Aquí puedes ver un señor que no conoces, un señor que sabe nadar, un señor que seguro que conoces y una rata pasándolo mal.
Los cuatro tienen algo que contarnos.
Ahora respira hondo porque empezamos un #HiloYTal en el que el oxígeno será fundamental.
1️⃣ El señor que no conoces.
Este hombre es Johannes A. Kylstra.
Es un científico, un tipo serio.
Desarolló su carrera profesional mostrando gran interés por esa magia que es la odisea del oxígeno a las células a través del aire y la sangre.
Kylstra hizo sus experimentos en los años 60 y 70.
Su objetivo fundamental era optimizar la difusión de gases.
Y de tanto optimizar llegó a una pregunta extraña: ¿existe un medio mejor que el aire para que el oxígeno difunda al torrente sanguíneo?
Se hizo esta pregunta en serio.
Y en serio llegó a la siguiente respuesta: se debe convertir el aire en líquido.
Comenzó a buscar el líquido ideal.
Tomaba un fluido.
Lo saturaba con oxígeno.
Y los probaba con ratones.
Y tras probar y probar decidió que era momento de usarlo en humanos.
En un humano.
El que viene a continuación concretamente.
2️⃣ El señor que sabe nadar.
Aquí tenemos (creo) a Frank Falejczyk.
Submarinista y piloto.
Especialista en retos varios y amante de la apnea.
Un pionero en lo de irse bajo el mar.
Falejczyk era conocedor de uno de los problemas del submarinismo a gran profundidad: la despresurización.
Y los pioneros entre otras cosas lo son porque rompen límites.
Pero Falejczyk quería romperlo sin morir, que tonto no era.
Así escuchó hablar de los experimentos del señor Kylstra.
Si el aire era parte del problema usar líquido para transportar el oxígeno podría ser la solución.
O eso creía.
De este modo coinciden la necesidad de Kylstra de usar su “líquido enriquecido en oxígeno” y el deseo de Falejczyk por ir más allá.
Ambos se encuentran en la búsqueda de un abismo distinto.
Kylstra y Falejczyk hablaron.
Se firmó un papel para eximirse mutuamente de responsabilidad y abrieron la puerta del laboratorio.
Así Falejczyk se tumbó.
Se puso la máscara.
Sintió cómo se llenaba de un fluido salino enriquecido con oxígeno.
Sometió su reflejo de no respirar.
Y llenó los pulmones de líquido para...
... sobrevivir.
No consiguieron drenar sus pulmones de líquido completamente y se llevó una bonita neumonía bilateral.
Pero sobrevivió.
Kylstra tuvo motivos para seguir.
Falejczyk dijo que para la próxima pasaba.
Kylstra continuó investigando hasta encontrar un líquido idóneo: perfluorocarbono.
Falejczyk comenzó a dar charlas sobre ello.
En institutos, por ejemplo.
Y en un instituto un chaval bastante curioso le escuchó.
3️⃣ El señor que seguro que conoces.
James Cameron.
Director de cine y adolescente fascinado mientras escucha a un submarinista que había respirado líquido.
Profundidades.
Oxígeno.
Muerte.
Falejczyk al habla.
Años más tarde, tras lecturas e imaginación, aquella charla cristalizó en un guión sobre profundidades, alienígenas y submarinistas.
Astronautas del océano.
Oceanautas.
Intranautas.
Yo que sé.
Cameron continuó leyendo a expertos buscando documentación.
Y transitando de un experto a otro terminó por encontrar a Kylstra.
Aprendió sobre su teoría acerca de los beneficios de la respiración líquida.
Aquella era una forma de evitar muertes por descompresión.
James tomó notas, abrió mucho los ojos.
El tipo de bata y el tipo del cine entraron en resonancia.
Ciencia y ficción se dieron la mano.
James estudió los experimentos de Kylstra con animales y tuvo una idea que por supuesto llevó a término.
4️⃣ La rata pasándolo mal.
James Cameron llevó a cabo una película fascinante.
Estrenada en 1989 nos preguntaba sobre el nosotros más íntimo a miles de kilómetros de profundidad.
No estamos solos y la respuesta está en “The Abyss”.
Y todo ello con Ed Harris en uno de sus papeles más icónicos.
James Cameron alzaba una carrera deslumbrante para un director tan joven.
Aquí viene un spoiler, aviso, pero hay que reconocer que tiempo has tenido para ver la película.
Ejem.
En un momento dado los protagonistas necesitan descender al abismo.
Muerte segura, el regreso no es posible salvo que se use... líquido para respirar.
Y, vaya casualidad, disponen de un equipo para hacerlo.
Como es lógico los intranautas son escépticos, necesitan pruebas.
Y es en ese momento cuando Cameron culmina su idea.
Querida rata, calienta que sales.
Para justificar esta aventura uno de los submarinistas toma una rata y la introduce en un líquido rosa.
Se hace un experimento real en el rodaje con perfluorocarbono.
