Bueno, amijos, pues como lo prometido es deuda, os traigo otro hilo de señoras que se empotraron hace mucho. En este solo hay informes policiales sobre lesbianismo y escándalo público, un embarazo falso y un arresto domiciliario en un castillo. Vamos allá.
Vamos a empezar este hilo con un ejercicio de relajación. Imaginaos un cuento de hadas. Va de un joven y una joven que se conocen, se enamoran perdidamente y quieren estar juntos para siempre. Cosas bonitas de cuentos de hadas de toda la vida.
Pero hay que respetar la normativa de los cuentos de hadas, así que obviamente hay un villano que quiere separarlos e intenta engañarlos y ponerles trampas para poner su amor a prueba y que se ganen las perdices del final adecuadamente.
¡Pero el villano no lo consigue! Porque los jóvenes se aman con locura, con pureza, con la fuerza de los mares, con el ímpetu del viento, etc. Así que el villano dice: Ok, supongo que os tendré que dejar en paz y que viváis felices para siempre.
Así que el villano les pone un pisito (es un palacio de cristal, en realidad) y los encierra allí. Para siempre. Juntos. Y solos. Que… era lo que los protagonistas querían… ¿no? Juntos para siempre. Supongo.
El cuento acaba y te das cuenta de que te han tangado. Esto no es un cuento de hadas, yo venía a leer cómo los protagonistas vivían felices y comían perdices al final y lo que me has dado es terror existencial.
Porque el cuento acaba casi en historia de terror. Sabes que esta gente se va a acabar odiando o se va a acabar matando o qué sé yo. Al final el villano es el hecho de que su amor es perecedero y la rutina lo va a aniquilar. Yikes.
Gracias, Madame de Murat, me ha encantado cepo de puro horror que has puesto al final de tu cuento adorable de elfos y magos y bosques encantados.
Turn on your location, please, I only want to talk.
Madame de Murat no era la única que estaba escribiendo esta clase de cuentos en el siglo XVII. Murat era parte de un salón literario parisino, exclusivamente regentado por mujeres, donde prácticamente inventaron este subgénero de cuentos como crítica social.
La escritora más famosa del corrillo fue sin duda la baronesa d’Aulnoy, que inventó el mismísimo término “cuentos de hadas” en el rato que le quedó entre (probablemente) hacerse espía y (probablemente) acusar a su marido de traición.
Aunque eran de clase alta y renombre, juntarse con estas señoras tenía un plus de peligrosidad bastante importante, porque todas tenían… problemas… con la autoridad y, sobre todo, con el matrimonio.
Una de ellas, Mademoiselle L'Héritier, no se casó nunca… y además de no casarse tuvo una relación muy cercana con su mentora… que se hacía llamar a sí misma Safo… y que tampoco se casó nunca…
(No tengo absolutamente ninguna prueba de que se empotraran así que solo puedo usar puntos suspensivos sugerentes)
(…………………………………)
Otras no se casaron, se casaron en secreto con gente que su familia no aprobaba o dejaron a sus maridos en cuanto les fue posible. Como os podéis imaginar, había mucha gente deseando verlas caer en desgracia.
Todo el grupo es increíble y necesito una serie de quince temporadas sobre sus fechorías, pero hoy solo vamos a hablar de la autora del cuento cursado con el que he abierto el hilo: Henriette-Julie de Castelnau, más conocida como Madame de Murat.
Dejadme que os resuma la experiencia que ha sido escribir este hilo. En una mano tengo un documento que dice “sus novelas son notables por la pureza de su gusto, la sabiduría de sus ideas y la decencia de sus escenas”…
…y en la otra mano tengo un informe policial que la acusa de “maldiciones abominables mientras apuesta”, “canciones lascivas a todas horas”, “orinar por la ventana tras una borrachera” y “monstruoso apego hacia personas de su mismo sexo”.
Que digo yo que una cosa no quita la otra pero
Henriette-Julie de Castelnau, nació en una familia noble en 1670, aunque a lo mejor fue en 1668, quizás en París pero quizás en Brest, ¿y su padre tal vez murió cuando ella era un bebé dejándole un título de marquesa?
Se casó en contra de su voluntad con el conde Nicolas de Murat, ¿probablemente en 1691, cuando ella tenía veintitrés años? y a lo mejor tuvo un hijo, dos hijos o cero hijos.
Poco después decidió que podían obligarla a casarse pero no podían obligarla a aguantar a su marido, así que cogió sus trastos y se piró a vivir la vida, que es una opción muy buena que siempre tienen los ricos.
