Thread by @JavierTraite

¿Sabíais que el 1er diccionario se escribió a principios del siglo XIII? Al menos, la 1ª obra con tal nombre: Dictionarius.
¡Y lo mejor es que nos enseña un montón sobre vida cotidiana medieval!
No es lo q se espera de un diccionario, claro, pero en fin, #middleages. Os cuento.

Lo escribió un gramático inglés llamado John Garland hacia a 1220, cuando estudiaba en París. Fue una obra de juventud q rompía la dinámica de glosarios y etimologías habituales. Su objetivo era ayudar a los niños a aprender latín y a traducir palabras francesas.

Y no tiene sistema ni orden, lo hizo como le salió de los cojones, apoyándose en lo q leía y, sobre todo, en lo q conocía: su rutina en las calles de París, pobladas de gente, mercancías y palabras. Luego sumó bloques random como “el cuerpo humano” o “armas de asedio”, y a correr

Así, este diccionario es una fuente fantástica para todo tipo de cosas: armas, zoología, medicina, comercio, vestido, higiene, o alimentación. Y no solo nos da palabras: nos da escenas y actitudes. Veamos algunos ejemplos con la comida y la bebida.

“Los vendedores ambulantes de vino ofrecen a las gargantas abiertas vino diluido en la taberna, por 4 denarios, y por 6 y por 8 y por 12 denarios; llevan el vino y lo ofrecen vertido en cuencos de una jarra de un galón.”

Aparte del vino diluido como bebida esencial del medievo (el precio ya te indica no sólo la calidad del vino sino el agua que lleva), es llamativo que sean ambulantes. No solemos imaginarlos.

La imagen clásica que tenemos sobre alimentación medieval son banquetes de aristócratas y sosos potajes con col para los campesinos. Pero en las ciudades vivían miles de personas de todo tipo y condición, y todo tipo de nivel adquisitivo.

Esa gente no cultivaba, y no se limitaban a comprar cosas en puesto del mercado para cocinarlas en casa. Para ellos solo pensamos en las tabernas, pero las calles de ciudades como París estaban llenas de vendedores ambulantes con su carrito. No sólo con vino.

“Los vendedores ambulantes de barquillos y gofres los anuncian por la noche, venden barquillos y gofres y pasteles de carne en cestas cubiertas con una toalla blanca; y las cestas suelen estar colgadas junto a las ventanas de los clérigos condenados por los dados”

¿Fast food en el medievo? Claro que sí. El pastel de carne que cogía por la ventana el estudiante o el clérigo mientras jugaba a los dados es el McDonalds o el kebab q te crujes cuando sales de fiesta: barato, rico, llena-tripas. Dieta estándar del soltero urbanita medieval

Los verduleros eran bastante proactivos colando sus productos. “Los vendedores envían sirvientes, hombres y mujeres, para atraer a los escolares a los que venden, demasiado caras, cerezas, ciruelas blancas y negras, y manzanas y peras sin madurar, y lechugas y berros”.

Imagina a un chaval de 16 años recién llegado a París desde un monasterio o un caserón a 100km incapaz de resistirse al dulce bocado de una ciruela o unas cerezas, soltando un dinero que sabe que al final no le va a llegar. La historia de cualquier estudiante desplazado.

El comercio minorista podía tener un abanico un tanto amplio. “En las ventanas de los comerciantes se encuentran pasteles, tartas y bizcochos, junto con quesos blandos y duros, y velas de azufre que arden mejor, con mechas y gran luminosidad”.

Si vuestro último recibo de la luz ha sido como el mío, quizá queráis probar lo de las velas de azufre.

¿Qué pan escoges tú en el súper? “Los panaderos de París amasan y forman panes en cantidad por peso y medida, panes que cuecen en un horno limpiado con un estropajo. Además, venden pan de frutas, de centeno, de cebada, de avena y pan de cáscaras, y a menudo de salvado.”

Pero en la Edad Media todo se aprovecha, y todo el mundo quiere sacar el máximo provecho de las cosas. “Los panaderos tienen sirvientes que […] a veces arman la masa y corteza de las tartas con restos de gachas o de otros pasteles”.

¿Que la pimienta era solo para ricos y nobles? “Los pasteleros sacan todo el provecho posible vendiendo a los estudiantes pasteles de cerdo, de pollo y de anguila con pimienta, mostrando tartas y bollos rellenos de quesos blandos y huecos, saludables pero a menudo sucios”.

John Garland te enseñaba latín, y también te enseñaba a sobrevivir en París sin que te la metieran doblada cada 5 minutos. Estudiantes y maestros eran el primer objeto de robo en las ciudades universitarias, y en lo tocante a comida son los protagonistas siempre. Fijaos en esto:

“Los cocineros asan gansos y palomas y pollos en pitones de madera de avellano; pero a los tontos sirvientes de los eruditos les suelen vender carne cruda mal condimentada con salsas y ajo”.

“Los carniceros en los mercados de carne miran malévolamente a estos tipos mientras les venden carne grasa de vacuno, de cordero o de cerdo que, a veces, están marcadas de lepra, y doblan los finos cuchillos de mesa de los escolares”.

Es precisamente en este siglo cuando la mayoría de ciudades de Europa, cada vez más pobladas, ampliaron o desarrollaron normativas para el comercio de la carne y garantizar la calidad de la misma, para evitar estos problemas. Vender carne en mal estado podía matar a alguien.

Claro que nunca era buena idea cabrear a un universitario medieval, uno de los segmentos más proclives a la violencia urbana.

“Pero los asesinos son castigados por los valientes eruditos; a cambio de las sucias vísceras y salchichas y tripas que arman para la gente con togas académicas, estos carniceros son descuartizados por los iracundos eruditos.”
El erudito:

Sin duda, el de Garland es el diccionario más divertido que se ha escrito nunca, poblado con estas pequeñas instantáneas de la vida cotidiana en el París de 1220. Leedlo si podéis, también habla de culos y de un montón de cosas más.

Yo utilizo la traducción de Barbara Blatt de 1981, pero hay alguna más rulando por ahí, creo.
books.google.es/books/about/Th…

Y si os interesa el día a día de estos siglos, descargaos la app de @SonoraOriginal y escuchad mi serie “Vida cotidiana en la Edad Media”. El episodio 1 va sobre el COMER, y tocamos algunas de las cosas aquí explicadas y muuuchas otras más.
sonora.com/vida-corriente…

En él, la dra. María Soler (UB) nos habla sobre carne, especias y la importancia de la comida en común, y don Francesc Eiximenis se estrena como podcaster explicándonos normas de buena educación en la mesa burguesa del siglo XIV. Creedme: QUERÉIS SABER ESTO.

Y en fin, también hablamos de estudiantes violentos en el episodio 8, CRIAR, y del vino aguado o sin aguar en el episodio 9, BEBER Y DROGARSE. Aunque esto ya os lo explico otro día. ¡Salud, amig@s, me vuelvo a la cueva unos días que tengo mucho por escribir!