La rata sufre espasmos, se resiste a morir, hasta que cede y respira.
Tranquilamente.
Kylstra debió sonreír al ver esto: Cameron replica sus investigaciones en pantalla.
Después Ed Harris respirará ese fluido para cumplir su misión.
Si queréis saber más buscad la película.
Pero... ¿es esto posible hoy?
5️⃣ ¿Es esto posible hoy?
Han pasado más de 30 años desde la película.
Siento deciros que la ventilación líquida aún no se realiza.
Es posible y plausible pero no se lleva a cabo en el hombre.
Parece funcionar en ratones y se ha planteado en los humanos más pequeños: los neonatos.
Árboles respiratorios pequeños que requieren mover poco líquido.
Si eres un adulto y lees esto debes saber que mueves unos 400-500 mililitros de aire por respiración.
Usar un líquido permitiría no solo descender más en el agua.
En un pulmón dañado añadiría una distribución homogénea del volumen y lavaría secreciones o condensaciones (neumonías, por ejemplo).
Además parece que algunos líquidos tienen propiedades antiinflamatorias.
Podrían curar desde dentro.
O se podrían impregnar con antibióticos.
Lograr esta ventilación sería más que útil, sin duda.
Pero aún se debe esperar.
Quizá haya alguien ya dando charlas en institutos.
Quizá haya por ahí orejas adolescentes dispuestas a dejarse llevar por la fascinación.
En resumen, aún queda lejos ser capaces de respirar a través de un fluido.
Pero el conocimiento nos acerca la posibilidad de poner luz en el abismo y abandonar la apnea.
Del alguna manera estamos empezando la despresurización...
PD1: gracias por haber llegado hasta aquí ✌🏻 Si os ha gustado se agradece el RT, gracias por vuestra paciencia.
PD4: este comentario es muy importante porque me he ido a otro término por deformación profesional. Usé “despresurización” porque estoy habituado a la “presión” en la ventilación mecánica. Lo correcto es “descompresión”.
Imaginad que hay una epidemia.
Un virus cualquiera.
Se vacuna el 85% de la población.
Pasado un tiempo se analiza la efectividad y se observa que de todos los infectados el 50% estaban vacunados.
¿Qué te parece la efectividad de esa vacuna frente a la infección? #EncuestaYTal
Mañana la respuesta.
No han pasado 24 horas pero visto el número de respuestas y dado que los porcentajes no variarán mucho procedo a comentar la cosa.
La señora Schmidt sostiene la mano de su marido.
- Karl, pidamos ayuda.
El señor Patterson Schmidt niega con la cabeza.
- No, no quiero enmascarar los síntomas.
Después escribe en su diario.
Podrían ser sus últimas horas de vida.
19 de junio de 1890, Lake Forest (Illinois)
Un bebé llora en la casa del profesor George W. Schmidt.
Margaret Patterson Schmidt mira al pequeño Karl.
Ambos sonríen a su primogénito.
La felicidad se detiene junto ellos por un momento, después sale silenciosamente por la puerta.
Junio de 1907, Wisconsin
Karl y su hermano capturan una pequeña serpiente en los campos de trigo.
Se han mudado a una granja.
Margaret hace visera con sus manos mientras observa.
Huele a humo, algo se quema.
Corre sonriente a apagar el fuego que calienta el agua para el baño.
Esta es la historia de tres personas.
Una real.
Una de ficción.
Y una real pero dedicada a la ficción.
Puede que reconozcas a las tres por la foto.
O puede que no.
Pero las tres tienen algo en común.
Te invito a este #HiloYTal de verano para averigüarlo.
La primera es esta mujer.
Es reconocible.
Piensa un poco.
Maria Salomea Skłodowska-Curie.
O más fácil: Marie Curie.
Ahora te suena, ¿verdad?
Marie Curie era más lista que la inteligencia.
Fue la primera persona en obtener dos premios Nobel por categorías distintas.
Física y Química.
Como la serie de televisión pero en logros vinculados a la ciencia.
Curie fue clave en la comprensión y desarrollo de la radiología.
Nunca he estado en Alaska.
Pero sé que allí, entre la nieve, hay un hombre que venció dos veces.
La primera victoria le obligó a mil millas de frío y soledad.
La segunda le hizo aprender que la meta no existe.
Siempre hay más por lo que merece la pena pelear.
Esta es su historia.
En Alaska hace frío.
Es un pedazo de tierra que parece zarpar constantemente.
Huye de un continente.
Y su gente es piel curtida y mirada amplia y clara.
Allí nació Lance Mackey.
La familia de Lance era tan inhóspita como su tierra.
Crecer entre la nieve y la roca llena todo de cicatrices.
ECMO es un acrónimo inglés.
Si lo traducimos es “oxigenación por membrana extracorpórea”.
Y pensaréis quizá que os habéis quedado igual.
Vale.
De otra manera.
Es una máquina capaz de suplir la función de corazón y pulmones.