Thread by @Tano2412

"Barón Biza, el maldito escritor femicida"

Hace poco el compañero @lencinaeduardo me contó que vió un monumento a Barón Biza camino a Rosario. Sinceramente me causó repugnancia saber que este personaje al que la élite describió como un rebelde transgresor, incómodo, millonario

excéntrico, fuera festejado con un monumento.
Biza fue uno de los tantos cachorros de la oligarquía que pensó que todo lo que lo rodeaba le pertenecía. Heredó el lujo y la impunidad de clase, se le atribuye la frase que dice "tirar manteca al techo" como sinónimo de derroche.

Su primera esposa fue la actriz y aviadora suiza Myriam Stefford, quien murió en un dudoso "accidente" aéreo. Según se rumoreaba el propio Biza mandó a sus lacayos para que se encargaran de que el "avión no aterrizara" luego de descubrir supuestas infidelidades de Myriam.

No hay pruebas de que haya tenido algo que ver, pero los rumores siempre parten de algo cierto.
A Biza se le dió por la literatura y por una inocua militancia en el radicalismo de la mano de Amadeo Sabattini.
En 1933 escribió "El derecho de matar", una novela que fue considerada

obscena por la Iglesia que decidió excomulgarlo.
Biza se casó con la hija de su correligionario, Clotilde Sabattini de 15 años, a la que raptó de un colegio en donde estaba como pupila en Córdoba. Huyeron a Uruguay y se casaron en secreto cuando ella cumplió los 17.
Regresaron

al país y con el correr de los años, el monstruo que el patriarcado había moldeado dentro del "encantador" y excéntrico dandy saldría finalmente a la luz.
La vida de la pareja transcurría entre la estancia de La Falda, Córdoba, y el lujoso piso que poseían en la calle

Esmeralda de la "señorial" Ciudad de Buenos Aires.
Biza ejercía constante violencia de género sobre Clotilde quien en una ocasión debió refugiarse en la casa de su familia. En uno de esos episodios Biza le disparó a su cuñado, "Tucho" Sabattini, un disparo en una de sus piernas

con un 38 largo.
La élite porteña recordaba con "horrorizada simpatía" una fiesta de disfraces organizada por Biza en un palacete que poseía en la calle Quintana donde contrató a mendigos y prostitutas para que sean humillados de la forma más aberrante por sus invitados

oligarcas.
Clotilde se recibió de maestra y se convirtió en una referente de la educación en Argentina. Durante el gobierno de Frondizi fue designada como presidenta del Consejo Nacional de Educación y fue la autora del primer Estatuto Docente.
Clotilde se hartó de ser un

blanco de la violencia machista y decidió separarse de ese monstruo.
El 16/08/1964 ella accedió a encontrarse con el para decidir la separación de común acuerdo y en buenos términos.
El dandy no permitiría que Clotilde, a la que consideraba un simple objeto, se atreviera

a emanciparse de la opresión patriarcal. El monstruo aún festejado "simpáticamente" por la oligarquía llenó un vaso de whisky con ácido y se lo arrojó a Clotilde en el rostro dejándola desfigurada. Acto seguido Biza tomó su revolver 38 largo y se voló la tapa de los sesos.

Clotilde que en ese momento tenía 44 años sobrevivió al ataque. Viajó a Europa para hacerse tratamientos que le borraran las cicatrices del ataque pero todo fue en vano.
Las verdaderas cicatrices de Clotilde no estaban en su rostro, estaban en su interior. Se suicidó en 1978, se

arrojó del balcón del departamento en donde Biza la atacó.
Biza fue un dandy, un rebelde un transgresor "que tiró manteca al techo, pero sobre todo un VIOLENTO MACHISTA y FEMICIDA. Sometió a Clotilde a años de maltrato psicológico, degradaciones, golpes y cosificación. El fue

el que asesinó a Clotilde, que murió por las quemaduras que llevaba en su interior provocadas por "ácidos" años de maltrato y vejaciones.
Biza tuvo tres hijos con Clotilde, dos de los cuales también se terminaron suicidando. Algunos/as hablan de "la maldición" que perseguía a la

familia, una asquerosa justificación para tapar a la verdadera maldición: Barón Biza, un aberrante exponente de una sociedad patriarcal despiada que consideraba, y aún considera, a la mujer como un objeto que forma parte del "patrimonio" del hombre.
Quizás Biza fue inspirado por

esa idiosincrasia al titular a su novela. El pensó que tenía "El derecho de matar" a Clotilde porque la consideró de su propiedad y con esa lógica se sintió con el "derecho" de hacer con ella lo que quisiera.

En memoria de Clotilde Sabattini, víctima silenciada y olvidada de

la violencia machista, como otras incontables mujeres que fueron condenadas a la proscripción aún después de ser asesinadas.

Basta de violencia machista!!!

Si tocan a una nos tocan a todos y todas.

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