cientos de personas y no doy para más.
Muchísimas gracias, igualmente :)
• • •
Missing some Tweet in this thread? You can try to
force a refresh
Esto que os voy a contar me va a cerrar puertas laborales en algunos medios, pero me la suda.
Así es como tratan algunos grandes grupos a los periodistas freelances:
Hace veinte minutos (23:50), me llama el redactor jefe de una importante revista nacional. Me cuenta que le ha pasado mi número uno de mis editores y que le gusta mucho cómo trabajo.
Que sabe que tengo ciertas «nociones avanzadas» de Europa del Este y que estuve, a finales de noviembre, cubriendo la crisis migratoria de Bielorrusia con Polonia, por lo que me sé mover. Que le mola cómo escribo, cómo narro y la forma que tengo de contar. Todo bien.
Sois unos animales, @policia. Mientras cubría la manifestación por #PabloHasel para @ctxt_es, uno de vosotros me ha gaseado y me ha pegado con la porra mientras le enseñaba mi acreditación de prensa (foto del informe del SAMUR).
Mientras la manifestación y las cargas policías retrocedían, en Sol, hacia la calle del Arenal, me he puesto a charlar con unos colegas periodistas (uno de ellos, fotógrafo del ABC) junto a la boca de metro que hay al lado de la calle Carretas.
En aquel momento, solo estábamos nosotros (unos cinco periodistas, algunos de ellos con chaleco, cámara y casco) y una línea policial en la entrada de la mencionada calle. Todo muy tranquilo allí, pues las cargas estaban en el Arenal.