(El episodio de hoy comienza con un pequeño acertijo que resolveremos al final).
Imaginad que en medio de la selva de Borneo hay un enorme volquete lleno hasta arriba de oro. Nadie sabe cómo ha llegado hasta allí pero es descomunal y sabéis exactamente donde está.
El problema es que en esa zona de la selva es imposible que atterice un helicóptero de carga y el único camino de acceso es demasiado estrecho y demasiado peligroso, y además está plagado de bandidos.
¿Cuál es el valor de ese oro?
(Y ahora sí, se recomienda la lectura del episodio de hoy acompañada de la siguiente banda sonora).
En abril de 1606, el marino portugués Pedro Fernandes de Queirós —el señor de abajo— arribó a la costa de una isla en el pacífico sur.
Tomando conciencia de que la había "descubierto", la bautizó como La Austrialia del Espíritu Santo.
Sí, 'Austrialia' con dos íes.
Lo del nombre chiripitifláutico venía por dos razones: Por un lado, Queirós creía que había alcanzado el continente más austral del planeta. Y por otro, la expedición estaba patrocinada por la corona española.
Es decir, por Felipe III.
Es decir, por los Austrias.
Además, que Queirós hubiese descubierto la isla era un poco trololó porque allí llevaban miles de años viviendo una tribu melanesia. Concretamente los Ni-Vanuatu, con los que los europeos no terminaron de congeniar.
Vamos, no terminaron ni realmente llegaron a congeniar. A los pocos días, y tras una batalla entre arcos, flechas y lanzas contra mosquetes, los Ni-Vanuatu expulsaron a los europeos.
Queirós se volvió a Madrid, y de ahí a Perú y luego a Panamá, donde murió en 1615.
Mientras, la isla del Espíritu Santo, que es como se quedó el nombre al final vivió libre de colonizaciones hasta que el explorador francés Louis Antoine de Bougainville llegó de nuevo en 1768.
Bouganville rebautizó al archipiélago o como "Las Grandes Cicladas".
Lo de las Cicladas tampoco funcionó y, ya en 1774, James Cook, a bordo del HMS Resolution volvió a tocar tierra en Espíritu Santo y de nuevo rebautizó a las islas con un nombre que, esta vez, si perduraría: Nuevas Hébridas.
Y tanto que triunfó el nombre, como que duró exactamente hasta 1980, cuando Vanuatu se independizó como país.
Ahora bien, en ese ínterin de dos siglos, las Nuevas Hébridas tuvieron uno de los sistemas de gobierno más peculiares que ha habido nunca: el Condominio.
Digamos que, a grandes rasgos, los ingleses y los franceses compartieron la isla en un estado de contubernio durante todo el siglo XIX, además de "compartirla" con los Ni-Vanuatu.
"Compartirla" entre comillas porque, bueno, ya nos entendemos.
Como las cosas no iban precisamente fluidas entre las comunidades, y no estaban por la labor de trazar una línea fronteriza, en 1906, los franceses y los ingleses firmaron un acuerdo de gobierno compartido.
Sí, las islas serían francesas y británicas A LA VEZ.
¿Qué significaba esto? Pues como los habitantes anglófonos y los francófonos estaban mezclados, significaba que en las Nuevas Hébridas todo era doble: dos cuerpos de policía, dos cuerpos de bomberos, dos sistemas de enseñanza, dos sistemas judiciales...en fin, dos de todo.
Como los censos no eran muy fiables, lo de tener dos sistemas legales y judiciales distintos montaba unos follones estupendos porque cada ley se aplicaba EN FUNCIÓN DEL IDIOMA que hablase el ciudadano.
Claro, había más de un piernas que decidía declararse anglófono o francófono en función de si le habían pillado con el carrito del helado incumpliendo la ley francesa o la inglesa.
...Y para rematar, a los nativos no se les aplicaba ninguna de las dos leyes.
Todo muy fluido.
¿Qué se hacía en estos casos?
Pues recurrir a *redoble* EL REY DE ESPAÑA.
Sí, en serio.