Las fuentes son más inestables que el francio, pero en este caso tiene explicación: un señor llamado Saint-Evremond publicó una novela, “Las memorias de la vida del Conde D***”, en la que al parecer ponía a las mujeres en conjunto a caer de un burro.
La Murat, que sufrió toda su vida del síndrome de la mecha corta, escribió un libro como respuesta, “Las memorias de la Condesa M***”, defendiendo el honor de todas las señoras en una novela que era parte autobiografía y parte ficción.
Ahora sabemos que las memorias son parte ficción, pero durante años y años y años, mucha gente se tomó el libro como unas memorias 100% basadas en su vida y ahora mismo todas sus biografías son una espiral de caos.
Misterio resuelto. Continuemos.
Total, que el señor Saint-Evremond se comió los mocos con su libro, pero el de la Murat se vendió como churros. Así que con un best-seller bajo el brazo y cero maridos que aguantar, se instaló en París y empezó a frecuentar salones literarios de señoras.
Su carrera literaria despegó a la velocidad de la luz. Desgraciadamente, el síndrome de la mecha corta se volvió a manifestar, y esta vez se metió con alguien mucho, mucho más grande que Saint-Evremond.
Por aquella época el rey de Francia era Luis XIV, que durante muchos años tuvo una Amante Secreta™ (a la que luego ascendió a Esposa Secreta™) llamada Madame de Maintenon.
(Digo secreta pero muchos sabían que estaban liados y se olían que Madame de Maintenon tenía una enorme influencia en las decisiones del rey.)
Aquí es donde entra la Murat sin ningún tipo de instinto de autoconservación y escribe una historia sobre una cortesana que claramente se refería a Madame de Maintenon. Se esforzó solo regular para que no se notara. Cero fucks given.
Supongo que ya sabéis lo que viene. Meterse con Madame de Maintenon era como meterse con el rey, y si hay algo consistente en la historia es que si te metes con el rey vas a la cárcel sin pasar por la casilla de salida, como en el Monopoly.
Pero mandar a Madame de Murat a la cárcel es bastante difícil porque es condesa (¿Y a lo mejor también marquesa? Según la fuente), porque tiene muchas amigas en la corte y porque ahora es una escritora famosísima.
Como mucho podían plantearse echarla de París o encerrarla en un convento, que era el clásico de la época para mujeres de la nobleza. Pero incluso para eso necesitan una buena excusa, no podían llevársela porque sí.
Y así fue como, en 1698, el teniente general de la policía de París recibió la desafortunada misión de vigilar a Madame de Murat en busca de una buena excusa para quitarla de en medio. Desafortunada para él, quiero decir.
El primer informe es básicamente que la condesa monta fiestas con mucho escándalo y muy decadentes de forma regular y que ha hablado con ella para advertirle de que la está vigilando, que haga el favor de comportarse. Sencillo, directo, profesional.
...dos años más tarde no solo no ha conseguido arrestarla y la señora no se está comportando en absoluto, sino que empieza a ser evidente que el señor teniente general está perdiendo puntos de cordura a una velocidad vertiginosa.
Ahora en vez de informes parece que el teniente está escribiendo la telenovela lésbica por fascículos más dramática de todos los tiempos y la mejor parte es que tiene que seguir escribiéndolos aunque no quiera,
Según los informes, la condesa de Murat está viviendo con una tal Madame de Nantiat que es el objeto "de su continua adoración", “incluso delante del servicio” (pausa para que desmayéis y os traigan las sales).
También según los informes, a la Murat le ha llegado un retrato suyo apuñalado varias veces de parte de su antigua amante a la que dejó para irse con Madame de Nantiat.
Y también según los informes, Murat y Nantiat dan terribles espectáculos públicos cada día que hacen que sus vecinos tiemblen con “el horror y la abominación de su afecto mutuo”, que es una forma larguísima de decir que los empotramientos en esa casa estaban siendo legendarios.
El general está desesperado y rogándole a sus superiores que si el rey quiere meterla en la cárcel que lo haga ya y lo liberen de su sufrimiento, que no puede más de llevar la cuenta de las novias, los retratos apuñalados y los escándalos públicos…
…y las veces que ha hablado de movidas sexuales delante de un señor de la iglesia, y de las veces que soltado maldiciones apostando, y meado por la ventana después de emborracharse, y de las canciones lascivas con las que deleita a sus vecinos por las noches…
Live your best lives, kids.
El teniente, que se ve que está a punto de morir de estrés, intenta marcarse un farol y le dice que la va a arrestar y ella le dice que está embarazada de cinco meses, que es una excusa fascinante teniendo en cuenta las circunstancias.
