“El apresurado y desordenado mundo en que vivimos está desafiando las dinámicas de producción y comunicación del conocimiento científico y a la propia institución ciencia, en sus modos e idiosincrasia”
En concreto la publicación científica, "los papers", lo están consiguiendo.
Es el final de uno de los mejores artículos que he leído en años. Literalmente condensa, en un texto, todos los problemas que afectan a la ciencia moderna.
Los autores son el equipo de Ciencia Crítica, de @eldiarioes, Jesús Rey y Emilio Muñoz.
Si yo fuera mejor autor, y no un simple amateur obsesionado por la temática “Publica o Muere”, #PublishOrPerish, habría escrito lo mismo, punto por punto.
Huelga decir que estoy 100% de acuerdo y creo importante visibilizar este texto y el problema que disecciona.
KIT KAT para SPAM
He añadido este texto a los recursos disponibles en “Caramelos comunicación científica”, en la web de @VectorDivulga:
¿Qué por qué la ciencia está en crisis, preguntas?
Si hubiera que elegir un comienzo, os diría que todo parte de lo siguiente: las revistas científicas.
Como bien indican en el artículo, las revistas científicas han adquirido un rol determinante en la comunicación formal, #ComunicaCiencia, entre los propios investigadores. del conocimiento producido por la investigación científica.
Hay que recordar que estas surgieron en el siglo XVI como una forma de democratizar la ciencia, que por entonces era mucho más hermética. Con el tiempo evolucionaron como herramientas de calidad científica.
“[...] estas revistas nacieron y han permanecido ligadas a sociedades científicas, [...] encargadas de promover y socializar la investigación científica. [...] Este apogeo también se ha soportado sobre editores de reconocido prestigio profesional”,
“quienes han sido los verdaderos responsables de una política editorial orientada a un bien colectivo, tratando de diseminar con conductas que sean lo mejor para el conocimiento científico y buscando la independencia frente a los lobbies científicos e incluso empresariales”.
“Se trata así de promover el conocimiento científico con prácticas sustentadas en la seriedad, el equilibrio y la justicia”.
¿Seguro, Lisa?
Spoiler alert: aquí llega el señor Dineros.
“Progresivamente, sin embargo, este modelo de libre difusión de conocimiento ha derivado en la mercantilización del conocimiento científico, con la expansión de las grandes editoriales científicas privadas como Springer, Elsevier, o Macmillan”.
Fue tras la II Guerra Mundial, en la conocida como Explosión Informativa, cuando surgieron las primeras editoriales, viendo en la publicación científica un interesante negocio. No voy a entrar mucho en su desarrollo, por extensión, pero hubo mucho de marketing y poco de ciencia.
Al principio, se buscaban científicos como churros, apostando por los más famosos (“prestigiosos”) y camelándolos para publicar en las editoriales pertinentes con viajes, regalos y miles de promesas. Con el producto finiquitado, el modelo estaba en marcha.
“La crisis de las revistas científicas (entiéndase crisis en su acepción de cambio profundo de consecuencias importantes [...] ) es fruto de procesos multifacéticos que van coincidiendo temporalmente con el predominio del neoliberalismo y la apuesta por la globalización”.
“El mercado del conocimiento científico se ha convertido en un provechoso negocio, sobre todo para aquellas editoriales que se han convertido en grandes empresas multinacionales y que controlan el grueso de las publicaciones”
“Coincide además con la instrumentalización de algo tan positivo como el nacimiento de un área de especialización que se define como la ciencia de la ciencia, cuya secuela es la promoción de la bibliometría y la formalización de las evaluaciones cuantitativas”.
Ah, ahí viene.
¿El qué? La obsesión por la métrica. Este es, en mi opinión, el segundo agente del problema. En el camino por intentar objetivar el proceso de calidad científicos, “hecha la ley, hecha la trampa”, el mismo proceso se ha vuelto en contra de la ciencia.
“[La publicación] se ha visto modulada por los nuevos desarrollos digitales, que afectan tanto a la edición y publicación de contenidos, como como al acceso a los mismos, por no citar los efectos sobre la credibilidad”.
"Ese cambio de foco ha causado la consiguiente merma y, a veces, incluso desaparición de grandes editores, mientras que se da un peso excesivo a las recomendaciones de revisores cada vez más inexpertos gracias al apoyo de asistentes editoriales, con capacidad científica limitada"
Avancemos al siguiente factor: la institucionalidad. Hace ya más de una década escribí un artículo que se titulaba “El Cáncer de la Divulgación Científica”. Sí, acusaba a la institucionalidad de ser esa enfermedad.
A día de hoy sigo pensándolo. A lo mejor algún día lo recupero.