Concretamente, y por las fechas, Alfonso XIII.
Se organizaba una corta conjunta formada por tres jueces, uno nombrado por los británicos, otro por los franceses y el tercero, que decidiría, lo nombraba "Su Majestad el Rey de España".
No tengo ni idea de si Alfonso XIII llegó a usar tal prerrogativa pero era una cosa loquísima porque, a ver, las islas están a tomar por saco de España y me temo que España estaba a otras cosas por esas fechas.
Sea como fuere, el asunto duró exactamente hasta el 14 de abril de 1931, cuando se proclamó la Segunda República Española y ya no había rey a quien apelar.
A saber como se lo montarían después del 31 pero el caso es que las islas vivieron en paz y armoNI DE COÑA.
La cosa era un fantástico caos, hasta el punto de que al Condominio se le conocía en más de una crónica como "el Pandemonio de las Nuevas Hébridas".
Y aún se lió más follón cuando, en el 41, los Estados Unidos de América entraron en la Segunda Guerra Mundial y, tras solicitarlo a las autoridades francobritánicas, montaron una gigantesca base naval allí: la Naval Advance Base Espiritu Santo.
Sí, en nuestra isla del principio.
La base americana era descomunal. Centenares de barcos, un aeródromo, miles de piezas de artillería...
...y más de 50.000 soldados preparados para desplegarse en combate en las batallas del Pacífico.
La posición de Espíritu Santo era perfecta porque estaba lo suficientemente lejos como para no verse afectada por los combates a tiro de piedra marítima como para lanzar ataques aéreos e incluso para armar barcos en el colosal dique seco que construyeron los americanos.
Pero la guerra se acabó.
(Hombre, mejor digamos que "por suerte, la guerra se acabó", ¿no?)
Pero, por suerte, la guerra se acabó.
Por suerte para el mundo y por suerte para los soldados americanos que volvieron a casa y también para los Ni-Vanuatu que estaban un poco hasta las narices de tanta movida que se traían los blancos.
(En realidad, había muchos soldados negros y los propios Ni-Vanuatu formaron un batallón de apoyo al ejército americano).
Pero el caso es que, tras la guerra, los soldados, los aviones y los barcos se fueron de Espíritu Santo, navegando o volando.
Pero las piezas de artillería, los tanques y las decenas de miles de proyectiles y munición eran demasiado caras de transportar de vuelta a casa.
Así que los americanos les dijeron a los franceses y a los ingleses que muchas gracias por haberles prestado la isla y que si querían les vendían toda esa millonada en armamento a precio baratito, vamos chicas, que me lo quitan de las manos.
Pero los otros dijeron que nones.
Los yanquis siguieron bajando el precio y bajando el precio hasta hacerles una oferta casi imbatible: un 94% de descuento. 6 centavos por cada dólar.
Pero los británicos y los franceses, unidos por primera vez en una decisión en las Nuevas Hébridas, dijeron que mira tío, paso.
¿Y por qué rechazaron una oferta tan estupenda? Pues porque pensaron que si los yanquis estaban dispuestos a rebajar tanto, era porque les salía más caro llevarse el armamento que dejarlo allí.
Así que pensaron que ellos no eran tontos y seguro que se lo dejaban allí de gratis.
A lo que los yanquis dijeron que mira, ahora por ir de listos, ni pa ti ni pa mí. Antes que regalaros esta cantidad de armas, la tiramos al mar.
Y
lo
hicieron.
Tanques, jeeps, orugas, cañones, todas esas municiones y todas esas piezas de artillería en el fondo del Pacífico.
Por un despecho.
No sin unos cuantos problemas, las Nuevas Hébridas se independizaron en 1980 adoptando el nombre de Vanuatu.
En sus aguas se puede bucear y uno de los puntos turísticos de buceo más famoso es el lugar donde los yanquis tiraron su armamento.
Lo llaman Million Dollar Point.
Ah, y por cierto, pese a todas las tribulaciones que se han vivido allí, la isla principal de Vanuatu, donde viven 40.000 personas, se sigue llamando Espíritu Santo.