Cuando el teniente se cosca de que el embarazo es falso, amenaza con encerrarla en un convento y ella le dice que buena suerte encontrando uno donde la admitan. “En efecto, no creo que haya ni uno”, dice el teniente en su informe, que está desesperado pero también es realista.
Así pasan cuatro largos años de la Murat escurriéndose como una anguila de la justicia y el teniente muriendo lentamente envenenado por sobredosis de drama lésbico continuo… hasta que finalmente las autoridades consiguen lo que quieren.
En 1702, Madam de Nantiat se marcha de París antes de que puedan arrestarla (otras fuentes dicen que la pusieron bajo arresto domiciliario) y dos meses más tarde arrestan a Madame de Murat.
Como no pueden meterla en la cárcel y no hay ni un convento que la acepte*, la mandan al castillo de Loches en el Valle del Loira, donde tiene que vivir apartada de la vida pública, bajo supervisión constante y sin fondos. Aquí, para ser más exactos.
*Que no te acepten en un convento es un logro acojonante teniendo en cuenta que en la misma época admitieron en conventos a la amante de la Maupin y a Hortense Mancini (tengo hilos de las dos, por si tenéis curiosidad).
Murat se pasa los años siguientes escribiéndose con sus amigas en París y organizando reuniones en el castillo. “Organizando reuniones” significa recibiendo invitados o montando orgías, depende de la fuente.
No tengo muy claro cómo se monta una orgía bajo supervisión durante un arresto domiciliario, pero confío en ella.
Como esta mujer tenía más peligro que un mono con una navaja, otra actividad a la que se dedicó durante su didáctico arresto fue a planear su fuga en diversos niveles de peligrosidad.
Una vez escribió una carta falsa firmando con el nombre de su marido para pedir su liberación (poco peligroso). En otra ocasión la pillaron a punto de escapar del castillo en plena noche, vestida de hombre y armada con una espada (bastante peligroso).
Su comportamiento terrible (o magnífico, según dice una fuente, y esa fuente soy yo) hizo que la trasladaran a otros dos castillos, cada vez en condiciones más controladas, que supongo que no es muy difícil teniendo en cuenta que antes estaba montando fiestas y robando espadas.
Al final la devolvieron a Loches, donde por fin renunció a sus planes de fuga y se entregó a sus escritos, a pequeñas reuniones sociales para calmar la añoranza que sentía por los salones literarios que amaba y a su correspondencia.
Dice una fuente que no he podido contrastar (y que esta vez no soy yo) que también se dedicaba a escandalizar a los vecinos vistiéndose de rojo cuando iba a misa (que personalmente creo que es una mejora sustancial con respecto a mear por la ventana).
Su arresto en Loches duró siete años, hasta 1709, cuando aliviaron su condena a un encierro en semi-libertad en casa de su tía. Allí podía salir de forma puntual, pero Murat había perdido la voluntad para planear más fugas.
Este segundo arresto duraría hasta 1715, cuando murió el rey y por fin se le permitió volver a París… lo cual confirma bastante que su arresto fue voluntad directa del rey, no consecuencia de sus fiestas, su comportamiento decadente o su orientación sexual.
Desgraciadamente, su salud y su ánimo se habían resentido a lo largo de los trece años de encierro y Madame de Murat murió un año después, en 1716.
Y ahora es cuando rompemos el espacio-tiempo.
¿Os acordáis de que Madame de Murat escribió unas memorias semi-ficticias basadas en parte en su vida, “Las memorias de la condesa de M***”, que se convirtieron en un best-seller?
Pues en esas memorias acusan a la protagonista de empotrarse con otra señora con la que está viviendo, la sociedad se escandaliza e interviene la corona con ayuda de unos informes policiales para arrestarlas… y esto lo escribió años antes de que lo mismo le pasara a ella.
La acusación de lesbianismo acabó mucho mejor en su novela que en la realidad: la protagonista (la condesa de Murat) y su amiga aceptan el consejo de una conocida que les recomienda que se marchen a un convento hasta que las cosas se calmen.
La Murat de la novela dice que ella y su amiga siguen el consejo “y puedo decir que lo seguimos sin pena”… que es una frase notablemente sugerente para dos mujeres que se van a un convento juntas y lejos de sus maridos después de ser acusadas de lesbianismo.
La realidad, mucho menos amable, le acarreó a Madame de Murat la separación de su amante (¿sus amantes?), sus amigas y su trabajo, un arresto de trece años y la destrucción completa de su salud, su vida y su brillante carrera literaria.
A partir de aquí, solo hay preguntas. ¿Cuánto de esas memorias es ficción y cuánto es real? ¿Por qué continuó con sus fiestas y sus muestras de afecto en público hacia Madame de Nantiat aunque sabía que la vigilaban desde hacía años?
