🧵En una época de mujeres utilizadas como peones en el tablero de la política internacional, hubo una reina que hizo algo que fuera de su país no se entendió y le valió acusaciones de locura. María Leonor guardó el corazón de Gustavo II Adolfo de Suecia en este paño. #HiloNórdico
Empecemos por el principio. María Leonor de Brandeburgo (Alemania, 1599 – Suecia, 1655) fue una princesa alemana de la casa de Hohenzollern reina consorte de Suecia por su matrimonio con Gustavo II Adolfo de Suecia desde 1620 y hasta la muerte de este, en 1632.
Pese a que por entonces y en aquellas altas esferas los matrimonios por lo último que se producían era por amor, parece ser que María Leonor sentía un fuertísimo apego a su marido que le llevó a acompañarle en algunas de sus (muchas) campañas militares.
Gustavo se metió hasta las orejas en La Guerra de los Treinta años (1618-1948), lo que le valió sobrenombres como El León del Norte o Gustavo Adolfo el Grande. En 1631, en una de estas campañas, María Leonora le acompañó a Alemania y se estableció la corte en Maguncia.
Pero el 6 de noviembre de 1632 Gustavo II Adolfo de Suecia cayó en la batalla de Lützen y aquí empezó el drama para María Leonora. Debido a la distancia y a los problemas de la guerra el cuerpo de Gustavo II Adolfo se embalsamó pero no se repatrió hasta 1633.
Pero María Leonora hizo algo que, aparentemente, dejó a los suecos (y sobre todo al Consejo Privado) con el culo torcido porque allí no se estilaba: se quedó el corazón de su marido, lo envolvió en este paño que veis, y se lo llevó de vuelta a Suecia en una caja de oro.
Se dice que María Leonora entró en gran depresión, que se negaba a separarse de los restos de su esposo, que retrasó en numerosas ocasiones en el entierro y que, una vez enterrado, pasó mucho tiempo junto a su sepultura.
También se dice que su duelo y su luto fueron excesivamente exagerados, un luto «demasiado intenso» dijeron desde el Consejo Privado y, de hecho, su obituario estuvo marcado por su excesiva pena al final de su vida.
¿Y qué pasó entonces? La única descendencia viva que tenían Gustavo y María Leonora era la princesa Cristina nacida en 1626, una niña por entonces. Una de las posibilidades habría sido establecer la regencia de María Leonora hasta la mayoría legal de su hija, pero JEJE QUÉ DISES.
En vez de eso, el gobierno sueco y, en concreto, el canciller Axel Oxenstierna decidieron que, ante el comportamiento «anormal» de María Leonora, no solo él ocuparía la regencia sino que se decretó alejar a Cristina de su ella. Cristina creció sin ninguna relación con su madre.
María Leonora quiso volver entonces a su Prusia natal, pero le dijeron que nanai del peluquín porque ahora eran enemigos. Pidió entonces irse a Dinamarca donde tenía coleguis, pero le dijeron que nanai tampoco porque tampoco eran ahora amigüitos con Dinamarca.
La «instalaron» en el castillo de Gripsholm pero se fugó a Dinamarca disfrazada de paisana (y lo vieron como una gran traición). Pudo volver a Prusia en 1648 y regresó a Suecia para la coronación de su hija Cristina en 1650.
La reina Cristina de Suecia es un personaje FASCINANTE. No se llevaba muy bien con los nobles suecos ni con el Consejo del Reino y en 1654 abdicó en su primo Carlos X Gustavo y chao pescao, sayonara beibi. Y acabó en la corte de Felipe IV, pero eso lo hablamos otro día.
Cristina instaló a su madre en el castillo de Nyköping y en 1654, tras abdicar y antes de salir del país, la visitó. Fue una de las pocas veces que tras la muerte de Gustavo II Adolfo madre e hija se vieron. María Leonora murió en 1655 en gran aislamiento.
María Leonora vivió un destino muy similar al de muchas mujeres de su época como ella; mujeres usadas como peones en el tablero de la política internacional, monedas de cambio en alianzas matrimoniales con fecha de caducidad dependientes de la longevidad de sus esposos.
Mujeres que a menudo viajaban solas de una corte conocida a otra desconocida dejándolo todo atrás: familia, costumbres y hasta su lengua materna. Y que se quedaba solas y a la deriva cuando, con frecuencia, sus esposos fallecían porque a menudo eran mucho mayores que ellas.
¿Qué pasó en realidad? Probablemente la reina tenía ambiciones políticas y ello la hizo caer en desgracia ante el Consejo Privado, que, probablemente, se la quitó de encima como se hizo con otras tantas mujeres a lo largo de la historia: «la señora no estaba “muy fina”».