Siguen teniendo escuelas duplicadas, señales duplicadas y partidos políticos duplicados.
Y es preciosa.
Y con estas tres imágenes que resumen muy bien el hilo de hoy, vamos a irnos despidiendo de Million Dollar Point, de Espíritu Santo, de Vanuatu, del rey de España y de #LaBrasaTorrijos de esta semana.
Si os ha gustado, hacedme RT al hilo, FAVs, follows o compradme un traje de hombre-rana!
Adobe, U.S. National Archives and Records Administration, US Navy, US Army, Roderick Eime, AirVanuatu, svgoodasgold, Getty, Joe Morgersten, GoFullNomad, cnbc, Pacific Partnership, CbParker, Google, Library of Congress y Arnau Pascual.
#LaBrasaTorrijos se escribe en directo todos los jueves desde el soleado barrio de Villaverde.
(Fin del HILO 🇵🇹➕🇪🇸➗🇬🇧🇫🇷➖🇺🇸 🟰 🇻🇺)
(Ah, sí, el acertijo.
El valor de un oro con el que no se puede comerciar porque no se puede extraer de un sitio es CERO.
O, dicho de otro modo, es el valor de las vidas humanas que se esté dispuesto a sacrificar para extraerlo).
(Y en el episodio del próximo jueves, que será el último antes del parón de Semana Santa, vamos a viajar a la ciudad que se construyó sobre el agua para huir de la esclavitud).
CODAS, ERRORES, ERRATAS Y OTROS FISTROS.
1. La foto del tuit de abajo no es la isla Espíritu en Vanuatu sino la isla Espíritu Santo en México (al lado, vamos 🤌). Cosas de TripAdvisor y sus usuarios que me han engañao.
3. Lo que yo he contado no es LA historia de Vanuatu, es UNA historia de Vanuatu.
Hay un huevo más. Quizá la más chula sea la de los hombres-pájaro de Pentecostés, anticipadores del bungee-jumping, solo que sin arneses de seguridad ni gomas de alta resistencia. A pelo, chavales.
Y cuando digo "a pelo", es a pelo (al menos algunos de los hombres-pájaro). Es una cosa loquísima.
4. Otra historia flipante es la de la tribu que venera a los aviones y considera al recientemente fallecido Duque de Edimburgo como un semidiós. La contó @I_MartinLerma
el jueves en #ElCondensadorDeFluzo.
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Esa era la frase que corría por los vecinos de Granadilla a principios de los 60, cuando las aguas del nuevo embalse de Gabriel y Galán comenzaron a subir por la ladera hacia el promontorio donde se levantaba el pueblo.
En 1980, Patrimonio Artístico comunicó al arquitecto José María García de Paredes un encargo esencial para la historia de España.
Solo había una condición: debía mantenerlo en absoluto secreto, porque NADIE PODÍA SABER que el "Guernica" volvía al país.
Esta es la historia:
"Querido amigo, es nuestro deseo encargarte el proyecto y realización del montaje para su exposición del Guernica de Picasso en el Casón del Buen Retiro". Así rezaba la carta que Javier Tusell, Director General de Patrimonio Artístico, envío a García de Paredes. Y añadía:
"Solo el director del Museo del Prado y un corto número de colaboradores míos saben este propósito nuestro, que seas tú la persona para llevar a cabo este tema".
Tal y como había pedido el propio Picasso cuando colgó el cuadro en el MoMA, su obra maestra regresaría a España en el momento en que se instaurase la democracia. Habían pasado dos años desde el referendum de la Constitución y el gobierno consideró que ya había llegado el momento del regreso.
Pero la España de 1980 era aún un país muy convulso y en Patrimonio Artístico sabían que el Guernica no podía exponerse como si fuese cualquier otro cuadro porque, desde luego, no era otro cuadro cualquiera.
Por eso, el encargo era bastante específico: construir una urna que protegiera al Guernica de posibles ataques en su nueva localización del Casón del Buen Retiro. Una estructura que resguardase el cuadro pero que a la vez permitiera verlo sin reflejos ni distorsiones.
