La señora Schmidt sostiene la mano de su marido.
- Karl, pidamos ayuda.
El señor Patterson Schmidt niega con la cabeza.
- No, no quiero enmascarar los síntomas.
Después escribe en su diario.
Podrían ser sus últimas horas de vida.
19 de junio de 1890, Lake Forest (Illinois)
Un bebé llora en la casa del profesor George W. Schmidt.
Margaret Patterson Schmidt mira al pequeño Karl.
Ambos sonríen a su primogénito.
La felicidad se detiene junto ellos por un momento, después sale silenciosamente por la puerta.
Junio de 1907, Wisconsin
Karl y su hermano capturan una pequeña serpiente en los campos de trigo.
Se han mudado a una granja.
Margaret hace visera con sus manos mientras observa.
Huele a humo, algo se quema.
Corre sonriente a apagar el fuego que calienta el agua para el baño.
15 Septiembre de 1913, Universidad de Cornell
El joven Karl Patterson Schmidt deja sus pertencias sobre la cama.
Después abandona la residencia de estudiantes.
Atraviesa el campus hasta alcanzar el edificio que será el mapa de su vida: la facultad de biología.
Verano de 1915, Lousiana
Karl observa al animal fijamente.
Analiza su piel, dura y brillante.
Disfruta de su desplazamiento líquido y fantasmal.
La serpiente parece devolverle la mirada.
Karl permite que marche y siente que ahí está su vocación.
Las serpientes.
La herpetología.
1916, Museo de Historia Natural, Nueva York
Karl sube las escaleras y se detiene frente al mostrador.
Siente vértigo.
Enseña un papel al hombre en la entrada.
¿Es usted el nuevo asistente de los herpetólogos?
Karl sonríe.
Le indican una puerta que se abre a sus sueños.
Verano de 1926, Brasil, Amazonas
¿Se puede sudar aceite?
Karl y el resto de los expedicionarios se mantienen agachados.
La jaula abierta sobre la serpiente cae con un movimiento rápido sobre el animal.
Esta muerde el aire.
Todos aplauden, tienen un nuevo espécimen que catalogar.
7 de agosto de 1935, Wisconsin
Karl y su padre sienten el calor de las llamas.
Sostienen las lágrimas ante la granja.
Ya no escuchan gritos.
Dentro desaparecen su madre y su hermano.
Karl mira a sus pies.
Una pequeña serpiente parece encontrar refugio a su lado.
Finales de 1941, Museo Field de Historia Natural, Chicago
El pintor termina de escribir el nombre y apellidos en la puerta del despacho.
Karl observa desde su mesa de trabajo.
El pincel serpentea sobre el cristal.
Conservador jefe.
El sueño realizado.
1953, Israel.
Karl, cansado y sediento, se sienta en el suelo.
Sus compañeros celebran el último descubrimiento mientras él observa su diario.
Pocas páginas por completar.
Sabe que se acerca el momento de abandonar.
Cierra los ojos y percibe algo parecido a la felicidad.
Junio de 1955, Museo Field de Historia Natural, Chicago
La música impide a Karl escuchar lo que dice la gente.
Todos sonríen.
Observa a su mujer y a sus dos hijos.
A partir de ahora será consultor.
Más tiempo en casa.
Más tiempo con los suyos.
Más tiempo, nada más.
23 de septiembre de 1957, Zoo Lincoln Park, Chicago
Los trabajadores introducen con cuidado la serpiente en el terrario.
No saben qué es y han decidio enviarla al museo.
Les ayudarán a determinar la especie.
Escriben en mayúsculas el destinatario: Karl Patterson Schmidt.
25 de septiembre de 1957, Museo Field de Historia Natural, Chicago
Karl abre la caja en su antiguo despacho.
Observa y dibuja.
Consulta sus libros.
Parece una víbora arborícola de El Cabo (Dispholidus typus).
La sostiene despreocupad y nota un calambre en la mano.
Observa la palma de su mano izquierda.
La serpiente le ha mordido.
