Imagínate ser María Fernanda.
Imagínate tener apenas 27 años.
Imagínate que después de pasar un domingo con tu novio, amigos y ya a punto de regresar a casa tomas tus precauciones y hasta avisas que ya vas de regreso.
Imagínate que vas en tu propio carro.
Imagínate que te esperan tus papás y están al pendiente de ti.
Imagínate que ya se les hace raro que no hayas llegado y tratan de contactarte y no hay respuesta.
Imagínate que tus papás rápido hablan con tus amigos y entre todos hacen lo posible por localizarte y rastrearte.
Imagínate que tu papá a las pocas horas va a poner la denuncia de que estás desaparecida y hasta dan datos de tu última ubicación que sacaron de tu celular.
Imagínate que mientras tu papá y tus amigos están dando vueltas por la última zona donde estabas te buscan.
Imagínate que esperan a la policía.
Imagínate que no llega.
Imagínate que todos en redes sociales hacen acto de solidaridad y publican tu foto en cada rincón.
Imagínate que tu familia está hasta en los noticieros.
Imagínate que amigos, familia y conocidos están investigado
Imagínate que encuentran tu carro a los días sin ti en él.
Imagínate que lo único que veas en redes sociales sea el volante de María Fernanda Contreras Ruiz junto con otras mujeres que desaparecieron en Nuevo León los últimos días.
IMAGÍNATE QUE 4 DÍAS DESPUÉS VAN A HACER UN CATEO AL LUGAR QUE DESDE UN INICIO TU FAMILIA HABÍA ENCONTRADO TU ÚLTIMA UBICACIÓN.
Imagínate que dicen que encuentran el cuerpo de una mujer con señales de violencia, que no se reconoce si es María Fernanda, que esperen prueba de ADN.
Imagínate que publican fotos donde se ve una escena del crimen con SANGRE en esa casa.
Imagínate que resulta que sí eres María Fernanda que fue ASESINADA.
Imagínate.
Pero no te lo imagínes tanto, porque María Fernanda Contreras puede ser cualquiera de nosotras. #NiUnaMenos