Los siguientes consejos son un resumen del libro Making your case, the art of persuading judges, de Antonin Scalia y Bryan A. Garner.
Antonin Scalia fue un famoso (y algo controversial) juez de la Corte Suprema de Justicia de Estados Unidos, desde 1986 hasta su muerte, en 2016.
A continuación, 6 consejos de Antonin Scalia para persuadir a los jueces.
1- Conoce a tu auditorio
La información más importante tiene que ver la filosofía judicial del juez: qué es lo que conduce a este juez específico a sacar conclusiones.
Algunas preguntas: ¿es el juez formalista o principalista?, ¿el juez adora o aborrece la historia de las leyes?, ¿se guía por los precedentes?
El mejor sitio para conseguir esa información es leyendo las opiniones del juez, particularmente en los casos semejantes al tuyo.
2- Conoce tu caso
Tu primera asignación debe ser convertirte en un experto en los hechos y el derecho aplicable a tu caso.
Si te preguntan sobre un hecho que ignoras, o sobre algún antecedente claramente relevante para tu caso y que no has mencionado en tus argumentos -porque no lo conoces-, no esperes que la corte le dé mucho peso a tus argumentos.
3- Conoce el caso de tu adversario
Tus propios argumentos deben tomar en cuenta los alegatos que la otra parte probablemente hará.
Debes tener una noción clara de cuáles de esos alegatos son aceptables pero irrelevantes, y cuáles deben ser atacados de manera vigorosa.
4- Nunca exageres tu caso
Perjudicará tu credibilidad -se te tachará de fanfarrón- si calificas el caso de "pan comido" sin nada que decir a favor de la otra parte. Así que, si es necesario, es preferible que peques de subestimación y que huyas de la hipérbole.
5- Si es posible, comienza con tu argumento más fuerte
¿Por qué? Porque las primeras impresiones son indelebles. La atención judicial será máxima al principio. Y en los argumentos orales, el interrogatorio de los jueces puede impedir que usted vaya más allá de su primer punto.
6- Rebate anticipadamente a tu adversario
Si no, cualquier juez que piense en estas objeciones creerá que has pasado por alto los problemas de tu argumento. Además, al demoler los contraargumentos, le das la vuelta a la tortilla y pones al adversario a la defensiva.
Fuente: Scalia, A., & Garner, B. A. (2008). Making your case: The art of persuading judges.
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