Una parte de la historiografía ha visto a María Leonora y su luto/duelo como histérico (ya tardaba en salir la palabra JEJE), insano y anormal, llorando mientras llevaba encima el corazón de su marido en una caja dorada.
Otra parte de la historiografía ha visto este comportamiento como parte de una «performance» dentro la pugna y lucha de poder. Como viuda en duelo, podía perfectamente demostrar su pena a la vez que esto le servía para recordar su posición y hacer valer sus deseos y demandas.
Además, era la madre de la futura reina. Podría haber sido la regente, no iba a ser la primera en ostentar este cargo durante la minoría de edad o ausencia de descendencia. La Europa del siglo XVI había visto grandes ejemplos de ello, como Luisa de Saboya, regente de Francia.
Tal vez esas eran las intenciones de María Leonora, pero el Consejo Privado tenía otros planes para ella, como hemos visto, y tampoco supo entender o comprender su duelo y sus tradiciones. O no quiso y prefirió utilizarlas en su contra.
Pero ¿estaba Leonora como un cencerro? Pues no. Lo de enterrar el corazón por separado era una práctica muy común en la Europa continental medieval y Moderna, sobre todo entre las clases más altas de la sociedad, y se tiene constancia desde, por lo menos, el siglo XII.
Esta tradición apareció al calor de campañas militares, como las Cruzadas, que se producían en territorios lejanos y muchas veces se saldaban con la muerte muy lejos de casa. Así, como no siempre se podía devolver el cuerpo, o se iba a tardar mucho, se devolvía una parte de él.
Así que era muy común llevarse primero el corazón o las vísceras para enterrarlas (conservadas en especias para que no se montase tremendo Cristo olfativo) en representación simbólica. Y hay numerosos ejemplos de ello a lo largo de la Historia.
Por ejemplo, Leonor de Castilla (1241-1290), infanta de Castilla y reina consorte de Inglaterra por su matrimonio con Eduardo I. Sus huesos están en la abadía de Westminster, su corazón en Blackfriars (Londres) y el resto de sus vísceras en la catedral de Lincoln.
O Robert de Bruce (m. 1329), cuyo cuerpo descansa en la abadía de Dunfermline y su corazón, q llevó Sir James Douglas en un cofre de plata colgando del cuello pqquería que se enterrase en Jerusalén, en la de Melrose. Vaya, que María Leonora no era la primera en pasear corazones.
El de Ricardo I de Inglaterra, corazón de León, se enterró en Ruan en 1199. En 2012 se exhumó y se analizó y, aunque no se pudo averiguar mucho sobre su muerte, se comprobó que se había embalsamado y y preservado con incienso,especias,verduras, mirto, margarita, menta y mercurio.
Pero hay ejemplos más recientes, como el del novelista y poeta inglés Thomas Hardy (1840-1928) cuyos restos se incineraron y se enterraron en la abadía de Westminster y su corazón se enterró en Wessex junto a su primera esposa.
¡Y colorín, colorado, este #HiloNórdico (también de #SeñorasNórdicas) se ha terminado! ¿Os ha gustado? Si es así os agradezco mucho el apoyo dándole difusión y RT al tuit principal. Y ahora os dejo algunas fuentes 🖤
📜Derry, Thomas Kingston. A History of Scandinavia: Norway, Sweden, Denmark, Finland and Iceland. Univ. of Minnesota Pr, 1979.
📜Gristwood, Sarah, y Gemma Deza Guil. Juego de reinas: las mujeres que dominaron el siglo XVI. Ariel, 2017.
📜Wilson, Peter H., La Guerra de los Treinta Años: una tragedia europea. Desperta Ferro, 2018.
📜Bain, Robert Nisbet. Scandinavia: A Political History of Denmark, Norway and Sweden from 1513 to 1900. Cambridge University Press, 2013.
📜Livrustkammaren (Sweden), editor. The Royal Armoury: 500 Years of Royal History. Livrustkammaren, 2019.
🇳🇴El 22 de julio de 2011, hace hoy 13 años, el supremacista blanco noruego Anders Breivik asesinó a 77 personas e hirió a más de 300 –la mayoría adolescentes– en Oslo y en la isla de Utøya. Llamó mjölnir, como el martillo de Thor, al arma con la que cometió los asesinatos y se declaraba «odinista». 🧵
En su manifiesto había una mezcla de mitología nórdica e idearios medievales como los Caballeros Templarios, a los que veía como salvadores de una cristiandad europea feminizada y multiculturalizada.
