“Fotografiaba para condenar, pero con la cámara en la mano me sentía poderosa y libre. Acabé haciendo como fotógrafa lo que un día soñé con hacer como escritora…
Pero no me limité a informar, como mujer siempre busqué la belleza, el amor, la dulzura, la ternura. Y fotografiar a la Mafia era denunciar todo lo que nos impedía ser agradables y felices…”
Empezó a hacer fotos a los 37 años, cuando un compañero del periódico en el que acababa de entrar tras divorciarse y huir de un marido controlador y estricto, le dijo que hiciera fotos para acompañar sus textos.
Fueron los primeros pasos de Letizia Battagllia, “la fotógrafa de la Mafia”, o “contra la Mafia” como a ella le gustaba puntualizar. Fotografió su primer muerto en 1974, para entonces ya era la primera mujer en trabajar como fotógrafa para un periódico italiano.
“El 1er homicidio nunca te abandona. Fue en el campo. Yo temblaba. Nunca había visto algo así. El cuerpo llevaba varios días allí. El olor era horrible. El viento esparcía el olor. Creía que el cuerpo se iba a mover. No lo hizo. Fue el inicio de una historia que duró 19 años”.
Sus fotos en blanco y negro reflejaron durante años el horror de una de las épocas más sangrientas de la Cosa Nostra en Italia. Su cámara sacudió conciencias sin necesidad de recurrir al morbo. Sus fotos hablaban los suficientemente alto, desde la dignidad y el respeto.
“Hice lo que pude para sacudir conciencias mostrando no solo las muertes violentas sino también la pobreza que genera la Mafia. Las protagonistas absolutas de mis fotos son las mujeres. Los hombres solo están allí porque los matan, los detienen o están en los tribunales”.
Battaglia acaba de morir en su Palermo natal a los 87 años. Su máxima “combatir, combatir por algo”, la que se repetía una y otra vez, se siente, más viva que nunca, en cada una de sus fotos.
LETIZIA BATTAGLIA (1935-2022)
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