Con la música pasa lo mismo, por desgracia. Es muy difícil que una canción, una sinfonía, una ópera, vuelva a impactarte como lo hicieron la primera vez.
A fuerza de oírla mil veces, por mucho que te guste, la sensación se desgasta.
Dejas de escuchar.
Y es una pena, joder. 🥲
Así que hoy voy a intentar algo muy difícil. 🤞
Voy a intentar devolveros esa primera vez. Voy a intentar que volvais a maravillaros con la obra maestra de Led Zeppelin.
Y para eso, vamos a escucharla juntos. Búscala en internet, o prepara el CD, el cassette, o el vinilo.
Y ten por delante 8 minutos libres. Si te parece, nos la vamos a poner a la vez, y mientras la oímos, os voy contando cosas sobre la canción y sobre la banda.
Vamos a redescubrirla juntos.
Así que si estás listo, vamos. Te espero. A la de 3.
¿Preparado?
Una. Dos. Y...
La canción empieza suave, con unos acordes arpegiados lentos y cristalinos.
Pueden oírse hasta los dedos moviéndose por el mástil de la doce cuerdas de Jimmy Page, arañando las notas.
Al poco, entra una flauta. Suena medieval, suena rural y bucólico.
Igual te suena a algo.
Igual te suena a Greensleeves, esa popular tonada inglesa que llegó a atribuirse al mismísimo Enrique VIII.
Yo la conocí en un clásico del cine de Oeste que me recuerda a los domingos en casa de mi abuela: La conquista del Oeste.
No sé donde la conoció Page, pero la conocía.
Una de las mayores influencias de Jimmy que fueron aflorando en los sucesivos discos de Led Zeppelin fue el folk inglés y la música medieval.
El "III" tuvo mucho de eso, tras la fuerza desatada del "I" y el "II".
Por eso el siguiente disco, (que conocemos como IV) era un reto.
Y es que el "III" no fue muy bien recibido. Quizás la gente esperaba más trallazos al estilo de "Whole Lotta Love".
Tenía canciones como "Inmigrant song", pero "That's the way" seguía otro camino.
Te la dejo para después. No cortes Stairway. 😬
Así que cuando entraron aquel invierno del 71 a grabar en la granja Headley...
Esperad.
Ha entrado la voz. Escuchémosla.
La voz melódica y aguda de Robert Plant nos está contando algo. ¿De qué habla? ¿Una dama que sabe que todos los destellos son dorados?
¿De qué va esto?
El significado de la canción es difuso. La voz nos llevará durante todo el camino, como el flautista al que hará referencia, por el espacio que media entre lo cercano y lo etéreo.
Entre decirnos algo y sugerirnos apenas lo que quiere decir.
Está bien. Nos hace evadirnos.
Ni siquiera ellos mismos han sabido o querido explicar de qué va exactamente. Y no pasa nada.
No todo tiene que estar explicado. ¿La dama es la muerte? ¿O está a punto de morir?
Entre señales, árboles y caminos podemos entender algo o no entender nada.
Como la misma vida.
Pero mientras os cuento todo esto, algo pasa. Entran un LA y un RE abiertos que nos hacen creer, de repente, que toda la canción va a cambiar.
Y eso nos maravilla.
Pero es solo un momento. La melodía vuelve al tema principal y Robert nos hace mirar al oeste. Nada ha pasado.
¿Nada ha pasado?
Lo cierto es que al poco ese cambio se repite, aunque luego otra vez vuelvan al tema principal. Y habrá una tercera vez.
Con cada vuelta, el tema parece crecer y sonar más lleno, y en eso ayuda la otra guitarra que también toca Page: la Harmony Sovereign.
"Makes me wonder" nos dice Robert, el primer fichaje con los que poco a poco fue conformando Jimmy Page la banda a partir de los Yardbirds.
Page había empezado como guitarrista de sesión y había sido propuesto para los Yardbirds cuando lo dejó Eric Clapton para irse a Cream...
..y aunque Page rechazó la oferta primero, lo pensó mejor y entraría acompañando como bajista al guitarra Jeff Beck.
Poco a poco el grupo se disgregó y Jimmy fue incorporando a nuevos músicos: Robert, que trajo a Bonham y Jonh Paul Jones al bajo.
Se llamaban The New Yardbirds.
Pero esperad, mientras os contaba ésto hemos llegado a ese tercer cambio que os decía. ¿Volverá otra vez al ritmo inicial?
No, esta vez no lo hace.
Porque entran la batería y el bajo.
Señoras y señores, con ustedes los dos John del grupo: John Bonham y John Paul Jones.
Con ellos, la canción se desliza, navega sobre un mar de ritmo llevado por Bonzo y Jones con soltura.
Bonzo es John Bonham. La bestia. El motor tras la máquina.
Poderoso, enérgico, desatado a veces, como en la famosa Moby Dick, siempre encuentra un golpe de plato al que volver.
Cuando John Bonham muere, asfixiado en su propio vómito, en 1980, el grupo se acaba. No es que no lo hubieran hecho ya todo. Es difícil ser más grande que Led Zeppelin.
