"Redes"
No fueron las abejas, como todo el mundo esperaba, las grandes protagonistas del descalabro global o el efecto mariposa de cansinos instantes finales.
De lejos se veían como capullos gigantes incubando quién sabe qué criatura cambiante, pero eran sólo casas viejas🧵
Ya más de cerca se apreciaban las pequeñas figuras finas negras de ocho patas saltando incansablemente para cubrir toda la superficie, desde el techo a los zócalos.
Era raro ver taperas forradas como pupas de mariposa queriendo volver para vivir una vida distinta en el medio 🧵
de las antiguas praderas y las llanuras polvorientas.
Los expertos no se explicaban que pudieran haber sobrevivido tantas fuera de la costa, pero ahí estaban, salían de las cuevas rotas, como se llamaba a las grietas profundas que se habían formado después de años de sequías 🧵
y bombas de calor. Lograron identificar el tipo de especie autóctona, araña lobo, le decían porque a diferencia de sus pares no tejía ni esperaba sino que salía de noche a cazar en emboscada. Esa criatura que se había definido por ser nómade y voladora, 🧵
había encontrado la manera, sin embargo, de quedarse en un lugar. Disparaban sus hilos de seda como proyectiles al viento para desplazarse entre corrientes de aire y esqueletos de árboles tristes.
Poco a poco empezaron a llegar a la ciudad.🧵
Primero en la periferia y después más allá. Todas las noches las casas aparecían envueltas en la seda pegajosa impregnada de feromonas. La primera reacción fue eliminarlas, pero ya estaba más que prohibida la venta de químicos mortales, aunque su contrabando fuera inevitable. 🧵
Así que procedieron a mitigar los efectos poniendo jabón en las ventanas y puertas para evitar que pudieran tapiarlas, o trampas imperfectas de pinchos y plantas. Nada funcionó.
Con el tiempo empezaron a disfrutar de las nuevas condiciones de aislamiento térmico y amortización🧵
de ruidos. Una especie de calma los invadía de noche, sin ninguna de las drogas nocturnas que debían tomar para poder conciliar el sueño. Y entonces, ellos también empezaron a quedarse.
Ante la promesa de sueño reparador y fresco, todos los que habitaban edificios altos e 🧵
iglesias recicladas, reclamaron su cuota de envolvencia al viento, sin respuesta.
Más de uno decidió empezar un criadero y las soltaba desde la azotea planeando hacia abajo, para que hicieran su magia en caída libre. La injerencia de criaderos y espontáneos que vendían lonas 🧵
de seda robadas a las taperas, empezó a hacer mella en las arañas lobo provocando abruptamente su desaparición. Las casas fueron perdiendo paulatinamente su cubierta de algodón de azúcar y las últimas arañas, murieron sin poder volar ni tejer un proyectil de seda. 🧵
Sólo entonces salieron nuevamente de noche y volvieron los ruidos. Las metamorfosis no son parte de una especie condenada a repetirse.
Poco después llegó la foto. Una impensable, sacada desde un globo aerostático de medición de oxígeno en el aire. 🧵
Todos los techos forrados de seda refulgían como un laberinto al reflejarse con la luz del sol. Solo desde arriba podía leerse las letras encadenadas en un idioma antiguo de palabras obsoletas. “AYUDA” era lo último que podía leerse con algún sentido.
FIN
Buenas, sigo con los hilos para leer rapidito escapando al calor en algún suspiro. Se agradece hacerlos volar y quedarse con lo que uno quiera. Gracias por leer! #literatura#WritingCommunity#ficción#escribir#hilos
"El Asceta"
Algunas piedras frías transitan mi nombre. No molestan, tienen el olor del alivio.
A veces me consuela una frase que me revienta las retinas por cinco segundos. Luego entiendo su futilidad y la desintegro en el aire que entra y sale de mi pecho en forma rítmica y profunda. 🧵
A mi alrededor sólo hay viento.
No sé cuánto hace que estoy acá porque hace mucho pude eliminar los números. Pensé que iba a ser de las últimas cosas pero fueron el principio.
Más tiempo llevaron los adornos o adjetivos. 🧵
"Agua y arena"
Hay un mundo viejo donde yo no existo. Con paredes y pisos y puertas. Hace mucho que no voy, pero sé que no existo.
Ya la ciudad más grande había sucumbido al mar hecha un infierno de mugre y casas rotas. Lo que antes era una fortaleza en un morro viejo, 🧵
ahora era el único faro guía para adentrarse en sus aguas. Más allá de los bañados con sus juncos llenos de ratas, poco quedaba a la deriva.
Fue distracción, nomás. Apenas eso. Siempre estábamos más allá, errantes, buscando no sentirnos.🧵
OASIS
Cuando explotó el primer cerro chato, todavía quedaban escuelas y un poco de tejido burocrático. Ella recordaba perfectamente la explicación de la maestra, aunque no la había entendido. Pero recordaba la alegría y la esperanza con que le brillaban los ojos. 🧵
Era agua lo que salía del cerro. Agua deshilachada en una gran cortina de humo blanco como homenaje de paz. Esas rocas duras y porfiadas que habían sostenido por años praderas fértiles y penillanuras onduladas y que habían evitado siempre los movimientos de tierras,🧵
Buenas, sigo con los hilos de ficción. Son cortos y se leen rápido. Se agradece hacerlos volar y quedarse con lo que uno quiera. Gracias por leer!
"Silencio"
Entre la primera letra, mayúscula, y el punto, final, hubo un largo enunciado lleno de comas, alegrías y tristezas🧵
No se puede vivir atormentado, decían los que esquivaban los días y también las noches. Sin ningún signo propio de luz o moral ajena habían condenado la humanidad a la Alegría, a la macabra obligación de la alegría, de la sonrisa sin gracia, del chiste de bolsillo.🧵
Era verano afuera y el aire olía dulce a jugo y a azahar. Había en la cortina negra de la noche, apenas una o dos luciérnagas derrochando vida o estupidez. Fue en ese momento que escuchó esa cadencia por primera vez, a lo lejos, casi como una quimera.🧵
ESOS
Estaban pegados a las ventanas y también a algunas puertas, las de vidrio. Buscaban los vidrios como si les dieran frescor o limpieza, o las dos a la vez. Una asepsia que no tenían e intuían imprescindible en ese momento.
Algunos volaban con sus nuevas alas. Se despeñaban de una cornisa de la churrasquera o la chimenea de la estufa, hacia abajo hasta casi tocar el suelo, planeando. Las extremidades cartilaginosas que todos llamábamos alas, eran en realidad un exceso de pellejos y callos fósiles