Ayer desayuné con dos amigos que viven aquí en #Querétaro, tipos brillantes ambos, y estuvo a toooda madre: no hay tema que no sea digerible con gente como ellos.
Al salir, coincidíamos en que si todos los inicios de jornada fueran así, sería muy chido.
Al salir, coincidíamos en que si todos los inicios de jornada fueran así, sería muy chido.
Luego, por la tarde, mi sobremesa fue de más de dos horas con una amiga brillante que, en ese lapso, recibió 50 mensajes, pero pudo posponerlos para hablar conmigo de temas de muy largo aliento.
Al terminar, coincidimos en que habíamos sacado en limpio varias nociones útiles.
Al terminar, coincidimos en que habíamos sacado en limpio varias nociones útiles.
Al terminar el día, ya en casa, mi esposa y yo hicimos el recuento de nuestras jornadas, en ese cool down tan necesario para más tarde dormir bien.
Y yo confirmé que la vida de uno es, de alguna forma, la suma de sus interlocutores: como son ellos, es uno.
Y yo confirmé que la vida de uno es, de alguna forma, la suma de sus interlocutores: como son ellos, es uno.
Por eso cuiden con quién hablan, mexicanos. Fíjense a qué ideas y en qué términos le abren la puerta.
Dar interlocución es atender, y no todas las ideas lo ameritan y no todos los interlocutores lo merecen: el tiempo es preciado, dedíquenlo a quienes lo valgan.
Feliz jueves!
Dar interlocución es atender, y no todas las ideas lo ameritan y no todos los interlocutores lo merecen: el tiempo es preciado, dedíquenlo a quienes lo valgan.
Feliz jueves!
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