“La fragilidad institucional, la instrumentalización polarizada y las limitaciones del actual sistema de evaluación de la calidad de la ciencia, son tres de los factores que condicionan la encrucijada en la que se encuentra la actividad científica”
Las publicaciones han dejado de ser exclusivamente un medio para el intercambio de conocimiento, y se han convertido
a) un enorme negocio para las editoriales científicas
b) en un elemento clave para el desarrollo de los proyectos de investigación y de las carreras científicas
Las editoriales son un negocio que cuenta con una demanda constante, de una clientela cautiva que necesita del conocimiento publicado para seguir desarrollando su trabajo y que, paradójicamente, es a su vez productora de dicho conocimiento, que fluye hacia las editoriales gratis
No voy a incidir en lo injusto que resulta que una editorial
a) se adueñe de tu trabajo (PI)
b) no te pague por el contenido por el que cobra
c) no pague a los revisores que criban la calidad del contenido
No hay más ciego que el que no quiere ver.
El caso es que, sin quererlo, también controlan a las instituciones, porque, como decíamos, son sus algoritmos los que determinan a quién se le destinan los recursos para continuar con la investigación, básicamente.
“[...] las publicaciones científicas se han erigido en valores necesarios para la empleabilidad y promoción del personal investigador y del profesorado universitario, y para el propio desarrollo de los proyectos de investigación”.
“La obtención de financiación (y, por tanto, la propia posibilidad de puesta en marcha de proyectos científicos, y su posterior desarrollo) pasa indefectiblemente por la valoración, entre otros aspectos, de la capacidad, calidad o ‘excelencia’ de los investigadores"
“En dichas valoraciones, la cantidad y calidad de publicaciones que atesora un investigador en su curriculum vitae constituyen no el único, pero sí el principal de sus méritos”.
“La valoración de la cantidad, obviamente, no plantea grandes problemas. No así la de la calidad.”
“Este [...] nuevo valor, de las publicaciones científicas, somete a los investigadores a una necesidad perentoria de publicar, y ha conducido a la sacralización del impacto y el número de citas de los artículos para establecer los criterios de excelencia”. #PublisOrPerish
“La veneración [...] de los criterios de evaluación cuantitativos y de [...] la bibliometría ha provocado la desconsideración de los contextos y circunstancias en los que se produce el conocimiento científico, al marginar o incluso obviar el análisis cualitativo”.
ATENCIÓN que lo siguiente resumen a la perfección todo este problema:
“Esto ha derivado en una desvirtuación de la comunicación científica y de sus medios al convertirlos en punto final por encima de su rol tradicional como medio de transmisión de información científica hacia otros medios de la comunidad generadora de I+D”.
“Este desvirtuación nace de una incomprensión profunda sobre la utilidad real de la ciencia, su impacto y, en definitiva, su contribución al bien común”.
Voy a tatuarme esta frase. Lo juro.
Venga, retuitea.
Si sabes que es tristemente cierta.
“Esta presión por publicar y la consecuente inflación de publicaciones científicas, ha amparado la aparición, en este mercado editorial, de las denominadas “revistas depredadoras”
Aquí llega otro factor.
Las revistas depredadoras #PredatoryJournals son un mal más moderno, por decirlo de alguna manera, pero no por ello menos peligroso. Escribí sobre ello en el @CCCientifica y gracias a @Naukas_com hace un tiempo. No voy a extenderme, pero os dejo esto:
Hay una manifiesta renuencia de las comunidades científicas a debatir sobre cómo diseminar los conocimientos, aceptando decisiones derivadas de la enorme dependencia de la financiación de los proyectos
“[...] O de los reconocimientos profesionales por agencias que desgraciadamente se están alejando de la transparencia”.
Excelencia, claro, pero dominada por un algoritmo, o por una decisión arbitraria, o unos criterios opacos, o la cantidad en vez de la calidad.
Ojo, que no estoy en contra de la búsqueda de excelencia.
Pero recordemos que para que haya algo “excelente”, como con la luz y la sombra, tiene que haber una línea mediocre.
Mediocre no tiene por qué ser despectivo o negativo. Es solo el tono basal. Si todo es “excelente” lo único que haces es elevar el nivel de la mediana de lo mediocre.
Cerrándole las puertas a gente muy capacitada.
No lo digo por mi. Aunque siempre he sido bastante mediocre, nunca me han cerrado puertas por ello, pues tengo mis propios recursos.
Sin embargo, en ciencia, es CRIMINAL lo que se hace con las investigadoras e investigadores que se forman en nuestras universidades y laboratorios.
Sin expectativas de futuro, sin reconocimiento, sin dinero…
Pero volviendo a lo que nos atañía, “Las importantes diferencias entre ámbitos y disciplinas científicas se están agrandando en momentos en que se debería confluir”, inciden los autores del texto.