Y García de Paredes diseñó un objeto FORMIDABLE: un joyero levemente inclinado para evitar los reflejos pero cuyos vidrios podrían resistir hasta el lanzamiento de un granada.
Como esos vidrios pesaban un quintal la urna se sujetaba por una estructura de acero sobre dos peanas de hormigón (estructura calculada, por cierto, por una jovencísima Ángela García de Paredes).
Y sin embargo, pese al canto y al grosor que necesitaba, esa estructura apenas se aprecia y, cuando se ve, sirve para enmarcar un cuadro que se exponía desnudo.
Y allí, al fondo de una sala, suspendido, casi flotando bajo fresco del Toisón de Oro de Lucas Jordán, el Guernica se convirtió, otra vez, en historia de España.
Esta es solo una de las historias que contamos en el último episodio de "Cómo suena un edificio" el podcast del @museoico que me encargo de dirigir y presentar.
Se llama "La atmósfera y la matemática" y es quizá el mejor que hemos hecho.
El Hotel Belvedere, en Suiza, es uno de los edificios más fotogénicos del mundo.
En medio de una carretera alpina, parece de una peli de Wes Anderson y, sin embargo, está cerrado y abandonado por culpa del coche y del cambio climático.
Esta es la historia: en 1882, el empresario Josef Seiler construyó una pequeña posada en una horquilla de la recién abierta carretera del Furka Pass, en los Alpes Suizos.
La carretera era cada vez más transitada, así que Seiler amplió varias veces la posada hasta que, en 1907, se convirtió en un hotel con 90 habitaciones. Lo llamó "Hotel Belvedere".
En esa época, el hotel era básicamente un establecimiento de lujo donde paraba la alta sociedad, entre otras cosas, para acercarse al glaciar del Ródano, que estaba a apenas unos cientos de metros de la carretera.
Con la popularización del alpinismo, el Hotel Belvedere vivió sus momentos de mayor gloria, pero, sin embargo, su declive no tardó en llegar. Tras la 2ª Guerra Mundial, la modernización del coche privado, que permitía cruzar los Alpes en un solo día e incluso menos sin necesidad de hacer paradas para dormir, comenzó a hacer que el Belvedere perdiese atractivo.
Su aparición en "Goldfinger", la peli de James Bond del 64, insufló una cierta nueva vida en el Belvedere, pero no fue suficiente porque, para los años 70, el glaciar se había retirado más de un kilómetro de la carretera y las vistas desde el edificio eran mucho menos espectaculares.
En vista de la cada vez mayor ausencia de huéspedes, el hotel se cerró en 1980. En 1988 se restauró y volvió a abrirse y, a partir de 2010, encontró un cierto revival precisamente gracias a lo instagrameable que es su imagen.
Pero no parece haber sido suficiente. En 2015, el Belvedere volvió a cerrar y ahora solo es un resto abandonado de cuando la montaña era un lugar al que ir y no un decorado por el que pasar a toda velocidad.
Cuando el Chrysler Building coronó su estructura, ningún periodista estaba allí para contarlo. Todos sabían que había fracasado en la carrera por ser el edificio más alto del mundo.
No podemos recuperar las vidas que se han perdido en la DANA. Por eso, yo creo que ahora habría que concentrarse en evitar que la tragedia se repita.
Para ello, lo suyo sería actuar en tres ámbitos:
Urbanismo, ingeniería y narrativa.
¿Cómo lo hacemos?
🧵⤵️
(Disclaimer: posiblemente, lo que vais a leer ya lo hayáis leído en otros hilos u otros lado, pero igual es interesante recopilarlo de algún modo, que es lo que yo hago en este hilo).
URBANISMO.
Estos formidables mapas de @esme_mys nos enseñan las zonas inundables de la zona afectada (Horta Sud) superpuestos sobre el plano de los municipios desde 1956 hasta 2024.
Como se ve, en 1956, las áreas inundables eran esencialmente huertas.