En muchas ocasiones he escuchado a gente decir que las enfermedades mentales no se ven, o que no se nota cuando alguien la está pasando mal. Yo creo que no es así.
Personalmente, he pasado por momentos complicados en los que mi salud mental corre riesgo, y también he acompañado a personas pasando por situaciones complejas, y aunque quizá no contaban con un diagnóstico concreto, definitivamente su salud mental estaba en riesgo, y se notaba.
Con lo anterior, no me refiero a que llevaban una etiqueta en la frente con síntomas, o que estaban inmensamente tristes, o constantemente enojados; sino que, en el momento de conectar con el otro, el sufrimiento era visible.
Cuando alguien pasa por momentos complicados, no van por la vida con un letrero que diga “la estoy pasando mal, ven y ayúdame” sin embargo, es un hecho que la gente da muchas señales cuando su salud mental está en riesgo..
..por lo que es importante realmente prestarles atención a cómo son, qué actitudes y respuestas son usuales en su persona, y en qué momento sus reacciones empiezan a ser diferentes.
La salud mental, también se nota; cuando dejamos de disfrutar las cosas que hacemos, cuando aparentamos que todo está bien y no queremos compartir lo que realmente sucede, cuando hábitos de autonomía y cuidado como bañarse nos cuestan la vida..
Y está bien, a veces la vida cuesta, sin embargo, es importante prestar atención a lo que sucede dentro de ti, a lo que les sucede a tus seres queridos, y buscar empatizar, y aprender a pedir ayuda.
Pedir ayuda, mostrarte vulnerable, es un acto de amor propio muy grande, que te permite conectar con los demás, y que, te ayuda a marcar el punto de inicio para el cambio.
Finalmente, ofrecer ayuda, literalmente salva vidas y es desde esa compasión, que el mundo mejora poco a poco. Solamente, debemos darnos chance de voltear a ver a aquellos que nos rodean, conocer su «normalidad», aprender a reconocer cuando se salen de esta y decir “aquí estoy”
Cuando tengo una nueva paciente, siempre les explico cómo es estar en terapia “imagina que vamos en una excursión, donde tú eres la que guía el camino, mientras yo voy con una lámpara mostrando cosas a tu alrededor que, eventualmente, tú decides si quieres o no voltear a ver”..
Estar aquí, juntas, puede llegar a ser muy complicado, y al mismo tiempo, también es un manjar, un buffet de emociones, y decisiones; de respuestas y razones. Es buscar el por qué, el para qué, el cómo, y el y ahora qué, todo en el mismo lugar.
Les traigo un hilo con mucho amor a través del dolor porque esto mero es la vida y el autoabrazo es siempre necesario ♥️
Hablando de traumas, abusos y/o violencia, usualmente la víctima tiene la percepción de que su dolor “no es lo suficientemente grande” pq “hay gente que la pasa peor” y sí, siempre habrá alguien a quien le va peor, pero eso no quiere decir que tu herida no sea importante.
Con heridas físicas podemos medir la gravedad y ver si es algo leve o no; con las heridas psicológicas no hay una regla que pueda medir el dolor de cada uno, pues es subjetivo, ya que el mismo suceso puede ser percibido de maneras distintas en varias personas: y eso es válido.
Me duele mucho ver cómo tienen la necesidad constante de justificar lo que sienten así que les hice un post pa’que se acuerden que sus emociones son válidas
Es impresionante la cantidad de veces que tengo que recordar en el consultorio que las emociones son válidas; y al mismo tiempo, la gran frecuencia con la que escucho a personas justificando lo que sienten “es que me enojé, pero te juro que tenía una buena razón porque..”,
aún más impresionante es la cara que ponen cuando les digo “me gustaría que dejes de justificar lo que sientes, aquí sientes lo que sientes porque lo sientes y ya está”.
Durante este año he hecho mucho trabajo personal, lo que implica que se destapen cosas en mí y en mi entorno, en mis relaciones, en quien soy en cada uno de los roles de mi vida, incluido mi rol de terapeuta.
Quiero contarles, que los psicólogos no somos personas perfectas, y también pasamos por muchas cosas por las que pasan nuestros pacientes; eso a veces es una ventaja, pero a la par, puede ser un detonante muy grande; por lo que llevar un proceso terapéutico es súper importante.
Cuando estaba en la carrera y alguien me preguntaba qué estudiaba siempre me contestaban “la mejor carrera de todas” y sí; ser psicóloga es increíble, amo mi profesión, la disfruto mucho y por eso siempre estoy buscando actualizarme, estudiar, crecer, compartir, estar.
Hablando con mi psicóloga, le decía que el miércoles es el 8vo aniversario luctuoso de mi mamá, y me cayó el 20: este año cumplo 8 años sin mamá, y también fueron solamente 8 años que me duró papá.
Sin buscarlos, encuentro en mi vida estos dos ciclos de 8 años. Volteo y veo a Marisol chiquita perdiendo muchas cosas de su vida: su escuela, su casa, su bici.. su seguridad, su familia, sus amigas, el parque de su casa.. su vida como la conocía.
Y ahora, 8 años después de la muerte de mi mamá, la pérdida me recuerda otra vez a Marisol chiquita..
Veo estos 8 años como si una parte de mí se hubiera separado y hubiera tenido que reaprender a ser yo.
Hilo para preparar el cierre de año. Gracias por lo bueno, por lo que aprendimos de lo malo. Y bye bye a lo que ya no queremos: 🧵
Se va el 2021 y con él también se van muchas cosas que ya no queremos en la vida, y muchas otras que amamos con todo nuestro ser y que desafortunadamente no nos acompañarán más.
¿Qué sigue? ¿Qué pasa con el rumbo de mi vida y el futuro? ¿Qué me toca hacer? ¿Hacia dónde voy? ¿Qué quiero?