Conclamatio, ustrina o puticuli son términos relacionados con el tratamiento de la muerte en la antigua Roma.
Hoy, día de todos los Santos, quiero que conozcas un poco más sobre la muerte y los ritos funerarios en el mundo romano en un nuevo #HiloRomano.
Hoy, día de todos los Santos, quiero que conozcas un poco más sobre la muerte y los ritos funerarios en el mundo romano en un nuevo #HiloRomano.
En la antigua Roma era tradición que, cuando alguien fallecía, un familiar muy cercano le cerrara los ojos y lo llamara por su nombre tres veces con los brazos en alto –conclamatio–. Este era el ritual por el cual se certificaba su muerte.
Tras la purificación del cadáver y de la casa del difunto, lo normal era que se llevara a cabo un velatorio en la propia casa durante tres días. Con el paso de los siglos cada vez se hizo más frecuente que los preparativos fueran encargados a profesionales: los pollinctores.
El cuerpo del difunto era colocado en el suelo, un ritual conocido como depositio, para que estuviera en contacto con la tierra a la que su alma iba a regresar.
Después era conducido en una procesión –pompa funebris– hasta la necrópolis, literalmente la ciudad de los muertos.
Después era conducido en una procesión –pompa funebris– hasta la necrópolis, literalmente la ciudad de los muertos.
Las necrópolis romanas se encontraban a lo largo de los caminos de entrada a las ciudades. Estaba prohibido por ley enterrarse dentro de la ciudad. Esta medida sagrada era a la vez una buena forma de mantener la putrefacción alejada de la vida diaria.
Las tumbas romanas podían tener orificios por los que se vertía vino y aceite para ofrecérselo a los difuntos; estos rituales eran conocidos como libaciones. En el caso de las cremaciones, unos tubos de cerámica o plomo conducían estos líquidos directamente a la urna cineraria.
Aunque también conocemos casos de inhumación –como el de Marco Venereo Secundio, de reciente hallazgo–, lo más común hasta el siglo II fue la cremación y el posterior enterramiento de las cenizas y fragmentos óseos en urnas cinerarias.
https://twitter.com/antigua_roma/status/1428056576447946767?s=20
El proceso de cremación se llevaba a cabo en una pira de madera dentro de un recinto conocido como ustrinum. En la mayoría de los casos, este espacio se encontraba junto a la propia tumba o incluso en su interior.
En este video, realizado gracias a la colaboración de la Escuela Francesa de Roma, el prof. William Van Andringa nos muestra una de esas tumbas y su posible ustrinum, en la necrópolis de Via Stabia en Pompeya –un lugar fuera del alcance de los visitantes–
Cuando las llamas de la pira se apagaban, un esclavo conocido como ossifragus era el encargado de recoger las cenizas y de romper los huesos más grandes para que cupieran mejor en la urna cineraria –de mármol, vidrio o metal, comúnmente–.
Las urnas eran entonces enterradas en mausoleos familiares, en columbarios comunes, en el suelo marcando el lugar con una estela o incluso sin ella. Los más pobres acababan en los llamados puticuli, fosas comunes públicas ubicadas fuera de las ciudades.
Los romanos honraban especialmente a sus muertos durante las parentalia, fiestas dedicadas a los antepasados que se celebraban en febrero, un mes especialmente dedicado a los muertos y a la purificación.
Durante las parentalia los romanos visitaban las tumbas de sus familiares y les dejaban ofrendas simples como trigo, sal o violetas. Los espíritus de los antepasados no eran codiciosos.
Había muchos más rituales interesantes que rodeaban a los funerales romanos: la laudatio funebris, la impureza en la que quedaba sumida la familia el difunto o las expiaciones necesarias si un cuerpo no era enterrado, entre muchos otros.
Te invito a leer sobre todos ellos en el capítulo "Mil maneras de morir en la antigua Roma" de mi libro ¡Que los dioses nos ayuden! Religiones, ritos y supersticiones de la antigua Roma. amzn.to/3CE9wQG
Si quieres saber cómo se desarrollaba el funeral de un emperador romano, te dejo este hilo que hice coincidiendo con las ceremonias fúnebres de Isabel II de Inglaterra.
https://twitter.com/antigua_roma/status/1567962813116686337?s=20
Vita enim mortuorum in memoria est posita vivorum. Pues la vida de los muertos se conserva en la memoria de los vivos.
Marco Tulio Cicerón (Filípicas IX, 10)
Marco Tulio Cicerón (Filípicas IX, 10)
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