Era imposible seguir sin él, y seguir siendo Led Zeppelin.
Por cierto, el nombre se debe a otro batería.
Porque se dice que fue Keith Moon (otro que tal... 🍺🥃) batería de The Who y amigo de la banda, que dijo -entre bromas, supongo 😅- que ese grupo se estrellaría como "un Zeppelin pesado". A lead Zeppelin.
Lo de quitarle la "a" fue cosa de los mánagers.
El combo rítmico entre Bonham y Jonh Paul Jones era sublime. Todo lo que el primero tenía de espectacularidad encajaba a la perfección con la seriedad del bajista.
Pero no nos engañemos: cuando Robert vuelve a decir lo de "makes me wonder" podemos escuchar lo bueno que es.
Mientras hablábamos de la historia de la banda, ellos han seguido con la canción, que de momento ha tenido dos partes bien diferenciadas.
Nos ha hecho divagar primero y disfrutar después con su ritmo. Si acabara aquí nos parecería un bonito tema.
Pero no acaba aquí.
De repente, todo se detiene y unos acordes a contratiempo nos preparan para algo nuevo. Vuelven a repetirlo, acumulando la tensión.
¿Que está pasando?
No olvidemos que esto es una escalera. Y por un momento, parece que vamos a caer. Hasta que la batería nos empuja. Nos salva.
Y entonces, aferrándose a los escalones donde hemos vacilado un instante antes, la guitarra solista de Jimmy Page aparece para regalarnos uno de los mejores solos de la historia del rock.
Bajo y batería son simple cimiento para esta maravilla. Robert calla y espera.
Es magia.
El solo de guitarra de Jimmy Page en esta canción ha sido mil veces copiado e imitado. Su primera parte es expresiva, emotiva con notas largas.
Su segunda parte es la del virtuosismo donde demuestra su dominio de la velocidad. #JimmyPage#Amazingsolo
En directo este solo llegará a durar más de 15 minutos con un Jimmy Page que sobre todo al principio gusta de experimentar con los sonidos y las sensaciones. En su carrera usaría arcos de violín o combinaría la guitarra con el theremin.
Cuando acaba, vuelve la voz.
Esta última estrofa, Robert Plant nos demuestra que lo suyo no eran solo unos cuantos quejidos agudos como a veces le reprochaban.
Tiene fuerza e intensidad, y lo demuestra en cada verso de los que quedan. Frases que son historia viva del rock.
And as we wind on down the road
Our shadows taller than our soul
There walks a lady we all know
Who shines white light and wants to show
How everything still turns to gold
And if you listen very hard
The tune will come to you at last
When all is one and one is all, that's what it is
To be a rock and not to roll, oh yeah
La última parte es un juego de palabras intraducible al español.
Ser una roca y no rodar.
Pero también "To be a rock and not roll", que en inglés hace referencia al género, al estilo que ellos han cogido en sus manos y han desarrollado hasta más allá. Hasta muy lejos.
Led Zeppelin abrazaron el blues y el rock y sobre esos hombros se alzaron para sentar las bases del hard rock y abrir las puertas al heavy. Improvisando en el escenario le dirían a los progresivos cual era el camino.
Inauguraron el gran rock de estadios.
Y aunque para mucho su mejor disco sea el "II", que pule las influencias del primero y explota la creatividad de los todavía jovenes, para mí el "IV" es el disco donde Jimmy Page consigue encontrar el equilibrio justo entre el folk y el rock.
Entre la sensibilidad y la fuerza.
Es un disco corto: ocho canciones.
Es el cuarto álbum más vendido de la historia.
Es la cumbre de Led Zepp. A partir de ahí todavía firmarían grandes discos pero quizás dejando atrás la frescura que aún tienen aquí, combinada con experiencia y tablas.
No pasa nada. No siempre hay que estar en lo más alto.
Si has firmado esta canción, te puedes quedar tranquilo.
Cuando muere Jonh Bonham en 1980 el grupo ya arrastraba algo de cansancio. Los excesos, la vida sin pausa, el constante vivir en un carrusel interminable.
No es de extrañar que decidieran parar.
Tampoco tenían que demostrarle nada a nadie.
A veces las cosas simplemente deben terminar.
Como la canción, que ya lo hace. Tras habernos acunado al principio, mecido después, impactado más tarde.
Llega el momento de abandonar a nuestra dama. Que se quedará, como nos dice Robert al final, con su escalera hacia el cielo.
Aquella por la que esta banda nos ha hecho subir. Aquella por la que yo he intentado llevaros de vuelta a una época donde quizás fuisteis menos sabios, pero más puros. Más sencillos.
Dónde mandaba la emoción, y no la razón.
Espero que hayáis disfrutado este viaje.
Para mi, cerrar con este pequeño experimento, pensar que habéis escuchado esta canción mientras yo os la narraba, imaginar cuánto debía durar cada parte para cuadrarlo, ha sido una experiencia emocionante. Espero que haya salido bien.