Succiona con fuerza el veneno.
Escupe varias veces.
Sabe que no hay antídoto disponible para ese veneno.
25 de septiembre de 1957, 17:00 horas, Chicago
Llega en metro a casa.
Siente naúseas y dolor abdominal.
Toma notas en su diario.
Su mujer le observa y pregunta qué ha pasado.
Después llora a su lado.
Karl confía en que el veneno sea insuficente para matarlo.
25 de septiembre de 1957, 19:00 horas, Chicago
Karl tiembla en la cama.
Siente frío a pesar de que su cuerpo alcanza los 38,8 grados.
Toma un pañuelo húmedo y lo pone en sus labios.
Descubre sangre tras retirarlo.
Sus encías están sangrando.
25 de septiembre de 1957, 20:30 horas, Chicago
Cena dos tostadas de pan.
Karl pide ayuda para ir a la cama, allí anota en su diario de nuevo.
Quiere registrar lo que siente.
Después cierra los ojos.
Duerme bien.
26 de septiembre de 1957, 00:30 horas, Chicago
Se levanta para ir al baño a orinar.
Solo ve caer sangre.
Siente que se desvanece.
Pero escribe.
Después regresa a la cama.
26 de septiembre de 1957, 4:30 horas, Chicago
Sed.
Pide un vaso de agua.
Un terrible dolor abdominal le hace vomitar.
La cena está intacta, sin digerir.
Tras esto alcanza cierto confort.
Escribe y se vuelve a dormir.
26 de septiembre de 1957, 6:30 horas, Chicago
No tiene fiebre.
Decide desayunar cereales, dos tostadas, un huevo, pastel de manzana y un café.
Cada mordisco se acompaña de sangrado.
Cada vez que orina solo ve color rojo.
26 de septiembre de 1957, 9:30 horas, Chicago
La señora Schmidt sostiene la mano de su marido.
- Karl, pidamos ayuda.
El señor Patterson Schmidt niega con la cabeza.
- No, no quiero enmascarar los síntomas.
Después escribe en su diario.
26 de septiembre de 1957, 10:30 horas, Chicago
Karl no responde.
Está caliente y sudoroso.
La mujer llama a uno de sus hijos que temblando marca el teléfono de emergencias.
Al llegar comienzan a reanimarle.
Con el movimiento y el caos el diario se pierde bajo la cama.
26 de septiembre de 1957, 15:00 horas, Hospital de Chicago
Karl Patterson Schmidt fallece.
1 de octubre de 1957, informe de la autopsia de Karl Patterson Schmidt
Sangrado en ojos.
Sangrado en cerebro.
Sangrado en aparato digestivo.
Sangrado en aparato respiratorio.
Sangrado pericárdico.
Sangrado renal.
2 de octubre de 1957, Chicago
Unos dedos alcanzan el diario bajo la cama.
La señora Schmidt llora mientras acaricia sus páginas.
"No, no quiero que se enmascaren los síntomas".
Entiende lo que debe hacer con sus palabras.
3 de octubre de 1957, en las calles de Chicago
Los quioscos no dan abasto para contener a los inquietos clientes.
Estos, tras la compra, agitan el periódico sobrecogidos.
En la portada el rostro de un hombre y varias palabras: "Diario de una muerte por mordisco de serpiente".
15 de octubre de 1957, Wisconsin
La señora Patterson y sus hijos caminan entre el trigo y se detienen frente un vacío de cenizas.
Lloran y dejan el diario en el suelo.
Se marchan.
No pueden ver cómo una pequeña serpiente se acerca para desvanecerse entre sus páginas.
PD1: este #HiloYTal está basado en un hecho real. Se ignora por qué el señor Patterson no pidió ayuda. ¿Creía de verdad que no iba a morir o sabía que no disponía de antídoto y asumió lo que iba a pasar? ¿Fue un científico hasta el final?
