El 26 de febrero del 2016, Charli XCX pisó el acelerador del futurismo, y anticipó una corriente explosiva de pop de vanguardia.
Vroom Vroom, a pesar de ser un EP que apenas sobrepasa los 10 minutos de duración, sintetiza a la perfección su propuesta innovadora.
Vroom Vroom, a pesar de ser un EP que apenas sobrepasa los 10 minutos de duración, sintetiza a la perfección su propuesta innovadora.
Una de las artífices de su producción avant-garde fue Sophie, quien falleció en el año 2021, y que se encargó de encauzar la identidad artística de Charli XCX a un plano sonoro menos convencional, trasladado a las fronteras más experimentales entre el pop y la electrónica.
El giro que efectuó la artista británica desde su proyecto predecesor, Sucker (2014), se definía por la excesiva fortaleza del sintetizador, que resultaba especialmente palpable en el corte homónimo, Vroom Vroom: una absoluta bomba de relojería.
Vroom Vroom, como pista, simboliza el punto de inflexión del cual brotaría la construcción musical de Charli XCX a posteriori; gracias a su producción flamante, a medio camino entre la estridencia y el hedonismo, y que tan sorprendente resultaba a mitad de la década pasada.
Los tres temas restantes, pese a no resultar tan sorprendentes, conforman una experiencia en toda regla. Prueba de ello es Paradise, en la que hace acto de aparición Hannah Diamond, que oculta una explosión de bubblegum tras una fachada dream-pop edificada con maestría.
Trophy, por otro lado, es frenética y gimnástica a partes iguales, con una ejecución de pop electrónico que escala hasta uno de los mejores estribillos de su carrera; mientras que Secret (Shh) presenta la sonoridad propia de PC Music en un escenario más sucio y sombrío.
La rectificación de Pitchfork tras el suspenso con el que fue calificado el EP demuestra a la perfección hasta qué punto la concepción que Charli XCX materializó del pop en pleno 2016 era lo suficientemente bizarra y contemporánea como para tildarla de ‘adelantada a su tiempo’.
Vroom Vroom es el detonante más tangible de la firmeza de Charli XCX como la figura del futurismo pop por excelencia de los últimos tiempos, así como de la explicitación más significativa que los años venideros presentarían de la masificación del género tipificado como hyperpop.
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