Thread by @temoris

#Ucrania #Rusia abro #hilo
¿Qué creen ustedes que debe ser más importante?

1- Las ambiciones de expansión y las necesidades de seguridad de una potencia militar.
2- El derecho de un país a la autodeterminación.

Esta disyuntiva fue fundamental en los siglos XIX y XX y, como

vemos, lo sigue siendo ahora.

Para las potencias colonialistas y despúés para los imperialismos, sus intereses y sus rivalidades eran asuntos superiores sobre cualquier cosa relativa a los pueblos que consideraban y consideran inferiores.

El movimiento anticolonialista y el

antimperialismo, por lo contrario, reivindican que los pueblos deben poder tomar decisiones propias sin someterse a los intereses de las potencias.

Esta segunda posición tiene la desventaja obvia del desequilibrio de poder: las naciones menores, solas, por lo general encuentran

muy difícil escapar de la hegemonía de la potencia que trate de imponérsela.

Entonces la potencia rival las atrae ofreciéndoles la ayuda que les urge.

Vean, por ejemplo, el caso de Cuba en 1959: Fidel Castro y los suyos aspiraron inicialmente a una verdadera independencia, no

alineada a las grandes potencias. Las agresiones estadounidenses, como el intento de invasión de Playa Girón en 1961, les mostraron el riesgo de ser arrasados y terminaron aceptando el apoyo soviético, convirtiéndose así en una pieza del ajedrez de los gigantes.

Algo similar le

ocurrió a Ucrania: este país fue conquistado en 1654 con la toma de Kiev por los rusos, que la arrasaron. Fue dominada desde Moscú durante 337 años hasta la independencia, en 1991. Pero Rusia no acepta esa pérdida de dominio y lleva dos décadas tratando de recuperarlo.

Como era

de esperarse, Washington y la Unión Europea le ofrecieron ayuda y le hicieron promesas. Algunos dirán que Ucrania debió rechazarlas y resistir ante Rusia con una postura no alineada. Ya quisiera verlos enfrentando a Putin.

Como es costumbre desde 1945,la pugna entre Washington y

Moscú se resuelve en territorio de otros, que son los que ponen los muertos y la tragedia.

Pero explicar y justificar los hechos con base en las necesidades y ambiciones de las potencias en conflicto, las de la OTAN y las de Rusia, es someterse sumisamente a las doctrinas del

imperialismo en las que los intereses de las potencias priman sobre los de los demás pueblos.

Un antimperialismo que se presta a los juegos de uno u otro imperialismos se engaña y se hace cómplice de la matanza y del atraco.

Quizás los ucranios erraron al aceptar la mano de

Washington, como los cubanos tomaron la de Moscú en los 60. O más bien no tenían alternativas.

Y hoy son ellos los que están siendo invadidos y masacrados por una potencia imperial.

El antimperialismo y el anticolonialismo sólo son congruentes si apoyan a los agredidos por los

imperios, si se alzan contra la agresión.

Si rechazan que los motivos de los imperialistas son más importantes que los de los pueblos en resistencia.

Si enarbolan sin excepciones el derecho de los pueblos a la autodeterminación.