¿Pensaba que estaba por encima del arresto? ¿Sabía que era inútil resistirse a la voluntad del rey y decidió exprimir su libertad hasta el último día? ¿Podrían haber sido esos informes policiales parcialmente falsos, para arrestarla a toda costa?
Es bastante probable que nunca podamos responder estas preguntas con absoluta certeza, pero afortunadamente aún podemos conocer a Madame de Murat por sus textos, de los que se conservan muchos en su francés original y en inglés.
En su estilo se percibe una señora con la que deseo casarme fuertemente, ingeniosa, inteligente, con un toque de filosofía, capaz de ponerte un cepo de treinta kilos al final de un cuento de hadas y acabar contigo en el acto.
Así que esta va por Henriette-Julie de Castelnau, Madame de Murat, patrona de los profetas, escribiendo sobre acusaciones de lesbianismo y mujeres encerradas en castillos por atreverse a liarla parda antes de darse al mismo destino.
Si queréis leer algo de ella, tanto sus cuentos como las memorias se encuentran fácilmente en francés. En inglés tenéis sus cuentos recopilados en "The Palace of Vengeance" y el trabajo experimental "A trip to the country".
Y por último, recordatorio obligatorio de que tengo dos libros bonitos, suaves y llenos de historias reales y absurdas de señoras históricas que se comían la cara. Huelen muy bien. Gracias por vuestra atención 🔥❤️
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Bueno, jóvenes, pues aquí vengo con otra historia de señoras que se empotraron hace mucho. Hoy, la historia de la señora que nació y murió con el siglo XX: nació en 1899 y murió en el año 2000, con 101 años. Vamos allá.
Ruth Charlotte Ellis nació en Springfield, Illinois, en 1899. Su madre murió siendo ella muy niña, así que la criaron su padre y sus tres hermanos. Su padre, Charles Ellis, había nacido en la esclavitud y se había educado a sí mismo.
Papá Ellis fue, de hecho, el primer cartero negro de Illinois y uno de los primeros del país, lo que le costó numerosas burlas y humillaciones de sus compañeros y la prensa local. Aquí tenéis una foto del caballero, conservada por la Sociedad Histórica de Sangamon County.
Me he enfadado porque me he leído Gideon the Month tres o cuatro veces y nunca soy capaz de llevar la cuenta de quién tiene cada llave en Canaan House, así que me he pasado la última media hora buscando por el libro y haciéndome un esquema y ahora estoy muy satisfecha.
PS. Todavía no sé qué carajo significan los círculos, semicírculos y puntos de las llaves y las puertas de los estudios, pero eso es una batalla para otro día.
GIDEON THE MONTH, la cosa más graciosa que ha hecho mi corrector de lejísimos.
Bueno, amijos, pues como lo prometido HACE TRES AÑOS es deuda, aquí vuelvo con hilos de señoras. Vamos a empezar con tranquilidad que hace mucho que no escribo uno. En este solo hay autobiografías sospechosas, escorbuto y un desdoblamiento de la Matrix. Vamos allá.
Antes de nada debo decir que la fuente principal de este hilo son unas memorias escritas en el XVIII. Hay muchísimas pruebas documentales de que lo que se cuenta en las memorias es real, aunque algunos detalles andan en disputa (más sobre esto luego).
Bueno, amijos, como lo prometido es deuda pues hoy os voy a contar la historia de la señora que tuvo la familia más queer que jamás vio el siglo XIX. Hilo:
Pues este hilo empieza con un señor.
Cuando estaba en su veintena, Edward Benson no sabía que llegaría a ser arzobispo de Canterbury (vamos, o eso espero). Pero sabía que quería dedicarse a la religión y ascender tanto como fuera posible, y que sus magníficas notas y su gran carisma le ayudarían en su camino.
Aquí puedes encontrar todos mis hilos de #SeñorasQueSeEmpotraronHaceMucho, Historias Absurdas y Reales De Señoras Históricas Que Se Comían La Cara.
En este hilo encontrarás links para consultarlos juntos o acceder directamente a uno concreto. Vamos allá.
Aquí puedes encontrar links a todos los hilos publicados hasta ahora. No llevan el nombre de la protagonista, pero están ordenados en el orden en el que se publicaron. Altamente recomendado si es la primera vez que los lees. twitter.com/i/moments/9724…
Y a partir de aquí tienes links separados para cada hilo, identificados con el nombre de su protagonista (o protagonistas). Recomendado, por ejemplo, si necesitas acceder rápidamente al hilo de la Maupin, porque la Maupin es una necesidad que a veces sucede en la vida.