PD2: en cualquier caso decidió redactar lo que sentía. Sufrió una coagulopatía vascular diseminada provocada por el veneno de la serpiente. Para que os hagáis una idea 0,0006 miligramos de veneno matan a un pájaro en minutos.
PD3: la mayoría de las imágenes de este hilo surgen de este minidocumental
PD4: la biografía de Karl Patterson Schmidt la he rescatado de varios artículos. He añadido dramatismo en algunos puntos para conformar la historia pero las horas finales están contadas tal cual, sin cambiar nada.
PD5: gracias por leer. Si os ha gustado la turra se agredece el retuit y esas cosas. Un abrazo!!!
PD6: amigo @threadreaderapp unroll la turra de arriba para que no la pierda y se la pueda lanzar a más gente en un futuro.
PD7: Aprovechando la difusión del hilo os comento que aquí debajo hay una novela que narra una historia que empieza en agosto y que se hace infinita después del punto y final. Disponible en todas las librerías y tiendas online. Es un #VendoOpelCorsa de manual, lo reconozco 🥴
El doctor Finlay espera un barco en la Habana.
Acuna su tesis mientras lee el libro que fue su semilla.
En él François Bally narra la catástrofe que sesenta años atrás asoló Barcelona.
Aquella que empezó con el chapoteo de un cuerpo tirado por la borda...
29 de junio de 1821
... el capitán del "Gran Turco" mira el cuerpo caer.
Son muchos los marineros muertos desde la Habana. Incontables los lanzados al agua.
Siente la fiebre y camina hacia su camarote.
Hombre grande, piel morena.
Cuando se tumba escucha un grito.
- ¡Barcelona!
30 de junio
El "Gran Turco" descansa en el puerto de la Barceloneta.
Imponente junto a los pesqueros.
Los marinos regresan a sus familias en tierra.
El capitán, amarillo y cansado, dormirá la fiebre en casa Paca.
Ha pedido a los calafateros que revisen y limpien el barco.
El 7 de abril de 1912, en Luisiana, un párroco y un chamán observaban un cuerpo dormido bajo la luna.
Se miraron y asintieron.
Después clavaron una estaca en su pecho.
El hombre abrió los ojos, pidiendo clemencia.
El párroco y el chamán no se detuvieron hasta romper su corazón.
En Nueva Orleans la primavera de 1912 fue pegajosa.
La gente sudaba sal.
Humanos con sed entre moscas.
Y así, envueltos por el calor que todo lo pudre, surgió la primera víctima.
Una mujer joven.
La encontraron tras la puerta de una habitación en una pensión sucia y mugrienta.
Buscaba un mejor futuro.
Encontró la muerte.
Desnuda y desmembrada.
Sin sangre en su cuerpo.
Tres hombres para cambiar la vida de 3000 niños.
Padre.
Médico.
Amigo.
Esta es un #HiloYTalRevisitado que comienza con frío, un frenazo y un grito...
New York, Invierno de 1960
Hace frío, la gente al respirar crea fantasmas con su aliento.
Pocos pasean y las calles parecen vivir de los coches.
Llama la atención una pareja con un carrito.
Exploradores bajo el abrigo de la felicidad.
Su bebé.
Cruzan la calle.
Sonríen.
El viernes 5 de noviembre de 1976 Geoffrey Platt manipulaba muestras de laboratorio procedentes de individuos africanos.
Estos habían sufrido una mortal enfermedad hemorrágica.
En un descuido se pinchó.
Se quedó quieto.
Sabía que algo terrible le acababa de ocurrir.
Su mente dio un salto en el tiempo.
Él, inmóvil, y todo vibrando alrededor.
Retrocedió apenas 10 años, momento en el que se había iniciado una cuenta atrás inexorable y, por supuesto, absolutamente imperceptible para la mayoría de la población.
En 1967, fallecieron 7 personas producto de una rara enfermedad.
Se aisló el ARN de un virus desconocido. Unos monos procedentes de Uganda fueron el origen del brote.
Los casos ocurrieron mayoritariamente en Marburg, Alemania.
Se describe así la enfermedad de Marburg.