Si queréis saber más del IV de Led Zeppelin, ya escribí una pequeña reseña para la Comunidad del Vinilo #FFVinilo, que podéis leer aquí:
Las fotos han salido de Wikipedia Commons, de Getty, de la página oficial de LedZeppelin, de Discogs y de Rolling Stone. Hoy no me ha hecho falta rastrear mucho: la página oficial está genial y tiene muchas cosas chulas.
He disfrutado mucho con este hilo. Ha sido emocionante.
Como emocionante ha sido este primer año de #LaHistorietaMusical. Un año donde hemos visto muchas historias de la música. Dónde hemos hablado de grandes canciones como ésta o Under Pressure de Queen. Hemos contado historias de separaciones de bandas como Pink Floyd o The Band.
Nos hemos emocionado cuando un grupo perdía a un miembro en la carretera. Y a veces le echaban valor para buscar sustituto.
Hemos visto el complicado mercado de fichajes del heavy, nos hemos sorprendido la locura de Brian Wilson y hemos sentido la muerte de jóvenes genios.
Hemos descubierto que en la historia de la música hay muchas mujeres que han pasado desapercibidas y que han marcado el ritmo de muchas mas canciones de las que tú creías, como Carol Kaye; que han sido pioneras no reconocidas como Wanda Jackson o Sister Rosetta.
Hemos hablado de canciones muy antiguas como el Epitafio de Sikelios o la canción de Mack The knife, hemos hablado de músicas cultas como con Mozart o Wagner y de cómo la música negra se hizo valorar con George Gershwin.
Hemos llorado con la locura y la perdida cuando desearías que un amigo estuviera y está, pero ya no es el.
Y cuando alguno de esos grandes te comparte, oye, pues te da un empujoncito. Gracias por esos empujoncitos.
Quizás lo mejor ha sido darme cuenta de que en internet hay un mundo utópico que es como quizás debería haber sido.
Todos los amantes de la cultura podemos contribuir a que así sea. Hay gente maravillosa contándonos historias (y que lo hacen mucho mejor que yo.)
Apoyadles.
Con música, con arte, con cultura, el mundo puede ser mejor.
Yo soy un minúsculo grano de arena, un pedazo de polvo en el cielo infinito.
Pero juntos llenamos el espacio.
Como ya sabéis, ahora me tomaré un descanso veraniego para trabajar en mis libros y disfrutar un poco el verano con mi familia. Pero en septiembre volveré con una nueva temporada. Con nuevos hilos.
Para triunfar en la música hace falta talento, mucho trabajo y además algo de suerte.
Pero también creerte que eres bueno y ser tenaz.
El problema es cuando solo tienes eso, y nada de lo anterior.
Hoy, en #LaHistorietaMusical, la increíble historia de Florence Jenkins.
Hay una anécdota, no recuerdo de qué músico, al que le preguntaban de dónde venía su enorme virtuosismo.
El respondía que de ensayar mucho.
Su interlocutor no le escuchaba y seguía hablando de dones divinos y cosas por el estilo, para el cansancio del artista.
Pues... sí y no.
Sí, porque es necesario mucho esfuerzo, muchas horas de trabajo y de ensayo para conseguir la excelencia en el manejo de un instrumento, de la voz o en la composición.
Y no, porque es cierto que hay un don innato que no todos tienen.
En 1973 un genio de la guitarra improvisó un tema casi de relleno.
No sabía que estaba destinada a ser su mayor éxito y el que le daría el reconocimiento internacional.
Algo que solo supo ver un loco visionario.
Hoy, en #LaHistorietaMusical, Entre dos aguas de Paco de Lucía.
Tengo que explicar primero que hay personajes a los que me cuesta hacerles un hilo.
Su grandeza, su trayectoria o su influencia hacen difícil resumir toda una carrera.
Por eso a veces me centro solo en un hito de su historia, como he hecho con Freddie o Bowie a veces.
Y pretender resumir la vida de uno de los grandes genios de la guitarra -considerado por muchos el mejor guitarrista de flamenco y por otros simplemente el mejor- en treinta tuits es un absurdo.
Así que me voy a centrar en un momento determinado de su vida.
Es muy jodido tener una carrera sólida y que esté a la sombra de una de las figuras más icónicas de tu generación.
Sobre todo si es alguien a quien amas.
Pero lo más jodido es que, cuando le pierdes, medio mundo te eche la culpa.
Hoy, en #LaHistorietaMusical, Courtney Love.
Hablar de Courtney Love es hablar de un icono de los 90.
Los escándalos personales, sus choques con los medios de comunicación, su trabajo con Hole, sus incursiones en el cine y hasta su estudiadamente desaliñado aspecto forman un personaje total.
Y luego está lo otro.
Porque seamos sinceros: para muchos, Courtney Love es alguien a quien se le concibe por su mas conocida relación personal.
Como si fuera el personaje secundario de una biografía ajena, surgida de la nada en 1991.
Pero lo cierto es que por aquel entonces ya llevaba mucho camino.