“Cambios y acontecimientos impensables hace dos décadas han dejado en evidencia a los modos y costumbres hasta ahora predominantes en la publicación. [...]
Al igual que el anonimato bajo el pretexto de las bondades del método ‘doble-ciego’, sin reconocimiento alguno.
Sin duda alguna, la COVID 19 ha sido un “game changer” para la ciencia. Uno de los aspectos más debatidos ha sido la aparición de los “pre-prints”, una forma de pre-publicar una investigación. A priori, la intención es buena.
Sin embargo, esto ha supuesto aún más presión en el sistema. “Ciertamente ha agilizado la (pre)publicación, pero paradójicamente han tenido un efecto inflacionista en el número de publicaciones y deflacionista en los necesarios filtros”.
Eso por no hablar de que ha introducido, por fin, a la Comunicación Científica, #ComunicaCiencia#Scicomm destinada a la sociedad en la partida. No siempre con consecuencias positivas.
Eso sí, si algo ha traido este cambio es el debate a la palestra. Algo que sí es positivo.
“Otros efectos paradójicos son la reactivación del debate sobre la propiedad del conocimiento científico y el acceso abierto al mismo”
Pero que no se nos olvide que queda otro debate, aún más grande, y difícil, por resolver.
Como decíamos al principio, las dinámicas de la producción científica están… heridas, por decirlo de alguna manera.
El hecho de obviar la crisis, la discusión y el problema no van a hacer que se solucionen. Llevamos un par de décadas sufriendo sus consecuencias, y no parece que el futuro de la ciencia las vaya a aligerar, sino todo lo contrario.
Por eso son tan necesarios artículos como este, que visibilizan la problemática, profunda y enquistada. Tenemos que hablar de ello, pelearnos, reconciliarnos y, sobre todo, cambiar lo que no está bien. Solo la comunidad científica puede hacerlo.
“¿Dónde está Scruzcampillo?”
“¿Por qué ya no comparte casi nada?”
“¿Por qué solo habla de cosas murcianas y comida?”
“¿Dónde están sus legendarias conversaciones con trolls de Twitter?
Bueno, yo creo que ya es hora de explicaciones. Con contenidos interesantes anexos, claro.
Hace unos días, el seminario "El impacto de los cambios de Twitter en la ciencia y su comunicación" organizado por la @ccupf, me animó y me decidí a dar el paso de explicar mi bajo perfil durante este último año, o más.
Imagina que te encuentras a la mesa de un bar con un grupo numeroso de amigos y conocidos. El debate, las preguntas y los chascarrillos se suceden de forma natural en torno a temas que os interesan. De pronto, ocurre...
Un completo desconocido irrumpe en la mesa con una actitud beligerante, soez o insultante. O, en vez de eso, lo oyes decir en una mesa de al lado, como la tuya, "Mira la estupidez que han dicho ahí", coreado por insultos y comentarios vejatorios hacia tu persona.
Imagina, además, que el tipo que ha irrumpido no ceja en su empeño y te interpela para que discutas con él. En un primer momento le contestas educadamente pero, su manifiesta animadversión, y su intención de ridiculizarte, hacen que pierdas el interés.
Viendo el impacto que tuvo el #Hilo del otro día sobre la #prensa, la #infoxificacion y las vacunas, voy a prepararme ante las horcas y antorchas que vendrán de una masa anónima y enfurecida de Twitter.
¿Por qué? Porque los titulares están diciendo que más países también han suspendido la aplicación de la vacuna de AstraZeneca. Vale, muy bien. ¿Y?
En 1er lugar, el hilo no profundizaba ni en la seguridad de la vacuna (en la que creo) ni en la decisión de la docente, que respeto.
El hilo habla de que todo el mundo, y estos nuevos titulares solo reafirman el mensaje, está desinformado por exceso, anegación y obcecación. La prensa, en vez de explicar, vende noticias.
Acaban de preguntarme (y creo que es con una clara mala baba e intención de hacer campaña política contra la vacunación) si "existen pruebas de que NO HAY relación causal entre la trombosis y la vacuna de AstraZeneca".
NO EXISTE relación causal (es decir, no existe nada que demuestre la relación de causa y efecto entre vacunación y trombosis).
No puede existir una prueba negativa.
La ciencia funciona al revés: demuestras la relación.
Esta pregunta es muy utilizada, especialmente en pseudociencias, para jugar con el miedo "Es que si no hay pruebas de que no hay relación, a lo mejor si la hay".
Vale, te pongo un ejemplo para que entiendas cuán bullshit es ese argumento.
Disclaimers en ristre, ¿por qué me crispa tanto que una docente decida no vacunarse?
1) Lo hace porque está DESINFORMADA. No es un miedo real 2) Porque, sin vacuna ella es más peligrosa que la propia vacuna 3) Porque es una muestra de lo que está pasando