En 2019 el terrorista australiano Brenton Tarrant asesinó a cincuenta y un musulmanes en una mezquita de Christianchurch, Nueva Zelanda, movido por la islamofobia. Tarrant reivindicó como fuente de inspiración a Anders Breivik y llamó a su acción «la armadura de Loki». Grabó un martillo de Thor en el arma con la que perpetró la matanza, portaba un sol negro y su manifiesto estaba lleno de ideas xenófobas.
🦅Bajo el nombre de Águila de Sangre se escribe uno de los capítulos más morbosos, escabrosos y siniestros de la historia de los #vikingos. Ejecución, tortura, sadismo y venganza, sin embargo, ¿es cierta esta parte de su historia? Respuesta corta, no; la larga, ahí va.🧵
Según la creencia popular, el Águila de Sangre era un método de tortura que consistía en practicar una o dos incisiones en la espalda de la víctima viva para partir y sacar las costillas y extraer los pulmones, que quedarían colgando en la espalda, como unas alas sangrantes.
Hay versiones que hablan de esculpir unas alas en la carne viva de los torturados, otras van hasta el extremo de aseverar que la forma de las alas se formaba con los propios intestinos de la víctima. Algunos también aseguran que las heridas se cubrían con sal. Tiene formas mil.
💉🎨¿Existen los tatuajes vikingos? Bueno, pues… NOP. No, al menos, como hoy en día se han popularizado. Entre otras cosas porque muchos de los mal llamados símbolos vikingos que actualmente algunas personas se tatúan no existían en época vikinga. Vamos con un #HiloVikingo🧵
Primeritamente, recordad que vamos a habar de vikingos. De mundo nórdico. Que hayan existido tatuajes en otros periodos históricos y sociedades no es condición sine qua non para establecer analogías como «si los germanos llevaban tatuajes, los vikingos seguro que también».
¿Por qué? Pues porque trabajamos con pruebas y en el caso vikingo tenemos pocos indicios. Pero vamos a verlos detenidamente.
Vamos a celebrar el día del padre. ¿Qué padre? Pues Odín, el que en el Gylfaginning en la Edda menor aparece como «El padre de Todo(s)». En este 🧵os cuento algunas cosas sobre este dios nórdico.
📷Odín como el caminante/vagabundo (Georg von Rosen, 1886)
Odín es el dios principal de la mitología nórdica en la versión que nos ha llegado hasta nuestros días, es decir, la que recogen mayormente las Eddas, puestas por escrito a partir del sigo XII y que, en teoría, se basan en las creencias del periodo vikingo.
Pero Odín es un dios anterior a la Era Vikinga. No sabemos si en periodo previkingo también era el dios más importante del panteón nórdico, pero lo encontramos en inscripciones rúnicas como esta en la piedra Strängnäs. Es previkinga y se puede leer Woðinz .
Me ha llegado hoy un paquetito de @fireandfable con dos de sus novedades de temporada y me he tirado 20 minutos oliendo primero una y luego la otra para decidir cuál estrenaba primero. Spoiler: ha tenido que ser a suertes porque es IMPOSIBLE elegir 🥲🖤😍
Ya me habéis visto que yo siempre trabajo con velitas y con música y desde hace algunos meses las de Fire&Fable se han convertido, junto con los melts (esa es otra FANTASÍA) en mis velitas de cabecera. Es que huelen aún mejor de lo que os podáis imaginar, es una cosa loca 🤤.
De hecho, han aromatizado unos cuantos guiones de El Condensador de Fluzo y muchas de las cositas que habéis visto por aquí últimamente. Me da tanta paz trabajar así 🖤.
En #FluzoBelleza hemos desmontado cómo el imaginario popular cree que son estéticamente los vikingos. Como ha sido breve (aunque creo que la idea la hemos pillado, ¿no?) os traigo este ReFluzo para hablar en detalle de cómo se vestían en la Era Vikinga. ¿Vamos al lío?🧵
Pieles. Muchas. Cuero. Mucho. Y negro. Mucho negro. Y filtro roña que no falte. Más moteros en drakkar que una sociedad de la Edad del Hierro si nos ceñimos a lo que vemos en series y pelis. El imaginario colectivo entorno a los vikingos es casi, casi, una nueva tribu urbana.
Si buscamos en Google o preguntamos por la calle por los vikingos y las vikingas, la respuesta es esto. Que mola mucho,ya sabéis que a mí como estética me flipa, pero no es históricamente correcto. Y el mito está tan extendido que mucha gente no sabe qué aspecto tenía un vikingo.